La discusión sobre el sistema previsional
Para Ciciliani es el momento de acordar la protección social
De la redacción de El Litoral
Agosto será el mes en que llegarán al recinto del Congreso los proyectos de las distintas bancadas opositoras al gobierno nacional que pretenden llevar al 82 % móvil el haber mínimo a los pasivos nacionales. En el Senado, el dictamen ya fue firmado mientras que en Diputados está trabado en la Comisión de Presupuesto y Hacienda cuyo presidente, Gustavo Marconatto, no la ha convocado pese a los pedidos de la oposición. En la semana, el ministro de Economía, Amado Boudou, y el titular de Anses, Diego Bossio, fueron al Senado a cuestionar la falta de sustento económico al proyecto y protagonizaron un duro cruce de opiniones con legisladores.
Las características de los últimos años fue la inclusión al sistema previsional de miles de personas sin haber efectuado los respectivos aportes, reestatización, sentencias judiciales favorables a pasivos que no se cumplen, juzgados atiborrados de causas de pasivos que exigen actualización de haberes y un Anses superavitario que realiza inversiones y préstamos al sector privado y al propio Estado.
El tema jubilatorio que parecía estar en segundo plano, volvió con mucha fuerza en los últimos meses y un amplio sector social está esperando respuestas del Congreso.
La diputada socialista por Santa Fe, Alicia Ciciliani, integra las comisiones de Previsión y de Presupuesto y tiene una mirada crítica sobre el momento actual pero entiende que la dirigencia política “debe acordar la protección social que como ciudadanos queremos fijar para todos nosotros y, por supuesto, acordar quiénes la pagarán”.
“En los últimos treinta años, con diferentes ensayos siempre se terminó con inequidad en los haberes, escasa transparencia en cuanto a los montos a que tiene derecho, déficit crónico del financiamiento, endeudamiento interno, judicialización creciente, evasión contributiva y aumento de la tasa de dependencia, entre otros. “Lo que sí es hoy una diferencia notoria con nuestro pasado es que por primera vez en mucho tiempo, probablemente desde los orígenes del sistema público de reparto, se discuten las remuneraciones en un marco de superávit previsional”, subrayó la legisladora.
Enseguida explicó que “a través de la reestatización del sistema y del Programa de Inclusión Previsional, el Estado cumplió con su cometido de restablecer el equilibrio fiscal y aumentar los niveles de cobertura previsional que hoy se estiman alrededor del 90 %, saldando parcialmente las deudas sociales de una década de neoliberalismo y de terror económico con su famosa promesa incumplida del derrame”.
Inequidad de haberes
Enseguida advirtió que “a la inequidad de una exclusión no voluntaria ni elegida sino padecida, hoy le sigue una inequidad al interior mismo del sistema. Es preferible el hoy al ayer pero seguimos teniendo problemas. Lo que desde una perspectiva macro puede ser un acto de justicia, desde un nivel de análisis micro puede ser exactamente lo contrario. Aquellos que han aportado toda su vida ven hoy cómo quienes no han cumplido con los requisitos tienen derecho a los mismos beneficios. No es simple explicarles a los primeros que el desempleo y la informalidad laboral sólo muy pocas veces es una situación deseada y por el contrario, la casi totalidad es padecida, en un país que no logra además resolver sus problemas de evasión fiscal. Incluso, hemos llegado a la situación, en que es más fácil y rápido obtener los beneficios previsionales para quien no tiene aportes que para aquellos que deben certificar administrativamente toda una historia laboral. Estamos frente a una situación que puede ser calificada inequitativa, tanto en un sentido filosófico como material”.
La otra inequidad es producida por el achatamiento de la pirámide. “La incorporación de más de 2 millones de personas al sistema previsional con el haber mínimo hace que hoy éstos constituyan casi el 75 % de los beneficiarios del sistema y que aquellos cuyos haberes eran superiores al mínimo los hayan visto deteriorarse permanente y sostenidamente por falta de actualización y por la inflación creciente. Hoy, se visualiza una cuasi homogeneidad de haberes cercanos todos a la mínima, lo que puede calificarse como una nivelación para abajo. Esta política de achatamiento previsional ha financiado la recuperación del haber mínimo a expensas del resto de las prestaciones”, explicó. Acotó que “el aumento de la cobertura y el del haber mínimo no se dio con fuentes genuinas y nuevas de financiamiento sino a partir de una redistribución interna de los mismos recursos previsionales”.
“Los recursos de la Seguridad Social vienen aumentando en los últimos años, especialmente desde el 2001”, aquí Ciciliani cuestiona la decisión del gobierno. “Es discutible que en vez de volcar esta disponibilidad a una política adecuada de movilidad de todas las prestaciones jubilatorias se haya reconceptualizado al organismo rector de la seguridad social como un banco de desarrollo. Uno de los puntos más discutidos es la utilización del fondo de garantía de sustentabilidad tanto para sostener el gasto público como para apoyo de inversiones productivas”. Informó que a diciembre de 2008, Anses destinó a inversiones 2.179 millones de pesos mientras que a abril del 2010 el monto ascendió a 11.814 millones de pesos. La mayor proporción de la inversión se destinó al sector energético con un 42 %, infraestructura un 23 %, un 10 % a vivienda y un 4 % a la industria automotriz.