Ganados y carnes

Una primavera con precios calientes

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Hay menos vacas, semana a semana, y las buscan los exportadores porque se están dando ROE.

Foto: archivo

En un escenario de baja oferta, todo apunta a que los precios del ganado recuperen los máximos logrados entre mayo y junio. La oferta ha caído un escalón y los precios de la hacienda toman impulso alcista nuevamente.

 

Ignacio Iriarte

Los feedlots , que hace semanas reponen sólo entre 70 y 80 por ciento de lo que venden, ya están proveyendo menos gordo y la oferta de origen pastoril, hoy casi toda fuertemente racionada, ha comenzado a mermar y promete reducirse aún más en las próximas semanas a favor de las recientes lluvias.

Muchos ausentes. El novillo, tanto el mediano de supermercado como el pesado de exportación, tiende a hacerse inhallable, mientras que la vaca se reafirma en su carácter de categoría estrella.

Hay menos vacas, semana a semana, y las buscan los exportadores porque se están dando ROE y porque los precios FOB están subiendo especialmente a Rusia.

Las busca también el vaquero de consumo y hasta las grandes industrias frigoríficas para darle volumen a las plantas, ante la escasez de novillo.

Castigada la vaquillona, por el exceso de grasa con que sale de los corrales, muy buscado el novillito y el ternero, si es que a un animal de 300-320 kilos ahora, de acuerdo a la nueva nomenclatura oficial, debamos llamarlo ternero.

Antes que el verano

En una primera etapa, todo apunta a que los precios del ganado recuperen los máximos ya logrados en mayo-junio, y de los cuales hoy el mercado está todavía entre un cinco y un 10 por ciento por debajo. Entre el vaciamiento progresivo de los feedlots a este precio de la invernada es imposible encerrar, las lluvias tempranas y generales, y las dificultades cada vez mayores para reponer, todo se combina para que la escasez estacional de verano se anticipe a la primavera.

A priori, es más probable que la oferta se reduzca, y que se agraven todos los problemas de ociosidad en toda la cadena, a que los precios del ganado experimenten una nueva explosión, como la de noviembre-mayo último, cuando la hacienda subió un 70-80 por ciento.

Límites al mostrador. En las últimas semanas varias encuestas privadas reflejan nuevos aumentos de la carne al mostrador, al compás de la suba del precio del ganado liviano; pero en general se observan señales de fatiga en la demanda, erosionados los ingresos por una inflación sostenida.

Otro factor moderador de una nueva eventual suba de los valores al público es el fuerte aumento de la demanda y de la oferta de pollo, que hoy ya se lo encuentra en gran parte del GBA y del interior a los mismos bajísimos precios que hasta hace poco sólo se conseguían en las grandes cadenas urbanas de super e híper.

De cara a la próxima reducción de la oferta ganadera, que ya estaría comenzando a verificarse, la mayoría de los operadores especula con que rápidamente se recuperarán los valores que el mercado ya convalidó hace tres meses. De ahí en más, las subas se darán de manera moderada y gradual, pero limitadas por la demanda.

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Un cóctel explosivo

El salto explosivo del valor de la carne y de la hacienda de diciembre-mayo último se dio a partir de precios extremadamente bajos, y ahora el punto de partida, tanto en dólares como a moneda constante, es el más alto de la historia. La oferta tiende a agotarse, pero la demanda también está agotada. Otros operadores especulan con que el faltante de los próximos meses será mayor aún que el de principios de año, porque en esta primavera-verano se dará un cóctel explosivo: feedlot semivacíos, retención generalizada (favorecida por la humedad que hay en el suelo), precios excepcionales, escasez de invernada y la necesidad de los ganaderos de poblar los campos.