Doscientos mil

Esa es la cantidad de estudiantes de ingeniería industrial en China. Contra los escasos 4.000 de EEUU, el caso argentino plantea dudas estructurales.

Federico Aguer

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El flamante canciller argentino confirmó que, finalmente, la presidenta de la nación visitará China a mediados de julio. Además, agregó que se firmarán convenios comerciales por una cifra superior a los U$S 10.000 millones, una utopía difícil de creer hasta para el más optimista.

Más allá de cualquier explicación representativa sobre la población del país asiático, la cifra estremece. Refleja la fuerte apuesta de un país a un proyecto global e integrador, que incluye la construcción de mega estructuras sustentables con el medio ambiente de aquí a futuro.

Teniendo presente el modelo norteamericano, los chinos tienen claro hacia dónde no hay que ir. Y eso que su crecimiento demográfico los obliga a plantear el recurso alimenticio como un factor clave para la subsistencia de su multitudinaria nación. “Aprender, para servir a otros; actuar, para servir a todo el mundo como ejemplo”, es la frase de cabecera de la Beijing Normal University: una institución dedicada a la enseñanza, a la innovación y comprometida con la mejora continua.

Esta semana se conmemoró en nuestro país el “Día de la Conservación del Suelo”, establecido en 1963 en memoria del Dr. Hugh Bennet, un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.

Para el entonces presidente de la Nación, Arturo Illia, “el suelo agrícola configura el soporte más sólido de la economía argentina, así como de su expansión futura y que, consecuentemente, la conservación de nuestro recurso natural básico es imprescindible para garantizar el bienestar de todos los habitantes”.

La historia debiera ser entendida como un proceso llenos de matices. Ni “rosada” ni “negra”. Para poder explotar las ventajas comparativa de un país, nada mejor que dimensionarlas en su justa medida. Un gobierno que reniega del campo pero que recauda 4.273 millones de pesos en concepto de retenciones adelantadas en junio, está cada vez más lejos de honrar las palabras de Illia, fomentando el expansionismo del monocultivo sojero y la desaparición de las pymes agropecuarias.

La visita presidencial a China debería ser aprovechada para imitar algunas de las virtudes de un país que virtualmente ya lidera algunas estructuras de pensamiento global: el suelo es el tablero sobre el cual se va a resolver el conflicto entre demanda de alimentos y la sutentabilidad. ¿Qué proyecto tiene la Argentina?.