A los 80 años, en París

Murió Claude Chabrol, alma y origen de la “nouvelle vague”

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Grandes títulos en la historia del cine de Francia llevan la firma del genial director cinematográfico.

Foto: Archivo El Litoral

El director cuenta con más de sesenta películas en su haber, y era uno de los realizadores más importantes de Francia.

 

De la redacción de El Litoral

Claude Chabrol, el renombrado cineasta francés que fue uno de los fundadores en los años 50 del movimiento cinematográfico la nouvelle vague, falleció a los 80 años en París, su ciudad natal.

El realizador, dueño de un estilo distante y elegante como su sentido del humor, se acercó al mundo del cine a través de la prestigiosa revista francesa Les Cahiers du Cinéma, en la que participó como colaborador y crítico debutando con la crítica de la película “Cantando bajo la lluvia” (1952) de Stanley Donen y Gene Kelly.

Hijo de un farmaceútico, Chabrol nació en París el 24 de junio de 1930, fundó de niño un club de cine en su garaje, se casó tres veces y tuvo dos hijos. Para complacer a sus padres, estudió Farmacia, además de Literatura en la universidad de La Sorbona y después Derecho.

El director, quien después de recibir una herencia produjo algunas películas propias y otras de sus compañeros de la redacción en la revista, cuenta con más de 60 películas en su haber siendo uno de los realizadores más importantes de Francia.

Sus primeros filmes fueron “El bello Sergio” (1958) y “Los primos” (1959) -que ganó el Oso de Oro de la Berlinale-, ambos forman parte del inicio del movimiento nouvelle vague, del que también formaron parte cineastas como François Truffaut, Jean-Luc Godard, Alain Resnais y Éric Rohmer, junto a quien escribió un libro sobre el director de cine británico naturalizado estadounidense, Alfred Hitchcock, recordó la agencia Télam.

Este fue su primer gran proyecto relacionado con el cine, una monografía donde la idea era señalar la genialidad de Hitchcock, algo que hoy parece incuestionable pero que en ese momento era visto sólo con las interpretaciones más superficiales.

Los abismos del alma

Esta generación de realizadores que rechazó las estructuras que el cine francés imponía hasta ese momento, postuló como máxima aspiración la libertad de expresión y la libertad técnica en el campo de la producción fílmica. Así surgió lo que hoy se conoce como “cine de autor”, cuya marca era el estilo inconfundible e individual de cada director.

Desde la muerte de François Truffaut en 1984 y de Eric Rohmer en 2010, Chabrol era junto con Jean-Luc Godard uno de los últimos cineastas que quedaban vivos de la nouvelle vague. Las obras de Chabrol, que reflejan y analizan de manera crítica la hipocresía de la burguesía francesa con ironía y distancia, resaltan además la obsesión y la dependencia poniendo al desnudo los abismos del alma humana.

Su cine se sustenta casi exclusivamente en la creación de personajes, en recrear, basándose en obras literarias de mayor o menor importancia y una realidad puesta en movimiento delante de la cámara.

Los autores de referencia que toma para la creación de sus personajes son realizadores como Alfred Hitchcock o Fritz Lang, con los que comparte una visión similar de la realidad y sobre todo de la importancia de la estructura y de la construcción cinematográfica.

Atractivos

Gran parte de su obra tiene tramas simples, la acción aparece en la pantalla de forma clara y comprensible con un resultado siempre atrayente tanto en el plano narrativo, como en el estético o cultural.

Entre sus filmes se destacan clásicos como “La mujer infiel” (1968), “El carnicero” (1969), “Pollo al vinagre” (1984), “Madame Bovary“ (1991), “Gracias por el chocolate” (2000), “La flor del mal” (2003) y “Una chica cortada en dos” (2007).

Su última obra “Bellamy” que pudo verse en el Festival Internacional de Cine de Berlín en el 2009, fue protagonizada por el actor Gérard Depardieu, quien lamentó hoy la muerte del célebre cineasta.

“Encarnaba la pasión, la niñez, sabía reír”, dijo el conocido actor galo sobre el cineasta y “tenía ese ímpetu por lo nuevo, ese espíritu agraciado”, agregó Depardieu y publicó la agencia DPA.

Chabrol también incursionó en la actuación en los filmes “Je hais les acteurs” (1986) de Gérard Krawczyk y en “L”Été en pente douce” (1987) de Gérard Krawczyk.

El realizador abordó por ejemplo, de manera cruda, el amor entre dos mujeres en la película “Las ciervas” y en los años 90 dio que hablar con las adaptaciones literarias al cine de “Madame Bovary” y el drama de los celos en el filme “El infierno”.

Gran parte de su obra tiene tramas simples, la acción aparece en la pantalla de forma clara y comprensible con un resultado siempre atrayente.