En busca de un rastro de Matías Causso

Priscila pide que excaven

en su casa de Guadalupe

Para Priscila y sus tíos no son creíbles los que dicen que Matías hoy está en un lado y mañana en otro.

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Matías Causso

Foto: Archivo

 

 

José Luis Pagés

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En busca de algún vestigio revelador de la suerte corrida por Matías Causso el juez Nicolás Falkenberg ordenó inspeccionar un terreno señalado por familiares del florista adolescente que desapareció de nuestra ciudad el 28 de diciembre de 2009.

Los resultados de la diligencia ordenada a instancias de la Fiscalía se desconocen todavía -en lo que refiere al lote donde se levantó la casa de un tal “Enrique”-, hombre hacia quien, la hermana mayor de Matías, deslizó no pocas sospechas.

Mientras tanto Priscila insiste en la necesidad de registrar igualmente la casa que ella dejó apenas fue mayor de edad, porque dice desconocer qué pudo haber ocurrido allí -donde vivía junto a Matías y sus mayores-, cuando la mayor parte del tiempo estaba en la calle dedicada a la venta de flores.

Priscila sostiene que es necesario “excavar” el suelo, tanto en la casa donde vivió “Enrique”, un amigo de su padre, como en su propia casa de calle Sarmiento y 12 de Infantería, porque imagina posible el peor desenlance para la inquietante búsqueda de su hermano menor.

“Ningún chico débil y flaquito como era Matías podría soportar tantas patadas y trompadas sin consecuencias”, sostiene Priscila.

En cuanto a las distintas versiones que hoy presentan a Matías en un lugar y mañana en otro el tío Ravena dijo descreer de las mismas por cuanto para él son “pistas sembradas por quienes quieren distraer nuestra atención y especialmente la atención de los investigadores”.

Desde fines del año pasado a la fecha todas las versiones circulantes acerca del destino de Matías Causso resultaron ser falsas y algunas de ellas, decididamente increíbles. Por lo demás jamás en ese lapso Matías intentó comunicarse con los suyos, nunca, por ningún medio. Lo cual no deja de ser otro dato inquietante.

Priscila Causso insistió esta mañana en la necesidad de excavar tanto en uno como en otro terreno, también en la urgencia de encontrar al tal “Enrique” o “El Polaco”, otro vendedor de flores a quien solían encontrar en La Recoleta santafesina.

Según Priscila, el tal “Enrique” _padrino de uno de sus hermanos, Causso Urquiza_ podría saber qué fue de su hermano Matías, ya que él lo admiraba. Lo buscaba y lo consultaba con frecuencia. “Enrique”, según ella “se fue de noche, como quien escapa, días después que desapareció mi hermano”.

En cuanto a los dichos de Natalia Urquiza, madre adoptiva de Matías y Priscila, en el sentido de que esta última se había vuelto contra su padre cuando hizo contacto con una secta, la chica dijo que “las cosas fueron al revés”.

“Ellos llamaron a esa secta y empezaron a hacer cosas en la pieza de Matías. Prendían velas negras. No sé si cantaban o rezaban. Tomaban vasitos de wisky. Tiraban al río los cabos de las velas...Nunca participé. Nunca supe qué buscaban, ni qué querían conseguir con todas esas locuras”.