Menos mal que está Fuertes en Colón
El Maestro del gol
Otro gol...otro grito. El grito al viento en el Cementerio de los Elefantes de un futbolista que cerca de los 38 años anunció que en diciembre le pondrá fecha de vencimiento a una carrera impecable con la camiseta de Colón. Si sigue embocando, ¿mantendrá firme lo de su retiro?
Foto: Flavio Raina
El equipo del “Turco” Mohamed no va para atrás ni para adelante: apenas empató 1 a 1 con All Boys y hace seis que no gana en Santa Fe.
Darío Pignata
Entre el inoxidable Esteban Fuertes y el amor propio del complemento, Colón silenció los dolorosos silbidos con los cuales el equipo de Mohamed se fue al entretiempo 0-1 con el ascendido All Boys. Incluso, después de la aparición 120 de “Bichi” con la sangre y luto, el dueño de casa lo peloteó al de Floresta. Pero no hay caso con este Colón. No va para atrás ni para adelante. Puso primera hace una semana en Avellaneda, pero anoche quedó otra vez en punto muerto y el empate se festejó en ese sorprendente grupo de 500 simpatizantes que se fueron cantando “que Floresta es de Primera y de Primera no se va”. Como una imagen repetida, el hincha masticó la bronca en silencio, porque no lo puede ver ganar a Colón en Santa Fe y ya pasaron seis fechas desde la última alegría en el Cementerio.
Las ganas y el compromiso quedaron a salvo, pero el fútbol sigue en veremos. A la hora de los merecimientos, Colón debió quedarse con algo más, porque el cabezazo implacable de Fuertes sepultó la actitud de All Boys que decidió no atacar más y defenderse. Claro que entre Lucero que no patea al arco ni con un decreto de necesidad y urgencia, y la mala suerte de Goux que la sacó de abajo del travesaño cuando era gol, quedó en claro que la cuota quincenal de suerte se gastó hace una semana en el Cilindro de Avellaneda ante Racing.
Entró dormido
Si algo sorprendió en la noche fue la levedad con la cual caminó la cancha en los primeros minutos. De entrada nomás, la típica pelota atrás innecesaria al arquero, las dudas de Pozo con los pies y un regalado lateral ofensivo para All Boys. La jugada no cambió la historia pero marcó una señal: Colón estaba dormido. Como en otra. La cruzaron a espaldas de Juan Quiroga, el “Negro” dudó, Perea fue una mezcla de rapidez con viveza, lo anticipó, eludió a Pozo y llegó el tackle-penal que Matos cambió por gol.
Una vez más, Colón quebrado por el medio, donde Mohamed pone dos cinco porque en realidad no tiene uno como debiera: de presencia, con marca y que genere respeto a los rivales, como era Prediger. Este déficit a la hora de reforzar la plantilla, después de lo visto en el torneo pasado donde a Colón lo superaron en esa zona, es de exclusiva responsabilidad del entrenador.
El amor propio del “Chino” Garcé para agarrar la lanza y la ratificación del tiempo perdido con Quilez afuera asomaron como lo mejor del equipo en esa primera parte. El técnico esta vez, lejos de demorarse, mandó un cambio en el mismo primer tiempo: a la cancha Damián Díaz por Candia. Es cierto que, en ese momento, Goux daba más ventajas que el paraguayo, pero la apuesta le salió bien al “Turco”. No tanto por el escalonamiento defensivo zonal sino porque Damián Díaz jugó un partido inteligente: no se estacionó, hizo correr la bola por todos lados y abrió por abajo una defensa que estaba cerrada.
Otra historia
Vaya uno a saber qué les dijo Mohamed a los silbados jugadores de Colón en el descanso. Lo cierto es que desde la actitud —y en parte, por momentos, del juego— se vio un Colón mejorado. El técnico de All Boys dio una manito desde el banco: sacó un avión a chorro como Perea para poner un globo como Rimoldi, el mismo jugador intrascendente de hace un par de temporadas que pisa la pelota como si fuera Garrincha... pero no se da cuenta que es Rimoldi. Ese cambio fue clave: All Boys pasó de tener uno que empujaba a quedar con casi uno menos.
Levantó Moreno al quedar de “8”, recibía libre Damián Díaz y era interesante el barrido de Higuaín. El anticipo de Fuertes para clavar el 1 a 1 abrió la puerta para ir a jugar en Colón, porque quedaba un montón. Al toque, con el cambio de Grazzini por Pérez García, All Boys bajó la persiana en el Brigadier López al sacar los dos motorcitos-carrileros, con una sola idea: dormir la pelota y no atacar más en Santa Fe
El diario del sábado indica que el cambio de Lucero por Higuaín fue doblemente perjudicial para Colón: porque el “Pipita” estaba empezando a encontrar esos espacios necesarios para ganar el partido contra un equipo encerrado y porque Lucero definitivamente patentó su apodo. Porque si Pedro Uliambre fue alguna vez “casi gol”, Lucero es “no pateo nunca”. Siempre queda en posiciones inmejorables y siempre toma pésimas decisiones. Una vez más, inentendible.
El juego de las diferencias
Colón tiene nombres propios, All Boys no. Colón debió ganar el partido, All Boys no. Colón tiene presiones, All Boys no. Pero All Boys es un equipo, Colón todavía no. Los de Floresta son en Primera la misma expresión de la B con algunos retoques que dependerán —para agrandarse o achicarse— de los resultados. Si sigue sumando como anoche, encontrará la confianza necesaria para crecer en la categoría y buscar el milagro de la permanencia.
“Entre la quinta y sexta fecha, tenemos que arrancar”, había dicho Mohamed en su momento. Con 6 de 18, el equipo no arrancó en la tabla. Y, por el juego, tampoco arrancó en la cancha.
Ayer, del famoso cuarteto ofensivo, jugaron todos juntos en el mejor momento de Colón: Damián Díaz, Larrivey, Higuaín y Fuertes. El técnico tiene la obligación, en virtud de la inversión que le hizo hacer a los dirigentes, en trabajar un funcionamiento táctico-estratégico acorde para que las estrellas tengan lugar para brillar de mitad para arriba. Cualquiera de los cuatro es demasiado caro para estar sentado en el banco.
Hay decisiones que no deben demorarse: no son impasables los stoppers y no hay un “5” de marca en el medio para jugar con línea de tres. Se expone demasiado y de manera innecesaria. SOS: defensa en zona, “Turco”. Arriesgar no es sólo jugar con tres atrás. Arriesgar es jugar con las cuatro estrellas juntas. Por más que hasta ahora el único que brilla es el “Bichi” Fuertes, el Maestro del gol. Llegó a 120 gritos con la sangre y luto. Cerca de los 38 años, tiene tres goles en seis fechas. Anoche apareció justo a tiempo. Otra vez. Una vez más.
