XIX Congreso Nacional de Crea
El sector rural piensa cómo construir una Nación mejor
La confianza en el propio futuro, instituciones de sólido desempeño, el desarrollo humano con crecimiento económico y justa distribución de la riqueza, ejes de los pensamientos expuestos.
Las exposiciones fueron seguidas por 3.000 asistentes y otras 1.500 personas desde 9 países siguieron por Internet.
Foto: Juan Manuel Fernández
Juan Manuel Fernández
El movimiento Crea (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) convocó a su XIX Congreso Nacional con una premisa de eminente alcance político y económico: todos juntos construyendo Nación.
Como sucede cada tres años, esta entidad líder en innovación tecnológica en el sector agropecuario se propuso reflexionar acerca del rol del productor empresario en la mejora de las instituciones, la disminución de la pobreza, el desarrollo equitativo o la producción sustentable. “Son espacios para compartir y reflexionar, para luego actuar”, sintetizó el presidente del congreso, Luis Agriman.
Más de 3.000 personas viajaron desde todo el país hasta Córdoba para escuchar, durante tres jornadas, a disertantes de la talla de los ex presidentes de Uruguay y Perú, Tabaré Vázquez y Alejandro Toledo, del embajador sudafricano Anthony León o del escritor británico John Carlin, entre otros referentes del mundo político, científico y cultural.
El interés de todos
“La política es el interés de lo común; participar en el interés de lo común creemos que es un deber de todos”, resumió el presidente del movimiento, Rafael Llorente. Sobre la base de esa idea giraron disertaciones sobre cómo disminuir los índices de pobreza, cómo mejorar el sistema educativo, de qué modo resolver los problemas de infraestructura, o simplemente qué tipo de empresas necesita el país.
“Para construir la Nación, lo primero que se necesita es confianza en el propio futuro”, lanzó Tabaré no sólo a los presentes en el auditorio, sino también a los más de 1.500 espectadores que siguieron el congreso, en vivo, por Internet desde 9 países.
El ex presidente uruguayo, el más aplaudido de la jornada inicial, mencionó que hubo grandes naciones, como la ex Unión Soviética, que carecieron de esa confianza en el porvenir y desaparecieron, mientras que otros más chicas, como Vietnam, superaron todo tipo de adversidades. “Pero no encerrados en su pasado”, apuntó.
Equilibrado y medido, el oriental recordó que “nada se logra de la noche a la mañana” y recomendó “trabajar para mejorar las cosas, pero sin griterío”. También se permitió una definición: “Desarrollo humano es crecimiento económico con justa distribución de la riqueza”.
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Instituciones y algo más
Ayer jueves el convite fue a pensar “los desafíos que tenemos como sociedad” de aquí al 2016. Y en reiteradas oportunidades los disertantes se refirieron a una constante demanda escuchada desde el sector agropecuario: mejores instituciones.
Alberto Föhrig, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de San Andrés, advirtió que muchas veces se las nombra como meras abstracciones, y se preguntó: “¿Quién es el responsable de remediarlas?”. “Las instituciones son producto de acciones colectivas”, contestó.
Minutos antes los asistentes habían votado por mensaje de texto (otra innovación del movimiento) a una pregunta concreta: ¿quiénes son los responsables de la calidad institucional? El 83 % respondió: “La sociedad en su conjunto”, mientras apenas 3 % dijo: “Los partidos políticos” y otro tanto: “El gobierno”.
Por otra parte, el catedrático repasó la historia del agro argentino y trazó semejanzas y diferencias con “la época dorada” de fines de siglo XIX y principios del XX respecto de la actualidad. “Los planetas están alineados”, dijo, porque hoy el mundo es más receptivo que entonces a los productos del campo, y eso se traduce en un mejor término de intercambio y mayor poder adquisitivo para el país”.
Vinculado con esto, recordó que antes de la sustitución de importaciones, el agro era visto como motor de desarrollo por los beneficios directos que generaba para la sociedad. “El campo acompaña a la sociedad en tanto genera legitimidad”, advirtió, y sugirió la forma en que el sector podría recuperar esa consideración de la comunidad: invertir, agregar valor y atraer mano de obra. “Y una pata muy importante es tributar”, agregó.