Tarjetas telefónicas

Secuestro virtual

De la Redacción de El Litoral

Un llamado telefónico alteró la tranquila mañana de domingo para una familia de barrio Guadalupe. La dueña de casa, una mujer de 51 años, levantó el auricular del teléfono que sonaba con insistencia y al establecer la comunicación se encontró con una voz desconocida que le decía que su hija estaba secuestrada.

Presa del pánico, la madre no hizo más que acatar las instrucciones del delincuente, que le reclamó la compra de tarjetas telefónicas de las empresas Movistar, Claro y Personal, por un valor de $ 2.000. Acto seguido, el anónimo le ordenó que le dictara los códigos numéricos de las tarjetas.

Una vez finalizada la entrega la mujer pudo establecer contacto con su hija de 26 años, que vive junto a su esposo en otra casa. Fue entonces cuando se enteró que nada le había ocurrido y decidió radicar la denuncia. Tomó intervención el personal de la Seccional 8º que labró actuaciones por el delito de “estafa”.