“Mis amigos me dicen ‘Negro, qué suerte tenés”

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Jorge Román

El actor formoseño, protagonista de “La León” -película que se exhibe desde el jueves en Loa Espacio Proarte-, analizó el suceso de Nuevo Cine Argentino y su éxito como protagonista de “El bonaerense”.

TEXTOS. FLORENCIA ARRI.

 

LO SUYO. “Nací en Palo Santo, Formosa; y siempre intuí, desde chiquito, que era lo mío. Mi papá era policía y mi mamá ama de casa. Ellos tenían un costado de sensibilidad artística importante De grande decidí viajar a Buenos Aires porque, como decía Urdapilleta, ‘le gusta mucho el campo pero no le puede dar teatro a las vacas’. Fui allí hace más de veinte años, cuando era impensable hacer teatro o cine profesional fuera de Buenos Aires. Parece que estos años eso ha cambiado, y tanto el cine y el teatro se pueden dar en otros puntos que no son la gran ciudad, Santa Fe da cuenta de ello; tengo entendido que aquí hay una movida cultural muy interesante. Me parece que es lógico que pase eso, fuera de que se necesite el apoyo de las instituciones y de los profesores. Creo que en estos años, en que estoy viajando bastante, los centros que históricamente no eran productores de cine hoy lo son. Rosario, Córdoba y San Luis lo son, por diferentes razones”.

ENCAJAR. “Hay un dato casi folclórico: tengo amigos que me dicen, con una mirada más objetiva, que encajo muy bien en el nuevo cine argentino porque tiene una mirada étnica-antropológica en la que encajo justo, y en eso estoy de acuerdo. Encajo en la mirada del tipo que viene del interior... Me dicen ‘das justo, Jorge, das justo’ y nos da risa. En Buenos Aires no hay muchos actores con mi fisonomía, con sangre guarany y toba en sus venas, como en las mías. Creo que tengo una mezcla que le sirve a este cine; después pongo laburo, esfuerzo, amor. No me imagino a esta altura de mi vida haciendo cosas de la cultura y el arte sin una dosis importante de amor, porque eso lleva a compromiso, a tener disciplina, a relacionarte con tus pares. En una profesión como la mía que puede ser muy narcisista, individualista, el crecimiento del actor va en paralelo al crecimiento como ser humano, porque en el medio hay muchas cosas que distraen, que pueden hacerte perder la cabeza”.

EL BONAERENSE. “El personaje tenía puntos de contacto conmigo. ‘Zapa’, su protagonista, venía de un pueblito igual que yo. Por otra parte, conseguí el papel a través de varios castings que se extendieron casi a lo largo de un mes, porque Trapero estaba haciendo su película para un protagónico absoluto, alguien que iba a estar en pantalla todo el tiempo, y necesitó convocar a otros actores, y uno de ellos era yo. Hicimos muchas pruebas, con varios actores, y eso me dio un tiempo , un timing, para entender por dónde iban el personaje y el director. Cuando logré el papel, luego de un mes, ya tenía un camino recorrido, de ejercicio, de improvisaciones, de búsqueda con Trapero. El cine tiene algo particular también, interesante: al convocarte para un rol protagónico hay un tiempo en que el director trabaja con uno, de investigar, de probar, con la cámara, la dirección de arte; todo se hace en conjunto. Eso fue lo que pasó con El bonaerense, que tuvo una repercusión internacional fuertísima e impensada por varias razones: la temática, Trapero, el Festival de Cannes, las escenas de sexo, la violencia... fue increíble, porque de la mano de Trapero, con un protagónico absoluto, corría el riesgo de hacer mal mi trabajo y que se me cierren para siempre las puertas de mi trabajo. Creo que “la pegué’; fueron muchas cosas en conjunto. Lo que aprendí en el cine en estos últimos ocho años es que es fascinante porque es impensable hacerlo si no es en equipo, y cuando hay una variable que desentona se nota mucho. O se trabaja en conjunto para lograr la película, o no se hace la película”.

