AL MARGEN DE LA CRÓNICA

No se duerme en los laureles

Tras su último, interesantísimo, trabajo “La isla siniestra” el veterano Martin Scorsese bien puede tomar la decisión de dejar de filmar por tiempo indeterminado, sin temor a que alguien lo baje de su bien ganado pedestal. Es que el director neoyorquino tiene en su haber, en 40 años de carrera, más obras maestras que muchos de sus pares en actividad (con ciertas excepciones, entre ellas Woody Allen o Jean Luc Goddard) .

“Taxi driver” (1976), “Toro salvaje” (1980), “Buenos muchachos” (1990) y “Pandillas de Nueva York” (2002) dan cuenta no solo de su enorme talento, sino también de su capacidad para proyectar en el tiempo una forma muy personal de concebir al séptimo arte.

Sin embargo, lejos de optar por un alejamiento de las cámaras Scorsese tiene por lo menos seis proyectos en agenda que podrían tener fecha de estreno en los próximos dos o tres años. Algunos relacionados con sus inicios y otros más encauzados por su “vena creativa”.

Entre los primeros figuran “The irishman”, que adaptará el libro de Charles Brandt. Allí Robert De Niro (en un reencuentro con el director tras más de 15 años) encarnará a un asesino a sueldo. En la misma sintonía irán su planeado biopic sobre Frank Sinatra, centrado en la controvertida relación del cantante con la mafia y “The Wolf of Wall Street”, cínica mirada sobre la bolsa de valores, ambas con Leonardo Di Caprio, su actual actor fetiche.

Las iniciativas que podrían considerarse más novedosas en su filmografía son “The Invention of Hugo Cabret”, “Silence” y “The Rise of Theodore Roosevelt”. La primera inspirada en un premiado libro infantil y focalizada en las tribulaciones de un huérfano. La segunda, basada en una novela de Shusaku Endo ambientada en el siglo XVII que cuenta la odisea de dos jesuitas portugueses que buscan expandir el cristianismo en Asia. Y la tercera, una biografía del 26º presidente de Estados Unidos. Está claro que Scorsese evita dormirse en los laureles.