Abel Monasterolo en Brasil

Invitado por la Universidad Federal de Minas Gerais, en el marco del 42º Festival de Invierno, presentará la exposición “Cubro-descubro” y coordinará el taller “Ciudades transparentes”.

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL

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El artista santafesino Abel Monasterolo realizará una estadía en la ciudad de Diamantina, Estado de Minas Gerais, en oportunidad de una nueva edición del tradicional Festival de Invierno que se llevará a cabo del 20 al 29 de julio. Por su belleza y valores culturales, la ciudad que es sede del evento, emplazada en el valle de Jequitinhonha, ha sido declarada patrimonio de la Humanidad por Unesco.

La muestra “Cubro-descubro” se inauguró en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNL en mayo de 2009 y luego tuvo una escala en la Universidad Nacional de La Plata, en septiembre del mismo año. En Brasil, la exposición se presentará el 22 de julio en la Sala de Arte del Teatro Santa Isabel, de la ciudad de Diamantina. En dicha oportunidad, también se dictará una conferencia sobre la trayectoria del profesor y artista plástico Abel Monasterolo, a cargo de la profesora Isabel Molinas.

En oportunidad de su viaje, el artista coordinará el taller “Ciudades transparentes”, que tiene como objetivo la formación artística de estudiantes universitarios y la producción de las escenografías que se utilizarán en el filme que narra la valiosa historia del Festival. Asistirán al mismo docentes y alumnos de distintas universidades latinoamericanas. De nuestro medio, participarán cuatro alumnos becados en el marco de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM), del cual forma parte la UNL. Asimismo, está previsto el dictado del seminario-taller “Música y escena”, a cargo del profesor Damián Rodríguez Kess.

Ciudades transparentes

El taller propone la construcción de escenografías, a partir del desarrollo de prácticas y acciones creativas ligadas al dibujo, la pintura y la instalación. Forma parte de un proyecto transdisciplinar que tiene como objetivo la producción de un video documental sobre el festival.

Respecto de “Cubro-descubro”, más allá del dibujo y la pintura en sus formatos habituales, estos dibujos de tintas y esmaltes sobre nylon convocan al espectador a una experiencia artística que involucra movimiento e intelecto. En ocasión de la primera inauguración, El Litoral reunió diferentes voces sobre las imágenes.

Domingo Sahda señaló que “el sendero a recorrer insinúa la idea de que la apreciación totalizadora se construye con la participación del observador, a modo de “performance’. El juego de caleidoscopio, el cubrir y descubrir, decir pero no decir, aparecer y desaparecer se constituyen en el modo fáctico de construir cada proposición a la vista. Con una idea altamente subjetivada, de particular y personal factura, Monasterolo plantea desafíos sin desentenderse de lo específico del dibujo. Inquieta y desacomoda la mirada a partir del empleo del soporte insólito —posible—, que sesgadamente erosiona el criterio de figura/fondo contrapuestos. Todos los trabajos a la vista se proponen como relatos visuales, en los cuales el expositor manifiesta su deseo de correr o traspasar barreras. Aciertos y desaciertos se anotan en este conflictivo desafío del autor para consigo mismo, del autor para con el mundo, en un saludable intento de no atarse a prejuicios plásticos. Tampoco a arbitrarias construcciones, propias del concepto ilustrado”.

Por su parte, Leo Scheffer habló de la obra del artista: “En estas psico-pantallas de Abel, el hiato no sucede como una pausa que nuestro cerebro recompone en una supuesta línea de movimiento, sino hacia adentro, con un plano que está detrás de otro y en el medio ese espacio... y el ojo no puede ver lo que sigue, si no desenfoca lo anterior (como cuando uno tiene una idea, pero no puede asegurar haber visto los bordes). Es como ver de cerca un Yuyo (¿Noe?) y no el paisaje, o al revés, nunca todo junto”.

Asimismo, Stella Arber escribió: “Como personajes de una fábula, lo real, lo imaginado y los sueños se entrelazan en una caligrafía continua y contundente, en este espacio simbólico cargado de claves de otra dimensión geográfica, similar a la de los pueblos pequeños, donde la siesta recrea sus profundas significaciones y los monstruos anidan domesticados para, de ese modo, ignorar los embates de conflictos internos.

ARTISTA SANTAFESINO