EL SÁBADO

Festividad de San José de Cupertino

 

La Asociación Marchigiana Santa Fe celebrará este sábado una misa en honor de San José de Cupertino. Será a las 19, en la Pquia. San Juan Bautista (Ituzaingó esquina Sarmiento), donde se encuentra una imagen del santo donada en 1997 por los frailes de Ósimo (Le Marche, Italia) a la Asociación Marchigiana Santa Fe para su advocación. La institución eligió a la Pquia. San Juan Bautista por emplazarse en barrio Candioti, donde se halla el mayor asentamiento de los marchigianos en nuestra ciudad. En la celebración se recordará que el 3 de agosto de 2006 se realizó un hermanamiento virtual -el primero en el mundo- entre la Basílica de Ósimo, donde se venera al santo, y la Pquia. San Juan Bautista.

Su advocación

Giuseppe Desa fue un fraile franciscano. Con el nombre de José de Cupertino es considerado el patrono de los estudiantes, por las dificultades que tuvo cuando estudiaba. Nacido en 1603, en el seno de una familia muy pobre, al poco tiempo falleció su padre y su madre lo trató con extrema dureza, pues lo consideraba una carga.

Debido a su torpeza y despreocupación, fue expulsado del convento de los capuchinos, por lo que tuvo que regresar a la miseria y desprecio de su hogar. No obstante, fue admitido más tarde como criado en el monasterio de Grottella. Entonces, se produjo un cambio radical en la vida de José: desempeñó con notable destreza los deberes que se le encomendaban, y con su humildad y amor por la mortificación y la penitencia, se ganó el afecto y respeto de todos, logrando ser admitido entre los religiosos del coro. En 1628 fue ordenado sacerdote, dedicado a los trabajos manuales domésticos y de rutina. Desde el momento de su ordenación, en la existencia de San José ocurrió una serie ininterrumpida de curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales que despertaron la envidia y la admiración de muchas personas.

Finalmente, terminó a cargo de los capuchinos en calidad de fraile solitario en las colinas de Pietrarosa, donde debía vivir en estricta reclusión; sin embargo, no duró mucho tiempo su aislamiento, debido a que los peregrinos descubrieron su escondite y comenzaron a poblar el lugar. Fue trasladado a otro monasterio capuchino en Ósimo (Le Marche), donde fue más estricta su reclusión. El 10 de agosto de 1663 se sintió enfermo y falleció cinco semanas después, a los 60 años, el 18 de septiembre. Su cuerpo está expuesto para su veneración en el Santuario de Ósimo. Fue canonizado en 1767 por Clemente XIII.