EN PANTALLA. “El actor de pantalla es alguien que es”está en contacto con su cuerpo, con su sensibilidad física. Alguien que tiene que trabajar con su cuerpo, saber qué le pasa y por dónde pasa su sensibilidad. Ese ejercicio es la premisa esencial para trabajar actoralmente. Aquél actor que no está en contacto con su cuerpo, con su sensibilidad física, trabaja con la cabeza y actúa. El que está en contacto con sus tripas pone su sensibilidad y su cuerpo al servicio de la imagen y uno le cree. En la pantalla en particular, tiene que tomar la represión como una forma de acción; la represión de todos los impulsos y condensarlos en algo mínimo. Raúl Serrano habla de “acciones internas’. En el teatro el código se resuelve con acciones externas que son más válidas cuando son más notorias. En la vereda de enfrente, en el cine a esas acciones externas hay que traducirlas a acciones internas y ese impulso, presente, hay que reprimirlo para traducirlo en una acción mínima. Ese pasaje es complejo, pero fascinante; la clave está en la interacción con el director y la historia a contar, en saber qué ocultar y qué mostrar”.

LA LEÓN. “Está filmada en blanco y negro, en el Delta, y quien me dirigió, Santiago Otherguy, estudió en La Sorbona, estudió jazz y su esposa es una actriz francesa, y venía con todo ese bagaje al set y lo volcaba para trabajar con lo implícito, con no significar todo el tiempo, no subrayar, lo elusivo, las acciones mínimas; elementos que corresponden esencialmente al cine, ni a la televisión ni al teatro. Depende mucho de la interacción que uno tenga con la historia, por eso hablo de “calentura’, hay una vibración interna. Para actuar en cine te tienen que pasar cosas porque hay un momento en que el directo cierra el plano y se queda con su ojos, tu boca, tus manos, y no podés mentir; estás desnudo, se ve todo y eso es algo exclusivo del cine. Como dice Nabocop en una frase que me gusta que dice que “en las ciencias puras como en el arte elevado, el detalle lo es todo’; y para mí ser buena persona y ser buen actor requieren de lo mismo: ser sinceros. El de “La León’ es el cine que amo porque es un cine de climas, de momentos; tiene una fotografía maravillosa; está en HD, en blanco y negro, de tiempos magníficos... Su riqueza reside en que retrata este mundo de isleños y trata el mundo emocional desde el clima. Siempre hablamos de que el cine de autor retrata climas, situaciones, lo que se respira, se siente, está dando vuelta y se ve a da ratos, se deduce, se infiere; ése es el cine. La León tiene mucho de eso. También tengo amigos que detestan este tipo de cine, y también es respetable, dicen que es demasiado intelectual... y también puede ser cierto. No puedo ser objetivo porque soy parte de este cine y se requiere objetividad. En el caso de La León comenzó siendo un corto que se convirtió en largo, con las modificaciones necesarias... a mí particularmente me gusta mucho. Fue seleccionada para el festival de Berlín y recorrió el mundo en casi un año y medio, participó de 35 festivales. Cuando estuvo en Berlín, a la primera copia la compró un canal que comparten Francia y Alemania donde dan sólo cine de autor, cine arte; Santiago no lo podía creer... y mis amigos me dicen ‘Negro, qué suerte tenés”.

así soy yo

EN SANTA FE

La semana pasada dictó en Santa Fe el taller “El cine y el actor”, con formación teórica y práctica de actuación para cine. Fue en el Centro de Expresiones Artísticas Eugenio Wade.

PREMIADO

Por su rol protagónico en “El Bonaerense”, de Pablo Trapero (2002), recibió el Premio Clarín Revelación Protagónico en Cine. La película fue distinguida con el Premio FIPRESCI en el Festival de Chicago (2002), recibió el premio RNE en el Festival de Huelva (2002) y participó en el Festival de Cannes 2002 en la sección “Un Certain Regart”. También recibió el Premio Cóndor de Plata al Mejor Montaje 2003. Se destacan en su trayectoria, sus roles protagónicos en “Ulises” de Oscar Godoy (2009).

EN PANTALLA

Protagoniza la película “La León” de Santiago Otheguy (2006) por el que recibió el Premio a Mejor Actor en el “Festival de Cine de Tandil” (2008). Se exhibe desde el jueves y hasta mañana, en Loa Espacio Proarte (25 de Mayo 1867) donde se proyecta hoy y mañana a las 22.30.