“Memoria y futuro” en un ciclo de charlas

Veschi afirma que los “trencitos” no recuperan el sistema de FF.CC.

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Veschi recuerda cuando el Belgrano llevaba 6,5 millones de toneladas al año (hoy no llega al millón) y lamenta que se ilusionen intendentes con trenes por donde ya no hay vías.

Foto: Amancio Alem

El especialista dice que Argentina se entretiene con subsidios caros e ineficaces en lugar de asumir un plan estratégico. Pone como ejemplo a países que se desarrollaron en tecnología y fábricas basándose en este medio de transporte.

 

De la redacción de El Litoral

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“Estamos atrás del “trencito’ acá o allá, pero eso no va. Cualquier persona que sabe algo de transporte sabe que el ferrocarril tiene que funcionar como sistema, porque es lo que permite bajar los costos internos y los costos para la sociedad”.

Élido Veschi habla con su experiencia y sus convicciones. Y mira para adelante: “Tenemos que ir por los trenes, por el plan de reindustrialización y el manejo de una herramienta estratégica para el desarrollo de un modelo propio”.

Ingeniero mecánico, creador del Centro de Investigaciones Ferroviarias, cofundador de CTA y hombre de Proyecto Sur, Veschi estuvo en Santa Fe disertando en el maco de “Memoria y Futuro del Ferrocarril”. Además, visitó El Litoral junto a Julio Rondina, catedrático de la UNL y uno de los organizadores del ciclo de charlas, que continuará el 20 de este mes, a las 20, en ATE Casa España, con la charla de Juan Carlos Cena.

“El sistema ferroviario nacional está absolutamente destruido. Los costos para la sociedad, que los economistas conocen como externalidad, son muy altos: tanto es así que el conjunto del transporte de la Argentina consume por lo menos el 27 % del PBI; es decir que no ayuda a generar riqueza, sino que la consume. Es el costo más alto del mundo en ese sentido”.

Recordó que, “cuando uso un camión, gasto 5 veces más en gasoil de lo que usaría para llevar la misma carga en tren. La Argentina tiene cada vez menos hidrocarburo, menos reservas, y hay un costo de oportunidad que no se mira”, añadió.

Fábricas y más

Sostuvo que “el FF.CC. dinamiza el proceso industrializador”. A manera de ejemplo recordó que Bélgica desarrolló controles eléctricos cuando reconstruyó su sistema tras la guerra, y que Japón incluso evolucionó su electrónica a partir de los requerimientos del tren de alta velocidad.

“China inauguró el servicio entre Shanghai y su aeropuerto -algo más de 40 kilómetros- con trenes de levitación magnética que viajan a más de 400 kilómetros por hora. El primer ministro dijo en la inauguración que lo que le interesaba era lo que había detrás de ese tren: un contrato para fabricar 92 formaciones, de las cuales 9 se hacían en Siemens de Alemania y el resto era transferencia de tecnología. Esos países vieron con claridad el potencial descomunal para generar una cultura industrial que, además, eleva a la sociedad”.

Recordó el especialista los talleres de Junín, Tafí Viejo o San Cristóbal, “que era uno de los talleres más avanzados del país; se hicieron experimentos con el manejo de personal, con la planificación. Fue la primera industria en la Argentina que tuvo música o comunicaciones adentro de las áreas de trabajo. Y, además, había ideas avanzadas sobre planificación industrial y tuvo la capacidad de la fundición semiautomatizada que habían hecho los ferroviarios en ese taller”.

Viejo conocedor de la materia que lo apasiona, Veschi advirtió que “toda esa acumulación de conocimiento, ese acervo tecnológico, se está degradando. Pero quedó la traza, y hay que ser serio en esto. No es un supermercado; hay que trabajar con gente capacitada como tuvo en su momento la Secretaría de Transporte.

“No hay un proyecto de Nación integradora, sino una acumulación de anuncios descomunal. Y una expresión de deseos que al principio parece tener buenas intenciones termina por transformarse para mantener una expectativa legislada” pero sin concreciones, concluyó.

“La economía de servicios tiende al individualismo. La industrial genera una cultura distinta”.

Élido Veschi

Promotor de la Empresa Nacional Ferroviaria

 

/// EL DATO

Disparate

“La idea nuestra es que el dinero sobra: los servicios metropolitanos -no más de mil km que concurren a la Capital Federal- reciben subsidios operativos por más de 4 mil millones de pesos; por cada peso que ingresa por venta de pasajes, el Estado pone 10 pesos... ¡es todo un disparate! Pero se puede hacer otra cosa; cuando se hizo el ramal del tren a las nubes, la máquina más compleja fue un camión con ruedas macizas; el resto se hizo a mano. Era impresionante ver cómo se subían las vías con polipastos”.

Una nueva empresa pública

“En Proyecto Sur tenemos un proyecto de reconstrucción del sistema ferroviario con un aporte de 600 a 700 millones de dólares anuales, que permitiría desarrollar un plan con 7 u 8 mil kilómetros de red entre las ciudades más importantes del país”, sostuvo Veschi.

Dijo que esa red “permitiría circular a 120 kilómetros por hora -con máquinas diésel en principio- y demandaría 950 coches de pasajeros, 75 locomotoras y una empresa distinta de la que conocimos. No una empresa estatal, sino una empresa pública con la participación de provincias, usuarios, trabajadores y demás. Está hecho el estudio económico y financiero”.

Detalló que en 5 ó 6 años se podría contar con “una red de sustento muy fuerte. Mientras tanto, se irían arreglando 11 mil kilómetros más que mejorarían muchísimo el transporte de cargas, y terminar con esto de que los argentinos le hemos dado vagones, locomotoras, rieles y demás a grupos empresarios privados que utilizan el ferrocarril” a costa de los argentinos.

Explicó que el NCA (ex Mitre operado por Aceitera General Deheza) o Ferrosur (ex Roca en manos de Camargo Correa) “no tienen obligación de renovación y han degradado la vía”. Y recordó que “la empresa que pensamos es pública, donde el Estado tiene participación, pero, a su vez, están representantes de los usuarios, de los grandes cargadores, de los pasajeros y de todas las provincias”.