EN UN PEUGEOT 406 2004

Horacio Humoller - Ex jugador de fútbol de Unión

—¿Lo compraste porque te gustó o fue un negocio?

—Yo ya había tenido en 2000 un 406 nuevo y me gustó mucho. Mi viejo siempre había tenido esta marca y tiene un gran confort.

—¿Qué fue lo mejor que te pasó con este auto?

—Nunca me dejó a pata. Es un auto muy amplio, en el que yo cargo a toda la familia, que somos 5, y viajo sin problemas. Me he ido a Chile, crucé la Cordillera y nunca tuve un problema. Lo cargué mucho y siempre me respondió.

—¿Tuviste alguna anécdota curiosa con alguno de tus autos?

—Una vez me pasó en México con un Ford Ghía, que acá nunca salió. Tenía un dispositivo que hacía cortar el paso de combustible cuando sufría algún golpe. Venía viajando por la ruta y me comí un lomo de burro. Con el golpe y el salto terrible que di, se me paró el auto. Encima venía recargado; bajé todas las valijas, todo lo que tenía arriba. Estuve como dos horas en la ruta pensando qué hacer hasta que recordé esa particularidad. Por suerte tenía el manual en el coche, así que lo leí y me di cuenta de que con sólo apretar un botón en el baúl, volvía a funcionar.

—¿Cuál fue tu primer auto?

—Lo compré en México, en el año 1990. Era un Volkswagen que acá tampoco salió. No me puedo acordar el modelo pero creo que sólo lo habían fabricado en México.

—¿Quisiste prenderle fuego a alguno de tus autos alguna vez?

—No, por suerte con los autos nunca tuve problemas. En México tuve el VW, después una Cherokee, el Ford Ghía. Y cuando volví a Argentina tuve un 306 y en general no he tenido inconvenientes.

—¿Le sos fiel a Peugeot?

—Sí, quizás por la marca. Yo me compré mi primer Peugeot cuando volví de México. Ahora hay tantos modelos y marcas que no sé si seguiré teniendo ésta. Igual te tengo que decir que es una línea que me gusta.

—¿Lo maltratás?

—No, para nada. Soy de cuidarlo mucho. Lo lavo yo, me gusta tenerlo siempre limpio. Me gusta tener mis autos en perfectas condiciones.

—¿Qué consejo le darías a los automovilistas de calle?

—Más que nada manejar con prudencia y no confiarse. Hay que estar muy atento a las maniobras de los demás, también. Porque yo me considero que manejo bien, pero uno depende de la otra persona, que puede estar distraída y causar un accidente. Hay que respetar las señales de tránsito.