“El recuento de los daños”

Oscuro remedo de una tragedia

Oscuro remedo  de una tragedia

Escena de la película dirigida por Inés de Oliveira Cézar. Foto: Agencia Télam

Laura Osti

“El recuento de los daños” pretende ser una actualización del mito de Edipo en clave argentina, realizada bajo la dirección de Inés de Oliveira Cézar, con guión compartido con Ana Inés Berard.

Con un modo de narrar moroso, a veces angustiante, el relato muestra la accidentada llegada de un joven a una fábrica de electrodomésticos en un paraje lejano de algún lugar sobre la costa, que no está precisado, como tampoco lo están los nombres de los protagonistas.

El joven es un auditor de los acreedores de la firma que llega para hacer un informe y tratar de rescatar la empresa y salvar la fuente de trabajo, porque no atraviesa un buen momento. Los dueños son una mujer de mediana edad y su hermano. La llegada del auditor coincide con la muerte en un accidente de tránsito del marido de la mujer, a quien se la ve ensimismada y como aturdida, crispada, pero sin lograr expresar libremente sus pensamientos ni sus sentimientos.

El hermano hace enormes esfuerzos por mantener las riendas tanto de la empresa cuanto de la familia de su hermana, que ha quedado viuda con dos hijas jóvenes.

Las cosas suceden rápidamente una detrás de otra. Casi sin conocerse y como respondiendo a un impulso incontenible, el joven y la mujer madura comienzan un romance apasionado. Mientras, el hermano va soltando cada vez que puede feroces secretos a boca de jarro como para que el joven se entere y ponga pies en polvorosa, porque la verdad es que su presencia le molesta.

Sin embargo, el joven no se va pero tampoco la firma mejora, y para colmo, los secretos de unos y otros revelan una realidad mucho más tenebrosa que la posibilidad de perder un negocio.

Oliveira Cézar juega con el tema de la dictadura militar y la sustracción de menores nacidos en cautiverio, para armar un pobre relato sustentado en la posibilidad de que una madre que estuvo secuestrada por las fuerzas armadas y que tuvo un hijo estando cautiva, al que se lo quitaron apenas nacer y nunca más volvió a ver, se encuentre con ese hijo muchos años después, sin saberlo, y ambos vivan un romance erótico capaz de volver loco a cualquiera si se enterara repentinamente de la verdad.

El tema no es nuevo para la humanidad. A lo largo de la historia ha habido casos de hijos abandonados y desconocidos que andan por el mundo y existe siempre la posibilidad latente de que esos hijos perdidos se encuentren, sin saberlo, con integrantes de su familia de sangre y puedan tener relaciones inapropiadas por ignorancia.

Aquí, ese tema tabú, presente a lo largo de los años en la historia, se entrelaza con la perspectiva trágica, de tradición griega (que mucho gusta a Oliveira César, pero que obviamente la excede), y conecta el encuentro explosivo entre madre e hijo con la muerte del esposo de la mujer, que quizás se haya producido por una imprudencia del muchacho, quien sin embargo, ignoraba esa situación... en fin. Un embrollo que resulta difícil de digerir, de creer y también de soportar.

Al espectador le queda la sensación de que la directora y guionista combina buenos ingredientes pero sin talento ni sabiduría para lograr un bueno producto. No logra plasmar en el film ni la complejidad humana de la cuestión ni encuentra el lenguaje estético para transmitir ideas tan enrevesadas y que tienen tantas implicancias.


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REGULAR

“El recuento de los daños”

Idem, Argentina, 2010. Dirección: Inés de Oliveira Cézar. Guión / Montaje: Inés de Oliveira Cézar, Ana Inés Berard. Elenco: Eva Bianco, Santiago Gobernori, Marcelo D’Andrea, Agustina Muñoz, Dalila Cebrián. Producción: Alejandro Israel, Inés de Oliveira Cézar. Producción Ejecutiva: Alejandro Israel. Dirección de Arte: Ailí Chen. Fotografía: Gerardo Silvatici. Música: Martín Pavlovski. Sonido: Abel Tortorelli. Vestuario: Paola Delgado. Duración: 79 min.