Nuevas y viejas construcciones

Advertencia de ingenieros civiles

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Frente a irregularidades en el diseño y cálculo de las construcciones, los controles municipales fallan por personal no capacitado para la supervisión.

Foto: Archivo/El Litoral

La “ciudad de altura” gana terreno. Sin embargo, la seguridad pública puede estar en riesgo por falta de certificaciones por parte de profesionales idóneos.

 

De la redacción de El Litoral

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El Colegio de Profesionales de la Ingeniería Civil expresó su preocupación por la falta de responsabilidad en torno a la construcción de edificios de altura.

En una ponencia que firman los Ing. Guillermo Rossler y Pedro Kurgansky, como presidente y secretario de la entidad, el Colegio sostiene que más de 30 proyectos se están levantando en la ciudad y en el interior que no tienen el aval de un profesional especializado en el diseño, proyecto y dimensionado de la estructura. Como agravante -agregan- varios municipios no cuentan con ingenieros capaces de hacer la supervisión. “Estas irregularidades se repiten también en otro tipo de construcciones”, agrega.

Visión

El Colegio refiere que rápidamente la de Santa Fe se va convirtiendo en una “ciudad de altura”. Numerosos edificios de más de diez pisos son parte del paisaje urbano que se muestra hoy totalmente diferente a cómo se veía un tiempo atrás. Además, en la actualidad, hay decenas de proyectos de torres de 14 y 15 pisos y otros tanto de muchos más.

Indica que este proceso se lleve adelante de la mejor manera depende de la responsabilidad de la sociedad pero, fundamentalmente, de quienes realizan estas obras y de quienes deben controlarlas desde el Estado.

Opina el Colegio que lamentablemente, los primeros a veces cometen irregularidades y muchos municipios no cuentan con personal capacitado para las tareas de supervisión. “Todo esto pone en riesgo la seguridad de los santafesinos”, sostiene la entidad que advierte que “cualquier error de proyecto o de ejecución puede costar mucho dinero e incluso vidas humanas”.

Advierte, asimismo, que los profesionales de la ingeniería son “los únicos aptos para calcular estructuras de edificios de altura”. No obstante en la actualidad, en la provincia, se llevan adelante gran cantidad de obras de esas características en las cuales no participan ingenieros y “quien se hace responsable con su firma es otro profesional que no está en condiciones -ni debe estarlo- de detectar fallos en los planos y en la ejecución”.

Estos posibles errores o dolos tampoco puede ser observados por los órganos estatales de control por no tener ingenieros civiles en sus planteles, dice el Colegio que ha realizado reclamos sobre el particular.

Cómo se opera

Luego el Colegio de Profesionales de la Ingeniería Civil de Santa Fe señala que generalmente, “los culpables” de toda esta situación son supuestamente “empresarios” que evitan la “firma” de un profesional de la ingeniería civil para eludir responsabilidades y bajar costos, que son porcentajes insignificantes respecto del costo de la construcción.

Indica que cuando esta situación se presenta, se puede hablar de una actitud deplorable al menos de dos tipos de profesionales. En primer lugar, el ingeniero que acepta trabajar “en negro”, que no hace los aportes correspondientes a la Caja de Previsión Social - sistema solidario imprescindible para los trabajadores y sus familias a la hora de su jubilación-, y que seguramente cobra por debajo de lo normal. El otro es la de “un profesional de la arquitectura, que con su firma, se hace responsable de la tarea, a pesar de que carece de la capacitación específica para realizarla y supervisarla, actuando así contra el propio Código de Ética de su Colegio”.

Algunos riesgos

Respecto de los riesgos, el Colegio señala que es imprescindible la figura del “revisor municipal” y es indiscutible que un profesional de la ingeniería civil debe ocupar ese lugar. A modo de ejemplo, sostiene que un revisor podría cuestionar los planos en los que no figuren los reglamentos bajos en los cuales se estimó las cargas de viento. Así - continúa la entidad- hay edificios que no están calculados para soportar de la mejor manera el efecto de oscilación que provoca el viento.

Consigna, asimismo, el Colegio que Santa Fe está catalogada como “zona sísmica 0” pero en realidad -advierte- ninguna zona está totalmente a salvo de un movimiento telúrico y esa posibilidad debe estar contemplada en cada proyecto.

Finalmente, respecto de la ciudad de Santa Fe dice que “en su momento, se han aprobado planos en donde no se especifican aspectos importantes de la construcción: sobrecargas de uso, normativas por las cuales se calculó el edificio, el tipo de material utilizado (el acero, el hormigón), el estudio de suelo”. Todas estas cuestiones tienen que ver con la seguridad pública, la vida útil del edificio y el confort de sus ocupantes, concluye el Colegio de Profesionales de la Ingeniería Civil.

 

 

/// EL DATO

Casos inquietantes

Las situaciones planteadas por los ingenieros civiles se repiten en otros tipo de construcciones en lo referente a diseño y cálculo estructural, señala el Colegio, que expresa que distintas inspecciones le ha permitido detectar irregularidades en grandes superficies comerciales, silos, estaciones portuarias y naves industriales.

 

/// LA CLAVE

Medidas

En lo que respecta a su profesión, el Colegio intimó a ingenieros no matriculados para que se inscriban, paguen sus aportes y multas y señala que en caso de que no cumplan, la situación pasará directamente a la Justicia. En cuanto a las irregularidades que tengan que ver con profesionales de otro colegio, la actitud será denunciada ante el respectivo Tribunal de Ética.