excursión a la naturaleza

Cuantas veces miramos sin ver, y creemos conocer un lugar sin en realidad saber todo lo que en ese lugar hay. Aprender a observar para disfrutar de lugares y situaciones con algo más de información, redoblan la satisfacción.

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Tarde de domingo, nuestra selección de fútbol ya no participa del campeonato mundial, con lo que el ánimo de nuestro pequeño grupo de amigos no era el mejor.

Estábamos tomando un café en un bar sobre Bvd. Gálvez y les propuse hacer un pequeño paseo y ver un ambiente distinto, como para cambiar la atmósfera de comentarios futboleros , por algo un poco más vivificante.

No muy convencidos me siguieron en la idea, ya que la tarde se presentaba ideal, buen sol, temperatura ideal y ningún plan.

Hicimos pocos kilómetros, dejamos el vehículo y continuamos a pie. Una senda que se interna en lo que podríamos llamar un terreno natural, y a los pocos metros de caminata surgió la pregunta “que hacemos acá?” a lo que rápidamente contesté, “Uds. son nacidos en esta zona, cuanto me pueden contar de esto que estamos viendo?”, y la replica no se hizo esperar “si acá no hay nada”, bueno vamos a descubrirlo.

Seguimos caminando, realmente mis acompañantes no estaban muy convencidos, pero confiaron en la propuesta, con más intriga que otra cosa y así de a poco comenzamos a ver con otros ojos.

Una variedad de árboles a nuestro alrededor, entre ellos timbués colorados, uno de los más característicos de esta zona, y fácilmente reconocible por sus semillas en forma de oreja de un marrón negruzco, comúnmente llamado ‘oreja de negro’, algunos sauces criollos, esos que en lugar de colgar sus ramas, crecen hacia arriba, el otro es el llorón, también unos ceibos en flor, nuestra flor Nacional, todo un emblema de las zonas ribereñas de los ríos cercanos al Paraná.

De a poco el interés de mis acompañantes fue mudando en una charla más animada, algunas aves pasaron volando sobre nosotros, “qué son?” fue la pregunta, “creo que cuervillos”, “no, no esos son patos” mmm, “qué pena no tener unos largavistas para ver mejor”.

Seguimos un poco más, un pequeño bosquecillo de alisos, un árbol ribereño, esos que en las islas se ven tanto y que son los primeros en colonizar las nuevas islas ni bien se forman en el río.

Una pequeña detención nos permitió escuchar el canto de unos pájaros, sin saber muy bien a quienes correspondía la melodía. Cuantas cosas que no sabemos, y que ni sabíamos que estaban acá, dije, como al pasar, sigamos mirando y ahora también oyendo. Uno de ellos dijo “no hagamos ruido a ver si los podemos ver”, de a poco nos íbamos poniendo en clima pensé para mi.

Tres garzas blanca pasaron volando cerca nuestro y dije “si hay garzas, hay agua”, tenemos que estar cerca de una laguna o algo así. Uno de ellos me dijo que alguna vez había caminado cerca de aquí, y si había una laguna y hacia allá fuimos, ahora tratando de hacer el menor ruido posible y me dio mucha gracia porque nuestras ya mínimas conversaciones eran con susurros.

Caminamos unos metros y ya la teníamos a la vista, una laguna de unas dos o tres hectáreas, poblada de vida de todo tamaño, color y forma.

Ahora el desafío era identificar todos esos animales, y de a uno fuimos arriesgando, algunos más sencillos, otros no tanto.

“Esos son patos?”, si, si, dijimos, “pero de qué tipo de pato?, silbones, sirisiri, pampa o qué?”

Un misterio para nosotros neófitos en la materia, seguimos mirando y había otros parecidos, pero distintos, ‘ah esos son biguás’ dije como si tuviese conocimiento en el tema, y agregué, ‘son parientes de los cormoranes, que son aves costeras pero marinas, y como no segregan una sustancia aceitosa para impermeabilizar su plumaje, después de sumergirse para alimentarse, necesitan secar su plumaje al sol para lo que buscan una rama o tronco al sol y abren sus alas para que así se sequen.

En un tronco un poco más lejano, al que nos costó acercarnos, había unas, unas...algo se mueve. “Son tortugas y miren están apiladas” lo que nos causó risa, pero en verdad estaban apiladas unas sobre otras, en un tronco al que aún le daba un poco de sol, y vino la explicación, “como son anfibios, por lo tanto de sangre fría, necesitan ponerse al sol para así calentar su cuerpo y poner en marcha su metabolismo”.

A todo esto los mayores interesados ahora eran ellos, y preguntaban más de lo que yo podía contestar.

No tenía muchas respuestas para dar, con lo que saltó enseguida como hacer para conocer y poder identificar estos bichitos.

Uno de ellos dijo, pero acá debe haber guías que puedan darnos una pauta de este lugar.

Bien, era un paso adelante, así que regresamos sobre nuestros pasos decididos a buscar información y ayuda, para lo que nos dirigimos al Centro de Interpretación, donde muy amablemente nos informaron que hay visitas guiadas los fines de semana, en particular los de vacaciones de invierno, ya que hay muchas familias que concurren con sus hijos a este verdadero parque natural.

Dejamos el lugar, comentando que el fin de semana iríamos con los chicos, hijos, sobrinos y amiguitos de ellos, “no se lo pueden perder” dijo uno de mis amigos.

Yo pensaba, hace un par de horas me miraron como a un extraterrestre, y ahora esto.

Impensable el cambio, para los que no son de frecuentar estos ambientes es sorprendente el cambio que se produce, y todo esto a no más de 15 ó 20 cuadras de donde tomamos un café. Si, la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria UNL Costanera Este.

Para mayor información al Te. 0342 4971721 o bien www.habitatydesarrollo.org.ar

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Biagúas al sol, pariente cercano de los cormoranes, secando sus plumas.

Foto: Hernán Hadad.

excursión a la naturaleza

Playa concurrida, aprovechando los rayos del sol, un grupo de tortugas de laguna, calientan sus cuerpos.

Foto: Hernán Hadad.

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Flor Nacional, flores de cieibo haciendo gala de su rojo atrevido.

Foto: Hernán Hadad.

Bajo el lema “Viví la Naturaleza en la Reserva Ecológica

de la Ciudad Universitaria UNL Costanera Este”, se han

programado una serie de

actividades: los días jueves 8 y 15, viernes 9 y 16, sábados 10 y 17 y domingo 11 y 18,

actividades grupales por

edades con guías especializados, dirigidas a interpretación ambiental, visitas guiadas, dibujos, artesanías,

germinadores, collages,

identificación de aves con

binoculares, escucha de

cantos y juegos.

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