al margen de la crónica

Conductores responsables

Ser propietario de un automóvil entraña numerosas responsabilidades. Las cuales no están asentadas únicamente en el respeto por las normas de tránsito vigentes -algo que es, por supuesto, fundamental-, sino también en estrategias como el control y la prevención.

La periódica verificación del funcionamiento correcto de luces, frenos y dirección del coche debería asimilarse con la misma importancia que detenerse ante la presencia de un semáforo en rojo, circular a la velocidad máxima permitida, dar paso a los peatones en los momentos en que corresponde y tener todos los papeles al día.

¿Por qué resulta tan importante tener muy presentes todos estos aspectos? Es que una falla de cualquiera de los elementos antedichos (ya sea por ignorancia o por omisión) no solamente abre la posibilidad de generar potenciales situaciones de riesgo para el conductor del vehículo, sino también para terceros.

“No hay que acostumbrarse a los problemas del auto, hay que solucionarlos”, comentó un experimentado mecánico al ser consultado sobre el tema. Y para esto no es necesario poseer grandes conocimientos sobre mecánica del automotor. Por el contrario, basta con tomar la precaución de acudir a un experto en el momento mismo en que el vehículo comience a mostrar síntomas de que algo no anda en la forma correcta.

Muchos de los accidentes que se producen en las calles y rutas argentinas son derivados de flagrantes incumplimientos de las leyes que regulan el tránsito. Pero también aparecen como causas los desperfectos técnicos que imposibilitan el correcto funcionamiento del automóvil. Por ese motivo, es necesario tomar conciencia de que un auto con desperfectos técnicos emerge como un potencial factor de peligro y que, por dicha razón, tiene que ser solucionado sin demora.