Un escritor juzga a Nicaragua

Manuela Astasio

(EFE)

El escritor y ex vicepresidente nicaragüense Sergio Ramírez declaró que percibe como “muy oscuro” el panorama de su país, donde las pretensiones del sandinista Daniel Ortega de ser reelegido han desatado una crisis institucional. “No veo ninguna luz para Nicaragua. La oposición se encuentra desarticulada y asediada por un gobierno que busca comprar votos en la Asamblea Nacional para la reforma, que permita la reelección continua de Ortega”, explicó Ramírez.

Ramírez detecta una gran desconfianza de sus conciudadanos en los partidos de su país, que ha llevado a la sociedad a “una especie de crisis moral”, ante la certeza de que tantos políticos son “comprables” y de que las instituciones están “totalmente controladas” por el sandinismo. El pasado octubre, magistrados sandinistas de la Corte Suprema de Justicia declararon, en una sesión celebrada sin los liberales y con sustitutos, que el artículo de la Constitución que limita a dos el número de mandatos de un presidente es inaplicable.

Decisiones como ésa, relató Ramírez, ya permiten la reelección de Ortega, pero el líder sandinista “pretende que sea la propia Asamblea Nacional la que bendiga” su nuevo nombramiento, y “no piensa reparar en ningún obstáculo jurídico o político que se lo impida”.

La sociedad nicaragüense asiste a estos acontecimientos con “un criterio pasivo”. “La gente quisiera un cambio, pero no ve cómo articularlo”, indicó Ramírez, que fue vicepresidente del gobierno de Daniel Ortega (1979-1990) tras la caída del dictador Anastasio Somoza. Ramírez, cuya vocación primera fue la de narrador de cuentos, se convirtió casi sin quererlo en “un pedacito” del caleidoscopio que conformaba la Nicaragua de finales de los setenta. De no haberse producido la Revolución, analizó, nunca le habría preocupado formar parte de la vida política. Pero, como dijo, las revoluciones son fenómenos que inmiscuyen a todo el mundo, aunque él las considere actos casi exclusivamente juveniles.