Así sí y así no

Ricardo Carreño.

Señores directores: Los señores de Assa arreglaron el desperfecto del acueducto del noroeste que llevaba quince meses de reclamo porque los vecinos llamamos a los medios. Sin lugar a dudas nuestro agradecimiento va a todos esos medios que se interesaron por el problema, enviando a jóvenes y amables periodistas, los cuales con toda profesionalidad dieron a conocer a la opinión pública los padecimientos a los que estábamos sometidos en el barrio Schneider por la pérdida de agua de un caño maestro.

Así sí da gusto tener esa clase de periodismo al servicio del bien común; felicitaciones a Luciana, Mariano, Silvina, Mónica, al igual que a los camarógrafos y fotógrafos que cubrieron las notas y a los directores editores.

A los burócratas y políticos, quienes con su indiferencia, desidia y holgazanería no solucionan los problemas de la gente y se la pasan de campaña en campaña para vivir a costas del mandato del pueblo que le dio ese poder para usufructuarlo en su propio beneficio, les digo: así no.

Cierto o no

José María Chartier.

DNI. 6.191.112, ciudad.

Señores directores: Cuenta una leyenda - que puede ser cierta o no, según como se la interprete; yo me inclino a creer que ha sucedido hace varios siglos- que hubo un rey que hizo 300 prisioneros después de una guerra con otro reinado vecino.

Al ver que no los podía alimentar ni hacerse cargo de todos, los reunió en un galpón y les dio dos opciones, para que ellos por su cuenta decidieran. La opción era: o se dejan matar por los arqueros, o de lo contrario abrían determinada puerta. Nadie sabía ni se imaginaba lo que había detrás de esa puerta; pero como todos le tenían temor a lo desconocido, prefirieron morir en manos de los arqueros.

Una vez finalizada la masacre, un soldado del rey le pregunta: “¿Qué hay detrás de esa puerta?”.

El rey le contesta: “Anda tú y averígualo”. Al no poder desobedecer la orden del rey, se dirigió todo tembloroso a abrir esa puerta. Al abrirla vio que era el camino a la libertad.

Ese rey, según mi criterio, y creo que todos coincidirán, que no fue un asesino.

Los prisioneros aceptaron a los arqueros porque temían que detrás de esa puerta los esperara una muerte más horrenda.

Es para hacer un alto y reflexionar.