Un cruce de “clásicos y modernos”

Entre dos grandes románticos

Este miércoles, en el Centro Cultural Provincial, Marcelo Arce retoma el contacto con el público local para cruzar las trayectorias de Piotr Illych Tchaikovsky y George Gershwin: de “Capricho Italiano” a “Un americano en París”.

 

De la redacción de El Litoral

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Tchaikovsky y Gershwin... ¿por qué atraen tanto? Tal vez, y entre otras causas, por la fuerza rítmica, la melodía siempre clara y cantábile, la enorme sonoridad sinfónica que los caracteriza. Y también porque saben describir historias tanto trágicas como alegres, coloridas y profundamente humanas.

Ésta es la excusa del próximo espectáculo que Marcelo Arce presentará en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457) el miércoles 13 a las 20.30, con pantalla gigante y equipo profesional de audio. No es una clase, no es una conferencia: es un espectáculo para todo público y como él afirma, “para todos los que no sabemos música”. Este espectáculo lo ofreció con éxito y a la sala llena en el Teatro Avenida, el pasado 29 de junio como parte de su ciclo “Clásico y Moderno”.

A través de clips y videos armados especialmente, se irán conectando estos dos genios. Narrará qué describe cada obra, su historia y la vida de estos dos creadores que ha sido tan agitada como ricas en anécdotas.

Durante la función se irán comparando varios de los tópicos que vinculan al clásico y al moderno: el clásico Piotr Illych Tchaikovsky (1840-1893) y el moderno George Gershwin (1897-1937), sin embargo unidos por la vena romántica. Gershwin, acérrimo admirador de Tchaikovsky, empleó muchas de las técnicas del gran compositor ruso. Los dos fusionaron el folclore con la música clásica: Tchaikovsky lo hizo con las danzas rusas y Gershwin con el jazz y la música negra.

Se apreciarán escenas de ballet de Tchaikovsky y un ballet armado por el célebre Balanchine sobre la canción “El hombre que amo”, de Gershwin.

Clásicos y rarezas

Ambos eran excelentes pianistas. Se apreciará un movimiento del “Concierto para piano Nº 3” de 1885 de Tchaikovsky, y uno del “Concierto para piano” que Gershwin escribió en 1925.

Se podrá comparar escenas de óperas: una de “Eugenio Oneguin” y el dúo de amor de “Porgy and Bess”, obviamente subtituladas.

Los dos compositores dejaron poemas sinfónicos, es decir, música descriptiva para gran orquesta. En esta ocasión, Arce narrará las “escenas” que pintan “Un Americano en París” de Gershwin y “Capricho Italiano” de Tchaikovsky, ambas obras motivadas por viajes de los autores. Funcionan como un “cuento musical”.

Una de las rarezas de la función será un fragmento de “Un Americano en París” en versión para dos pianos grabada por el mismo Gershwin en dos rollos que se sincronizan. Luego llegará la versión para orquesta, donde claramente se aprecian los momentos que narra Gershwin a su amigo Deems Taylor: el paseo en la mañana de primavera, el Barrio Latino, las bocinas, la Iglesia de La Madelaine, el Sena, el idilio en la fuente, el blues de la nostalgia, el charleston en el Bar Americano y tantas otras imágenes.

Para el “Capricho Italiano”, la rareza la aportará el famoso tenor Tito Schipa. Tchakovsky apela a melodías que escuchó en Roma, Nápoles, Florencia... y surge una obra tan increíble como bella. Su historia la cuenta a su protectora Nadejda von Meck. Paso a paso, describe la extraña escena que ve desde su ventana en el Hotel Costanzi en pleno carnaval romano, dominado finalmente por la tarantela brillante y a toda orquesta.

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Ambos compositores fusionaron el folclore y lo popular con la música clásica: Tchaikovsky lo hizo en el siglo XIX con las danzas rusas, y Gershwin a principios del XX con el jazz y la música negra. Fotos: Gentileza producción

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