Hilda Molina en primera persona

“Cuba vive una simbiosis entre el stalinismo y el capitalismo salvaje”

La neurocirujana cubana presentó en Reconquista su libro “Mi Verdad. De la revolución cubana al desencanto”. Dijo que la “Revolución es mentira” y que el modelo castrista está agotado, pero igualmente no avizora un “cambio rápido”. Advirtió que Fidel aún sueña con imponer su ideología en Latinoamérica.

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Hilda Molina, transmite una inmensa esperanza en que su Cuba sea libre y también un desencanto con los líderes de la Revolución que plasmó en su libro autobiográfico. Foto: Agencia Reconquista

 

Gustavo Capeletti

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Su diminuta figura contrasta con sus pergaminos. No solo ésos obtenidos en los claustros universitarios, sino, y más bien, con aquellos logrados al renunciar a ser parte del régimen castrista y que la erigieron en la “disidente” quizás de mayor predicamento fronteras afuera de su amada isla.

De lenguaje coloquial y tono calmo, con gestos que economiza pero que a la vez alcanzan para apoyar su relato, vestida con sobriedad, Hilda Molina trasunta humildad y paz. Transmite una inmensa esperanza en que su Cuba sea libre, un entrañable orgullo por su sufrido pueblo isleño, y el incontrastable desencanto con los líderes de la Revolución que plasmó en su libro autobiográfico.

A fin de tratar, seguro vanamente, de sintetizar el efecto que su mensaje y presencia producen en sus oyentes, podría decirse que la médica cubana conmueve. Sólo así puede explicarse que su crítica a la dictadura de su país, centrada en la figura de su principal hacedor -el comandante Fidel Castro-, no resulte ofensiva y más bien suene a una declaración de principios. A una concientización acerca de las mentiras instaladas por la propaganda oficialista que dista infinitamente de reflejar siquiera un ápice de la realidad.

— ¿Cuál fue la razón de su desencanto con la Revolución Cubana?

— Cuba fue uno de los países latinoamericanos que mayor desarrollo tenía en medicina pero el gobierno, por corrupción, se enfrascó en descarriar un buen sistema de salud. Las camas destinadas a atender en forma gratuita a nuestros ciudadanos, fueron siendo destinadas para la atención privada de extranjeros por lo cual los gobernantes cobraban 8 millones de dólares al año que iban para sus bolsillos.

En las décadas del “70 y “80 el sistema de salud cubano fue de excelencia, las instituciones eran impecables, el nivel primario científico era de primer nivel. Siempre me preocupó que todo gobierno tenga la obligación de dar un sistema de salud así, porque es un deber elemental de todo gobierno tener esa vocación de servicio con los enfermos.

— ¿Qué realidad vive hoy la medicina?

— Hace falta en Cuba una medicina privada para que aquellos que no quieren verse con el gobierno y adquirir, dicho sea de paso, una deuda impagable con el Estado, puedan elegir poder ir a un hospital judío o católico, o lo que sea.

Pasado el tiempo, más de medio siglo después, el sistema está petrificado, encerrado, y eso ha determinado que se haya ido deteriorando progresivamente. No es lo mismo un médico bien preparado que ve al enfermo desde un puesto de superioridad que un médico igualmente capaz pero que ve al paciente como alguien con quien tiene obligación; no es que el enfermo te tiene que venerar, sino que tú te debes a ese enfermo.

— ¿Por qué en su momento abrazó la causa revolucionaria?

— Yo procedo de una familia que no tenía necesidades, diríamos que era capitalista, y sin embargo yo me sumo a aquel proceso compulso a que brindemos lo mejor en ideas, precisamente para que no sucediera lo que pasaba en Cuba. Pero la defensa de los humildes, por los humildes y para los humildes, como pregonaba la Revolución yo no la veo en la realidad de mi país.

Se ha repartido de una forma muy uniforme la miseria y sin embargo se ha repartido la riqueza entre la elite gobernante. Yo no soy igualitarista, yo no quería que me dieran a mí nada, porque si hubiera querido eso tenía ofrecimientos de contratos de países capitalistas. Yo quería que fueran consecuentes con sus prédicas. Y cuando alguien predica a favor de los pobres y vive como los millonarios es un fariseo.

Con esto no estoy alabando a las sociedades capitalistas ni a ningún otro sistema, ni siquiera las estoy criticando, sólo estoy narrando los hechos de mi vida y diciendo por qué lo que se prometió en Cuba no es legítimo.

— ¿Cuál es su visión sobre la realidad política de su país?

— Todo gobierno debe darle a su pueblo un sistema de educación y de salud decoroso, sin politizarlo ni ideologizarlo como en Cuba. Y de paso, además, tiene que respetar libertades y derechos. Cuando usted se para a pulmón batiente a decir, a insultar a los americanos por las desigualdades como hace Fidel Castro, pero a su vez cena con millonarios traficantes de armas, uno se pregunta en qué queda: somos revolucionarios y sometemos al pueblo a una opresión perpetua, pero por otro lado somos capitalistas salvajes.

Es este momento en mi país hay una simbiosis entre el stalinismo y lo peor del capitalismo salvaje, un modelo consumista en el que vive la elite gobernante. Esa es mi visión, pero pido que por ello no me identifiquen con la derecha, con la izquierda o con el centro, porque me dolería. Y así como no me siento capaz de analizar las realidades políticas de otros países, critico a aquellas personas que van una semana a Cuba e incurren en la superficialidad de decir que Cuba es perfecta.


La salud de Fidel

En su charla con el público presente en el auditorio de la UTN Reconquista, la médica se refirió a la salud del líder. “Ojalá que en esta etapa de su vida mejorara, y que él mismo, que todavía tiene parte del pueblo de Cuba que lo quiere, dejara que su alma se conmoviera y comenzara a realizar el cambio que Cuba necesita”.

El otro Castro

En relación al actual presidente, Hilda Molina reveló que Raúl Castro es una persona diferente a su hermano pero que a pesar de no tener “ni la inteligencia superior de Fidel Castro ni su carisma, está comprometido con el sistema de la misma forma”.

En tanto, opinó que no cree que “aunque Fidel muera vaya a haber un cambio rápido en Cuba porque Raúl Castro es una persona muy organizada, y es el creador de la institución más eficiente que hay en Cuba que son las Fuerzas Armadas. Sus jerarcas le son fieles porque ha tenido la picardía de convertir a sus generales en empresarios”.

Por último analizó en la sociedad cubana hay una parte que todavía confía en el sistema, pero hay un porcentaje, sobre todo de los jóvenes, que quiere irse por todas las vías posibles. En su momento, nosotros le “entregamos el alma y la conciencia a Fidel, no se le recomiendo a nadie; el todavía sueña en extender su pensamiento, no ya al resto del mundo, pero sí a Latinoamérica”.

Médicos en la miseria

Un médico cubano gana al mes 550 pesos convertibles. Al cambio actual, esto equivale a 35 dólares, o a 140 pesos argentinos. “Con eso hay que vivir”, expuso Hilda Molina. Agregó que el último tiempo está comenzando a evidenciarse un fenómeno que incluso fue mencionado por el propio Fidel Castro: “Hay médicos que están comenzando a cobrar porque no tienen siquiera para comprar la leche para sus hijos”