Pasantía internacional en el sudeste asiático

Una joven santotomesina colabora en la

investigación de crímenes del Khmer Rojo

La abogada María Eugenia de Martini está trabajando para la ONU en Camboya, donde se realiza el juicio a los cabecillas del genocidio perpetuado entre 1975 y 1979, responsables de aproximadamente 1.700.000 muertes.

Ariel Durán-Sergio Ferrer

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María Eugenia de Martini es una joven abogada santotomesina que se encuentra realizando una pasantía de trabajo en Pnom Phen, capital de Camboya, en el marco del Tribunal Penal Internacional constituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para investigar, procesar y juzgar a los responsables sobrevivientes del genocidio cometido en dicho país por la guerrilla comunista del Khmer Rojo, también llamados los Jemeres Rojos. Encabezados por el ya fallecido Saloth Sar -conocido como Pol Pot- entre 1975 y 1979, estos últimos pusieron en práctica la tristemente célebre República Democrática de Kampuchea, experiencia de neto rasgo maoísta que terminó convirtiéndose en una verdadera cacería humana, que le costó a este milenario reino 1.700.000 muertos.

Gracias a la amable colaboración de Héctor de Martini (su padre) y de Susana Díaz, El Litoral logró contactarse con María Eugenia, para que pueda brindar detalles de su participación en la citada investigación, en la que ella realiza una labor específica para la fiscalía, dentro de una Corte conformada por miembros de distintos países.

Elementos probatorios

“El tribunal es de carácter mixto y fue establecido por las autoridades de Camboya, con el apoyo de la ONU; yo trabajo para la Oficina de los Jueces de Instrucción, que son quienes llevan adelante la investigación de los crímenes cometidos por líderes sobrevivientes del Khmer Rojo”, explicó la pasante de 27 años, para luego aclarar que sus supervisores son el neozelandés Kingsgley Abbott y el reconocido abogado santafesino Ignacio Trédici, experto en Derecho Penal Internacional, quien en 2008 supo integrar también el Tribunal Penal Internacional para Ruanda. “En estos momentos, se espera el veredicto para el primero de los acusados, Kaing Guek Eav -alias Duch-, el que se dará a conocer el próximo 26 de julio”, detalló María Eugenia después.

“El resto de ellos, como Nuon Chea, Ieng Sary, Ieng Thirith y Khieu Samphan, está a la espera de la decisión que tomen los jueces de instrucción, quienes determinarán, tras considerar la evidencia y realizar el respectivo análisis legal, si hay elementos y pruebas suficientes como para que el caso sea llevado a juicio”, agregó, a la vez que señaló que se espera que esta decisión -llamada Requisitoria de Elevación a Juicio- se conozca en septiembre de este año. “Nosotros colaboramos en el análisis de evidencia para la redacción de ese documento, que determinará los cargos por los cuales los acusados deberán ser juzgados”, amplió luego De Martini.

Perfeccionamiento permanente

Si bien María Eugenia ya es abogada en Argentina, tras concluir dichos estudios decidió trasladarse a Estados Unidos para hacer durante un año cursos de leyes en Denver, Colorado. Después se inscribió en la Escuela de Leyes de la Universidad de Valparaíso, en Indiana -donde actualmente está becada-, para completar allá su especialización en abogacía. Precisamente, en agosto, una vez que concluya su labor en Camboya -surgida por su predilección por el Derecho Internacional-, “Maru” (como le dicen sus familiares) retomará sus clases para cursar el último de los tres años que le corresponden hacer.

A través de gente conocida en Nueva York, “Maru” pudo conectarse con personal de la ONU y así fue como supo de estas pasantías internacionales como la que está haciendo en Camboya desde principios de junio, la que no es rentada; de allí que en su momento necesitó de cierto apoyo monetario de la Municipalidad de Santo Tomé, del gobierno provincial y de la entidad estadounidense donde estudia. Sus jornadas laborales en Pnom Phen empiezan a las 6 de la mañana y concluyen a las 5 de la tarde; sus compañeros de tareas son pasantes de muchas partes del mundo, entre ellos franceses, canadienses, coreanos y alemanes. En relación con el número de muertes que se les atribuye a la guerrilla de los jemeres rojos, María Eugenia aportó un dato que a ella misma le llamó poderosamente la atención: la población camboyana está compuesta en su mayoría por mujeres y niños, puesto que el genocidio diezmó fundamentalmente a la población varonil, cercenando a toda una generación de hombres adultos.

Exterminio del “enemigo oculto”

El principal líder del Khmer Rojo fue Pol Pot (1928-1998), quien asumió como primer ministro de la República Democrática de Kampuchea en 1975, para poner en práctica una política de exterminio contra todo aquel que fuera considerado burgués o “el enemigo oculto”, en la búsqueda de “una nueva Camboya comunista”. Este accionar generó una terrible migración interna hacia las zonas rurales del país -causada, fundamentalmente, por la idealización del sistema de granjas colectivas-, por lo que a las matanzas, trabajos forzados y feroz represión en masa les siguieron las muertes por hambrunas y epidemias, lo que hizo que en unos cuatro años pereciera un cuarto de la población camboyana de entonces.

El final de esta lamentable experiencia empezó en diciembre de 1978, cuando el gobierno vietnamita invadió Camboya y atacó al régimen de Pol Pot, quien en enero de 1979 pasó a la clandestinidad con la mayoría de sus secuaces (desde esa fecha y hasta su muerte en 1998, Pol Pot vivió oculto en la selva). El año del fallecimiento del anciano líder, el rey Norodom Sihanouk (la monarquía se restauró en 1993) concedió una amnistía a los principales jefes guerrilleros, por lo que a comienzos de 1999 la mayoría de estos aceptaron el proceso de paz ofrecido; no obstante ello, un reducto continuó prófugo en las provincias del noroeste comandados por Ta Mok -sindicado en su momento como heredero de Pol Pot-, quien al poco tiempo fue capturado, para terminar sus años en prisión (murió en 2006).

La presión de muchas organizaciones defensoras de los derechos humanos y la influencia de la ONU, propiciaron en su momento un proceso de negociaciones con el gobierno local del primer ministro Hun Sen, para concretar el enjuiciamiento de los responsables del genocidio (así, en 2006 se constituyó un jurado y en el 2007 empezó el juicio). La ONU quiere alcanzar para Camboya un veredicto justo y ecuánime, pero como en el gobierno actual todavía coexisten quienes pudieron haber estado involucrados en aquel nefasto período, la tarea de investigación se hace bastante difícil (Khieu Samphan -primera ministra y presidenta en aquel tiempo- y Ieng Sary tuvieron un papel significativo en la conducción de la masacre, pero otros implicados están sindicados como una “segunda línea” del Khmer Rojo).

Pol Pot, fallecido líder de la guerrilla comunista de los Jemeres Rojos. Su apariencia de venerable anciano esconde a unos de los más implacables y terribles genocidas del siglo XX. Archivo Diario El Litoral

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María Eugenia de Martini en las antiquísimas ruinas del templo de Angkor Wat. Su marcado interés por el Derecho Internacional la llevó hasta Camboya.

Agencia Santo Tomé

Perfil

María Eugenia de Martini es bachiller en Comunicación Social egresada de la escuela de enseñanza media Nº 331 Almirante Brown de Santa Fe (secundario) y en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral (terciario), casa de estudios en la cual también concluyó la carrera de Derecho, recibiéndose de abogada en 2005. Además, es auxiliar bilingüe en idioma inglés con orientación en turismo y cuenta con antecedentes profesionales en Sunchales, Santa Fe y en diversos lugares de Estados Unidos.

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