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La Rioja en flor

La provincia cuyana tiene mucho para ofrecer a los viajeros en esta temporada. