Surgió en 2004 de la mano de Gustavo Pinciroli y Hugo Walter Schaufler

San Jerónimo del Sauce: una fábrica de cerveza artesanal que se expande

Los emprendedores son de San Carlos e integrantes de familias cerveceras. Ingresaron al mercado con su propia marca, la 1516; hace un año y medio comenzaron a producir la cerveza Duff. Comercializan, principalmente, en Buenos Aires y en la costa argentina; y en menor medida, en el ámbito regional.

San Jerónimo del Sauce: una fábrica de cerveza artesanal que se expande

En crecimiento. La fábrica que está instalada en San Jerónimo del Sauce ofrece una gran variedad de cervezas. La mayoría es producida en la planta de la cervecería San Carlos. Foto: Amancio Alem

 

De la redacción de El Litoral

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Casi 9 años le llevó a la fábrica de cerveza artesanal de San Jerónimo del Sauce -departamento Las Colonias- fortalecerse. Todo esto, se logró gracias a muchas horas de trabajo invertidas, al ingenio y a la creatividad que cada uno de sus integrantes (Gustavo Pinciroli y Hugo Walter Schaufler) le puso a esta empresa. El primero, se empezó a abocar a esta actividad en 2001; y el segundo, se sumó a este emprendimiento en 2004 cuando dejó de trabajar en la cervecería San Carlos.

Al principio, “lo hacíamos como hobby hasta que luego vimos la veta comercializar al insertar nuestra marca -la 1516- en el mercado. Y tuvimos la suerte de que desde hace un año y medio nos eligieron para producir la cerveza Duff (reconocida marca de cerveza de la serie de dibujos animados Los Simpson). Este es un negocio interesante, ya que les estamos haciendo 45.000 botellas de 350 cm3”, comentaron a dúo Schaufler y Pinciroli, oriundos de San Carlos e integrantes de familias cerveceras.

De 1.000 litros que hacían en un primer momento, pasaron a duplicar esta cifra y después llegaron a hacer hasta 5.000 litros. Cuando empezaron a trabajar sacaban 500 botellas por día -de 350 cm3-; y ahora están produciendo entre 1.500 y 2.000 botellas por hora.

A medida que un emprendimiento se va agrandando, “otros problemas como los fletes y la necesidad de completar paletas -cada una está integrada por 1.500 ó 2.000 botellas- en los supermercados se fueron sumando”. Y el hecho de crecer “nos llevó también a modificar nuestro volumen de producción y a pausterizar la cerveza para que dure más tiempo en las góndolas, ya que al mes, una artesanal que no está pasteurizada comienza a sufrir variaciones organolécticas (cambios en el aroma y sabor)”, resaltó Schaufler.

Antes, “hacíamos todo en San Jerónimo del Sauce, donde lográbamos pasteurizar 240 botellas cada dos o tres horas. Cuando empezamos a tener una mayor producción averiguamos para adquirir equipos; pero, teníamos que invertir bastante dinero. Entonces decidimos alquilar unas horas a la cervecería San Carlos y sacar toda la producción desde esta planta. Esto no quiere decir que más adelante no construyamos nuestra propia planta porque hay mucha gente que tiene ganas de invertir en la zona y que está interesada en este negocio”, agregó Pinciroli.

Hoy están produciendo, aproximadamente, 15.000 litros de cerveza por mes y las que están envasadas en botellas chicas se comercializan en Buenos Aires y en la costa argentina. En nuestra zona, “no hay mercado para insertar las botellitas; ya que aquí se vende mucho el barril”.

Ante esta mayor demanda de producción, “nos fuimos a producir a la cervecería San Carlos”. Las cervezas especiales -negra, roja- se siguen haciendo aquí; pero las que tienen mayor salida la hacemos en San Carlos. Ahora estamos probando con la de trigo- y pensamos pasarlas a proceso y ya cerramos con un cliente que me pidió 1.000 litros en barriles.

A la cervecería San Carlos “llevamos toda la materia prima y elaboramos la cerveza junto a sus empleados”, agregó Schaufler.

Costos más elevados

Al ingresar al mundo de la cerveza artesanal, los números no cierran tan bien. “El costo para hacer una cerveza artesanal es mucho más elevado que el que se debe enfrentar cuando se hace una comercial. Es que en todo esto influye el costo de los insumos -tapas de las botellas, malta, lúpulo, levadura, entre otros- que comprás a terceros y, además, tenés que salir con un producto de calidad y que tenga mayor durabilidad en la góndola”.

Por lo general, en Buenos Aires, una cerveza artesanal puede venderse al doble o al triple de su valor dependiendo de los estilos que se comercialicen. Por eso, hay que ver quién te la compra porque en los boliches o bares que tienen exclusividad con determinadas empresas -le dan sillas, mesas, sombrillas, exibidores- “no nos pueden comprar porque hicieron un contrato de exclusividad con esa firma en particular”. En la zona, “hay lugares donde venden nuestra cerveza pero en barril”.

Al respecto, Schaufler remarcó que “de Rosario para arriba, nuestra marca anda muy bien”; en cambio, “en esta zona cuesta un poco insertarla”.

El procedimiento para hacer una cerveza artesanal “es igual en todos los casos”, lo que va cambiando son las materias primas dependiendo del estilo que se fabrique. El último estilo que estamos sacando es la Weiss ó Weissbier, la cerveza de trigo. Las primeras muestras las hacemos acá en nuestra fábrica que usamos como laboratorio y después pasamos la fórmula a fábrica”.

San Jerónimo del Sauce: una fábrica de cerveza artesanal que se expande

Hugo y Gustavo posan al lado de una de las máquinas -ahora en desuso- con las que empezaron a trabajar para elaborar las primeras cervezas artesanales.

Foto: Amancio Alem

La diferencia

Si bien hay varias definiciones que utilizan los cerveceros a la hora de diferenciar una cerveza artesanal de una comercial, personalmente, “entiendo que una cerveza artesanal se diferencia de una comercial por no utilizar aditivos artificiales u otros adjuntos que abaraten su costo. Una cerveza artesanal en la mayoría de los casos se fabrica con el 100% malta de cebada y se diferencia por ser cerveza genuina”, remarcó Hugo Walter Schaufler.

/// el dato

Marca reconocida

Desde hace un año y medio, los referentes de Duff -de Buenos Aires- estaban recorriendo esta zona de la provincia de Santa Fe y “probaron nuestra cerveza y se fueron muy contentos. A los días, volvieron porque les había gustado este producto y ahí empezamos a trabajar para ellos. Comenzaron a comprarnos de a poco, en un principio, venían a buscarla en autos de a 40 cajas; después, una paleta, 5 paletas; y ahora están llevando un equipo completo cada 15 días -26 paletas que contienen 1.500 botellas cada una-”, resaltaron Gustavo Pinciroli y Hugo Walter Schaufler.

La cerveza Duff es la marca de cerveza de la serie de dibujos animados Los Simpson y es la preferida de Homero Simpsons. Desde 2008, se comercializa en varios países del mundo.

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