Tensión entre mayorías y amenazas de veto
El avance de la oposición en el
Congreso preocupa al gobierno
Superpoderes, jubilaciones, Indec, Magistratura y retenciones conforman una agenda que avanza en contra de los intereses del oficialismo. Pero no todos los temas tienen acuerdo.
Walter Schmidt
DyN
El gobierno nacional comenzó a deslizar su “preocupación” por la andanada de proyectos en los que está avanzando la oposición en el Congreso Nacional, así como la búsqueda de consenso del antikirchnerismo en el ámbito legislativo.
Los superpoderes, la normalización del Indec, el 82 por ciento móvil para los jubilados, la reforma del Consejo de la Magistratura y la modificación de las retenciones a partir de la caída de las facultades delegadas, son los ejes a los que la oposición se aferra para recuperar el protagonismo perdido en manos del oficialismo.
Si bien la Casa Rosada se escuda detrás del veto presidencial para amortiguar el impacto que significaría la aprobación en el Congreso Nacional de esa catarata de iniciativas, sabe que la recurrencia de esa herramienta constitucional victimizaría a un antikirchnerismo que busca dejar expuesto al gobierno nacional como victimario.
La base constitucional
El poder de veto está dado por el artículo 78 de la Constitución Nacional. En él se aclara que las leyes necesitan la aprobación del Poder Ejecutivo para ser luego promulgadas por el mismo: “Aprobado un proyecto de ley por la Cámara de su origen, pasa para su discusión a la otra Cámara. Aprobado por ambas, pasa al Poder Ejecutivo de la Nación para su examen; y si también obtiene su aprobación, lo promulga como ley”.
No obstante, el Congreso de la Nación puede anular el veto presidencial, volviendo a votar la ley que debe ser aprobada, esta vez por una mayoría especial de dos tercios de ambas Cámaras y sin modificaciones. Así está expresado en el artículo 83 de la Constitución Nacional: “Desechado en todo o en parte un proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la Cámara de su origen; ésta lo discute de nuevo, y si lo confirma por mayoría de dos tercios de votos, pasa otra vez a la Cámara de revisión. Si ambas Cámaras lo sancionan por igual mayoría, el proyecto es ley y pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación. Las votaciones de ambas Cámaras serán en este caso nominales, por sí o por no; y tanto los nombres y fundamentos de los sufragantes, como las objeciones del Poder Ejecutivo, se publicarán inmediatamente por la prensa. Si las Cámaras difieren sobre las objeciones, el proyecto no podrá repetirse en las sesiones de aquel año”, sostiene la Carta Magna.
Pero está claro que la heterogeneidad de la oposición ya es bastante importante como para consensuar distintas iniciativas legislativas como para construir esos dos tercios, hoy casi imposibles tanto en el Senado como en Diputados..
El factor electoral
En otro plano, en el preelectoral, el radicalismo dejó en claro que ya sea Ricardo Alfonsín o Julio Cobos, uno de ellos será el candidato presidencial de un frente, en el que habrá que ver quiénes acompañan. Casi se da por seguro la presencia del socialismo, con un postulante a vice como Hermes Binner. El GEN de Margarita Stolbizer que podría intentar, nuevamente, ir en la provincia de Buenos Aires. Y la casi certeza en privado, aunque no en público, de que Elisa Carrió irá en soledad con su Coalición Cívica.
En tanto, en el Peronismo Federal se busca candidato. Con el correr de los días, un sector de este espacio reavivó una alianza con Mauricio Macri como candidato presidencial, Francisco de Narváez a gobernador, y distintos roles a cumplir por Felipe Solá y el propio Eduardo Duhalde. La indecisión de Carlos Reutemann, más allá de las ganas de su entorno, convierten hoy a Macri en el mejor candidato del PJ antikirchnerista, que tiene prácticamente decidido ir por afuera del Partido Justicialista, salvo que Néstor Kirchner decida no ir por un segundo mandato en 2011.