Más del 80 por ciento de los hinchas sabaleros se ilusiona...
Nadie podrá decir que
el esfuerzo no se hizo
Colón armó un buen equipo y tuvo razones para hacerlo: las convicciones de los dirigentes y Mohamed, los pibes que surgen de inferiores y el dinero de Bertoglio.
El Lobito Ledesma es un “5” que se adapta a las características de varios de los jugadores que integran el plantel. Con Damián Díaz, Ledesma e Higuaín, el equipo tendrá variantes de juego del medio para arriba porque saben y mucho con la pelota.
Foto: Luis Cetraro
Enrique Cruz (h)
En la charla con la prensa, el sábado a la siesta, el presidente de Colón deslizó por arriba una autocrítica que sirve de punto de partida para el análisis. Dijo Germán Lerche: “Hemos salido al mercado a buscar refuerzos puntuales, achicando el plantel y, por ende, minimizando cantidad de jugadores y aumentando jerarquía, ecuación que achica el margen de error”. Tiene razón el presidente. Y así surge este Colón 2010-2011 que irremediablemente ilusiona al hincha y crea mucha confianza por el rendimiento futbolístico que se puede conseguir. Y los objetivos que se logren alcanzar.
La pregunta es: ¿por qué Colón llega a formar este buen equipo? Y pienso que hay tres razones clave:
* 1) Porque con la continuidad inédita para los tiempos que se viven en el fútbol argentino, el técnico consiguió consolidar una base más allá del bajón futbolístico que hubo en la primera parte del año.
* 2) Por el fuerte ingreso económico producido en los últimos tiempos con dos excelentes ventas como las de Prediger y Bertoglio.
* 3) Por el convencimiento y fortalecimiento del proyecto futbolístico que apunta a darle chances a jugadores juveniles que pueden ser, en el futuro, titulares en el equipo y fuente de recursos como ya lo fueron Prediger y Bertoglio. Hoy, esa esperanza está depositada con nombres propios en Curuchet, Mugni, Bauman, Facundo Sánchez, Magnago, Bellone, Bailo, sin contar a Alfredo Ramírez o a Lucas Acosta, con más tiempo de recorrido. Agrego un dato más: en Colón ya están pensando y hasta el propio técnico lo dice (dio el nombre de Curuchet), en cuál será el “futuro Bertoglio”, no sólo por explosión futbolística sino también por alternativa de ingreso económico.
No hay una fórmula exacta del éxito en el fútbol, pero existen caminos que achican el margen de error. El que tiene plata, se equivoca menos; y el que tiene una base en su propio plantel, suma jugadores que pueden ser solución inmediata o mediata con los chicos de las inferiores, también tiene menos margen de equivocarse. Éste es el camino elegido por Colón. Hace dos temporadas, el equipo se había salvado del descenso y el Turco eligió una renovación. Se trajeron muchos jugadores, como también en la temporada pasada, cuando el tercer puesto del Clausura permitía pensar en pelear el Apertura y entrar en la Libertadores de este año, objetivos que se consiguieron. Pero siempre con la llegada de gran cantidad de refuerzos, que agranda el margen de error.
Hoy, el camino elegido por el técnico y los dirigentes es ambicioso como pocas veces se vio en los últimos tiempos en el club. Mohamed —basta con repasar los nombres que El Litoral anunció allá por principios de mayo, aún con el campeonato anterior en plena disputa— apuntó bien alto, sabiendo que los planes alternativos resultaban tan ambiciosos como el principal. Por ejemplo, en la búsqueda del volante central se habló de Pellettieri, pero terminó llegando Ledesma, que hasta despierta más expectativas que el apuntado como prioridad. Y el Turco pensó siempre en Damián Díaz, en Higuaín y en Larrivey para suplir la salida de Bertoglio y para darle a Fuertes la compañía que no le pudo dar Nieto en el último torneo, y los tres que el técnico apuntó jugarán en Colón.
Es decir, todos los jugadores que Mohamed apostó como prioridades, que formaban parte de su más alta pretensión, van a jugar en su equipo. Y es cierto, como dice el DT, que se cambia la mitad de la formación titular, pero también es cierto que todos los que arriban a Santa Fe lo hacen con la absoluta convicción de que vienen a jugar, a ponerse la camiseta. No se fueron a buscar promesas, sino realidades. Y se suman a una base de jugadores con jerarquía (Pozo, Garcé, Rivarola, Moreno y Fabianesi, Ricardo Gómez, Lucero, Fuertes), conformando un plantel que entusiasma con fundamentos.
Después está lo otro: que el técnico potencie lo que individualmente tiene y saber qué es lo que deparará el fútbol argentino en esta temporada. Hubo dos torneos que eran aprovechables para los chicos y por eso Banfield y Argentinos Juniors fueron los últimos campeones, y anteriormente había ocurrido lo propio con Lanús. Si los grandes se despiertan, las chances decrecen por razones casi naturales. Pero los objetivos apuntan, como dijo el Turco, a un “piso” de pelear por una Copa. A lo cual le agrego esa palabrita que tantas veces se le reclaman a nuestros equipos: que adquieran protagonismo.
Colón está en condiciones de hacerlo. Se reforzó bien, el club está muy bien, en franco proceso de crecimiento y con objetivos muy claros en lo deportivo y lo institucional. La cancha “se va para arriba”, en el predio también ya se está avanzando con el hotel de campo. A estas obras, se las quiere fortalecer con el éxito deportivo. Hace tiempo que Colón viene amagando, que genera expectativas y a veces esas ilusiones se terminan desvaneciendo con campañas que son inferiores a lo esperado. Lerche dijo el sábado que presiente que “cada vez estamos más cerca”. El esfuerzo se ha realizado.
