Francia, Alemania y Rusia

Buscan un nuevo orden en la próxima cumbre del G20

De la Redacción de El Litoral

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EFE

Los líderes de Francia, Nicolas Sarkozy, Alemania, Angela Merkel, y Rusia, Dmitri Medvédev, coincidieron hoy en que la necesidad de crear una nueva arquitectura monetaria internacional debe centrar el debate del G20, ante los choques que hay entre los grandes bloques sobre esta cuestión.

Merkel fue la que más claramente nombró esta amenaza al hablar de “un riesgo de deriva hacia el proteccionismo”, después de haberse felicitado de que Francia haya establecido la cuestión monetaria como prioridad durante su presidencia del G20, que se inicia tras la cumbre de Seúl el mes próximo.

La canciller, que compareció ante la prensa junto a Sarkozy al término de un encuentro de dos días a tres bandas en la localidad turística francesa de Deauville (noroeste), señaló que la Unión Europea tiene interés en “un sistema monetario justo” y en “más transparencia a nivel internacional”.

Sarkozy, consciente de que durante su presidencia del G20 tendrá que hacer uso de mucha diplomacia, evitó también nombrar en este contexto a China, a la que europeos, estadounidenses y japoneses reprochan mantener su moneda artificialmente baja -sin someterla a la cotización del mercado- para ayudar a sus exportaciones.

El presidente francés consideró que “la cuestión no es acusar a nadie, sino construir las bases de un nuevo sistema monetario internacional” porque, dijo, “con acusaciones no llegaremos a ninguna parte”.

Medvédev criticó también sin citarlos a los países que consideran que basta un apaño del sistema instaurado en 1944 en Bretton Woods para continuar y subrayó que “el G20 debe dar un paso decisivo” y proceder a “acuerdos fundamentales” para una reforma del “sistema monetario y financiero” internacional.

Acuerdo

Los ministros de Finanzas de la Unión Europea llegaron hoy a un acuerdo sobre la nueva regulación de los gestores de fondos de alto riesgo (hedge funds), con lo que se pretende introducir una mayor vigilancia en el sector.

El acuerdo, logrado tras más de 18 meses de negociaciones, incluye la puesta en marcha del llamado “pasaporte europeo”, exigido por Londres y que permitirá que los fondos domiciliados fuera de la UE puedan operar a partir de 2015 en todo el territorio comunitario, una vez que hayan logrado la autorización de un estado miembro.