Casos

Una mirada de largo plazo

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Sagardía. “No podemos encarar negocios que den una gran utilidad hoy y mañana se diluyan”.

Foto: El Litoral

La mutual Jerárquicos Salud adelanta planes que le generen ingresos adicionales. El objetivo no es inmediato, sino que busca asegurar la sustentabilidad para las próximas dos décadas.

 

Félix Canale

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En determinados ciclos económicos suelen producirse lo que se denominan crisis de crecimiento. Esto sucede cuando los recursos comienzan a no ser suficientes para solventar las exigencias de la expansión. Tal carencia puede manifestarse en términos de financiamiento, calidad de gestión, recursos humanos, planificación o incorporación tecnológica, entre otros.

El síntoma suele presentarse en el ámbito de los negocios privados, pero también puede aparecer en el tercer sector (entidades de la economía social) que, pese a no tener un propósito de lucro, deben manejarse con criterios similares a los de cualquier empresa.

“Si vemos los números finos de lo estrictamente referido a salud, podemos decir que se logra mantener el servicio, pero éste no deja suficientes utilidades como para pensar en seguir creciendo. De allí que debemos agregar servicios conexos para incrementar una recaudación que va a un pozo único. Eso nos permite estar seguros frente a cualquier contingencia”.

El razonamiento es de Juan José Sagardía, presidente de la mutual Jerárquicos Salud, cuya obra social cuenta hoy con 92 mil afiliados diseminados en 1.100 localidades del país y que mueve mensualmente un promedio de 24 millones de pesos. De esa suma, aproximadamente el 80 % se relaciona con la atención médica. “En septiembre pagamos 18 millones por prestaciones dadas a nuestros afiliados”, puntualiza.

Inflación

El directivo reafirma la pertenencia de la entidad al campo de la economía social, que la diferencia sustancialmente de la medicina prepaga. “La medicina prepaga es un negocio. En nuestro caso, no hay socios capitalistas, todos los afiliados somos dueños y la utilidad queda en la mutual”, remarca.

Pero admite que una estructura como la que preside debe gestionarse con criterio empresarial, porque su supervivencia depende de los ingresos y los egresos. El actual proceso inflacionario es una piedra en el camino. “Para 2010 presupuestamos con un cálculo de inflación de 20 %, pero los prestadores pidieron entre 30 y 40 por ciento de incremento. Cerramos trato en 20 %, pero en muchos casos, en vez de una negociación anual, debimos programar dos por año”.

La cuestión se complica porque la mutual negocia con los colegios profesionales, en razón de que su sistema permite la libre elección del afiliado para consulta, análisis o tratamiento. Sagardía plantea una queja:

“Se puede entender el incremento en las clínicas, porque allí hay costos fijos y grandes inversiones. Sin embargo, es más difícil entender por qué un médico, en un consultorio, aumenta desproporcionadamente lo que cobra. Cincuenta o sesenta pesos por consulta es mucha plata. Normalmente, quien está en consulta concurre dos o tres veces por mes al médico. No me gusta hablar de regulación, pero, tratándose de salud, tal vez el Estado debería controlar a los colegios sobre los dividendos que obtienen por dar sus servicios”.

Más allá de este punto, el directivo comenta que la inflación licua los capitales que la entidad mantiene como reserva, aun los que están en dólares. “Tener el dinero parado es bueno porque da tranquilidad; no obstante, la pregunta es hasta dónde se puede tener el dinero parado, sin invertirlo. Por eso, nuestra idea rectora en los últimos 2 años es generar nuevas fuentes de recursos”, dice.

Alternativas

Parte de esa preocupación por incrementar la recaudación está relacionada con el hecho de que Jerárquicos Salud da cobertura a los afiliados que se jubilan. Dice el directivo: “Estamos haciendo foco sobre la renta, porque se va perfilando un problema a futuro. Existe una mentalidad, que no compartimos, de que cuando alguien se jubila se va al Pami. De las 300 obras sociales que hay en el país, menos de 10 por ciento atiende a jubilados”.

La cuestión es que el jubilado deja de aportar una cuota como porcentaje de su sueldo y se transforma en un “pasivo” absoluto en términos económicos. Tras 12 años de actividad, la obra social de Jerárquicos ya tiene un listado de 4 mil jubilados. “Frente a los más de 90 mil afiliados que tenemos, esa cifra es nada, pero nos preguntamos cuál puede ser la cantidad dentro de 10 ó 20 años y de dónde saldrán los recursos para asistirlos”, apunta el directivo.

Por lo pronto, la entidad adelanta una serie de inversiones con el propósito de obtener renta. Una de ellas es la construcción de un panteón social en Santo Tomé, con la construcción de 1.200 nichos, que se venden, y que, además, deben pagar expensas. “Eso genera una renta. Es difícil hablar de la muerte en estos términos, pero esa utilidad es para la vida, para atender a quienes ya no cuentan con un salario para aportar su cuota a la mutual”.

También otras dos alternativas están en marcha. Una es la renovación edilicia del ex Hospital Ferroviario, donde se instalará una clínica de rehabilitación (neurológica y traumatológica) que estará abierta a la comunidad y generará recursos.

La otra es un proyecto inmobiliario para la construcción de cuatro torres de viviendas. “Serán para gente que trabaja y puede pagar una cuota. Nosotros nos quedaremos con algunos departamentos, que alquilaremos, y eso será una nueva fuente de ingresos. Todo esto pasa por un convencimiento: no podemos encarar negocios que den una gran utilidad hoy y mañana se diluyan. Debemos pensar la forma de asegurar una renta en el largo plazo, que es la manera de garantizar la permanencia de nuestra mutual”, cierra Sagardía.

El factor humano

Comenta Sagardía: “Les decimos a nuestros afiliados, que criaron a sus hijos con la cobertura de nuestra obra social, que deben lograr que cuando estos muchachos vuelen solos se mantengan dentro de nuestra organización porque, si no, vamos a quedar solamente los viejos. Es una estrategia a futuro, tratando de renovar con los hijos nuestra masa crítica de afiliados. Esto, a su vez, tiene que ver con que el actual asociado se jubilará y nosotros le estamos ofreciendo una cobertura para toda la vida, no sólo para su período laboralmente activo. Nuestro límite de cobertura es la vida, por eso es necesario que los padres cuenten con sus hijos como reserva y eso sólo se logra si conversan con ellos. De lo contrario, puede suceder que nuestra obra social sea un éxito durante 20 años y luego desaparezca. Tenemos que lograr la renovación desde dentro de la propia familia, al margen de que la mutual continúe con su esfuerzo por captar nuevos afiliados. De todas formas, nosotros estamos reforzando la alternativa de continuidad familiar con planes sin costo para los jóvenes”.