Un gesto para destacar

Elba Suárez.

Ciudad.

Señores directores: Días pasados, en una noche de frío intenso, en la zona norte de nuestra ciudad, tuve oportunidad de ver de cerca un grupo de jóvenes en cuyos rostros se conjugaban la alegría y la emoción.

Cada uno llevaba un regalo y, al preguntarles si era algún premio, me sorprendió la respuesta.

—Nos han regalado abrigos... y... son recién comprados.

Ellos no conocían a esas señoras, por eso sintieron en ese momento una gran confusión.

—En la escuela nos dijeron que eran maestras de escuelas nocturnas ya jubiladas; nosotros sentimos que todavía seguían siendo la seño.

No sé el valor económico de los regalos, pero sí el valor de ese gesto.

Maestras por vocación, gracias por dar alegría.

“Hambre cero”

Marta Felperín.

DNI: 14.808.981. Ciudad.

Señores directores: La siesta del sábado resultó soleada, un bello día para salir a caminar y eso hice. A la altura de Aristóbulo del Valle y Quintana encuentro una postal carnavalesca, llena de algarabía y color, niños y adultos en constante movimiento.

Pero el desasosiego me invadió prontamente, los carteles decían seguridad, seguridad y los niños coreaban alegremente esas palabras.

Como el pensamiento suele ser autónomo, y el mío se maneja bastante sin riendas, comenzó a galopar alocadamente y -entonces- vi la misma feliz manifestación acompañando a la “Marcha de los chicos del pueblo” con sus carteles diciendo “hambre cero”, y -también- vi las caras de los niños que venían marchando desde nuestro límite norte sentirse acompañados y apoyados, pero el pensamiento siguió desenfrenado y seguí viendo a la misma gente celebrando que la justicia se había impuesto y que el Estado de Derecho era una realidad.

No reniego del tema de la seguridad ni de su importancia, en las ciencias sociales el conocimiento de los resultados ayuda a modificar las causas, y de eso se trata, no imprimir sólo en el imaginario de los niños “seguridad” porque puede llegar a traducirse sólo en represión, más desigualdades y sociedad fragmentada, todo tiene sus causas, y no hace falta aclararlo en demasía, el hambre, la desocupación, la falta de perspectivas y la droga, etc, etc, eso importa y mucho y no sólo cuando mi vida se pueda ver alterada, sino también mucho antes de esto, cuando me manifiesto teniendo en cuenta y en consideración a la otra persona en tanto persona como yo y con mis mismas necesidades, el amor al prójimo. Ojalá en la próxima marcha vea carteles que digan “Ni un niño más con hambre”.