Cuando el río suena...

No se lo digas a nadie

Guillaume Canet (izq.), director, y Francois Cluzet, actor, reciben su premio César por la película “No se lo digas a nadie” (2007). Foto: Archivo El Litoral

 

Laura Osti

Guillaume Canet es francés, tiene 33 años y una importante trayectoria como actor de cine. “No se lo digas a nadie” es su segunda película como realizador y ha sido merecedora de dos premios César (2007): mejor director y mejor actor, este último para Francois Cluzet.

El guión está basado en la novela homónima Tell no One del estadounidense Harlan Coben y se trata de un thriller narrado a ritmo frenético y casi circular, como un torbellino, cuyo vórtice es una relación amorosa que se ve quebrada de repente de manera tan trágica como inexplicable.

La película comienza con una escena familiar en una casa rural, en la campiña francesa. Varias personas comparten un momento de alegría y esparcimiento en torno de una mesa, al aire libre. Luego, una pareja sale en su auto a dar un paseo. Alexandre y Margot se detienen junto a un río, donde nadan y descansan hasta el anochecer. Ya noche plena, sobreviene lo inesperado. Margot desaparece misteriosamente y Alexandre es encontrado ferozmente golpeado.

La narración pega un salto y se retoma ocho años después. Alexandre es médico pediatra y ha seguido su vida más o menos normalmente, después de lo que se ha considerado el “asesinato” de su esposa, que la policía atribuyó a un peligroso sujeto que tenía varios crímenes en su haber. Caso cerrado... sin embargo, el descubrimiento de dos cuerpos sepultados en las inmediaciones de donde ocurriera el episodio y que datarían de la misma época, impulsa a la policía a reabrir la investigación.

A partir de ese momento, todo empieza a moverse a un ritmo alucinante. Las pistas comienzan a confundirse y a entrecruzarse, mientras Alexandre pasa de ser considerado una de las víctimas del hecho a sospechoso, lo que (en medio de su dolor reavivado) lo impulsa a procurarse él mismo su propia investigación.

Amigos, conocidos y parientes, diversos grupos mafiosos, más el accionar policial: todo el río revuelto. La música y la cámara agitada (que a veces se mueve en círculos interminables y otras en viboreos mareadores) van creando un clima de ansiedad y agobio, en el que una vuelta de tuerca tras otra primero complican y luego, por fin, terminan por revelar todo el misterio.

Misterio que tiene como eje el profundo amor que se profesan Margot y Alexandre, quienes comenzaron a quererse desde muy chiquitos, y cuyas vidas están inseparablemente unidas para siempre. El mensaje final es que el amor logra triunfar ante todas las adversidades, aun cuando las trágicas circunstancias que provocaron el quiebre de la pareja hayan estado plagadas de cuestiones oscuras y perversas, vinculadas con ciertos bolsones de corrupción en el seno mismo de la sociedad, que tocan a la policía, a un político y a su hijo empresario.

Pasiones ocultas, vicios y perversiones que salen a la luz en un momento inoportuno habrían sido el desencadenante de una cadena de hechos violentos, en la que la desaparición de Margot es sólo un eslabón.

El film de Canet exige máxima atención del espectador, para no perderse detalle. Tributario del universo hitchkockiano, Canet se mueve con audacia y no elude la cuestión de la incertidumbre, al plantear una resolución donde una verdad develada puede generar nuevas dudas a resolver.

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El mensaje final es que el amor logra triunfar ante todas las adversidades, aun cuando las trágicas circunstancias que provocaron el quiebre de la pareja hayan estado plagadas de cuestiones oscuras y perversas. Foto: GENTILEZA PRODUCCIÓN

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MUY BUENA

No se lo digas a nadie

“Ne le dis à personne”, Francia/2006, color; hablada en francés. Dirección: Guillaume Canet. Con François Cluzet, André Dussolier, Marie-Josée Croze, Kristin Scott Thomas, Nathalie Baye, François Berléand, Jean Rochefort, Guillaume Canet. Guión: Philippe Lefebvre y Guillaume Canet sobre la novela “Tell No One”, de Harlan Corben. Fotografía: Christophe Offenstein. Música: M (Matthieu Chedid). Edición: Hervé de Luze. 102 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años, con reservas.