ESPECIAL PARA EL LITORAL

OTRA MIRADA

Premiar el esfuerzo y saldar deudas

Por Enrique Martínez (*)

No estamos premiando el esfuerzo de alguna gente que quiso tener un ámbito de trabajo. En realidad, estamos saldando un pedacito de la inmensa deuda que la dirigencia política argentina tiene con la gente de buena voluntad de este país.

Este emprendimiento desarrollado en condiciones adversas, que implicó trabajar más de tres años para conseguir lo que se podía haber hecho en seis meses, indica la confusión y la falta de mirada estratégica sobre cómo resolver una parte central de las cuestiones que hacen a la pobreza y a la inclusión social, como es la recuperación de la dignidad y la autoestima de aquellos que están en las condiciones más humildes en este país.

El Inti viene desde hace muchos años bregando por hacer entender a buena parte del Estado nacional, como a los Estados provinciales y municipales, que el problema de la tecnología no es un tema aislado en que se transfiere un conocimiento para mejorar un cierto proceso que no se sabe a qué producto final conduce, es decir, quien se dedica a la tecnología en un país con tantas deudas sociales por saldar, no puede limitarse a evitar que una rastra de disco se oxide; debe además darle un sentido a su proyecto, que no aparecerá en el objeto sino en el uso que se le dé al objeto, en quién lo hace, a qué sirve y a qué proyecto de vida colectiva sirve.

El Inti tiene laboratorios de biotecnología, nanotecnología, software, y posee además científicos que trabajan con todas las empresas que lo necesitan, pero si no hacemos la panadería no justificamos nuestra presencia en la Argentina. Esto justifica que un organismo público sea financiado por el Estado nacional, que construyamos una esperanza nueva en la base social.

Para que esta idea realmente cuaje, se necesita que toda la dirigencia política argentina comprenda que ni Toyota, ni Ford, ni Wal Mart, ni ninguna de esas corporaciones va a salvar a la Argentina. En todo caso, van a ganar mucha plata y van a ocupar a unas miles de personas, pero a la Argentina la salvamos entre todos.

Es otro el destino, el destino está acá, en esta gente, en estos saberes, en esta construcción colectiva donde ingenieros con post-grados y mucha experiencia se juntaron con gente humilde, eligieron las mejores máquinas, se sentaron con ellos, los capacitaron, y en alguna ocasión, dentro de pocos años, estaremos en condiciones de ayudarlos a que se presenten en el mejor concurso de pan dulce de Santa Fe y lo ganen, porque ése es nuestro objetivo: lo mejor desde la gente.

(*) Presidente del Inti.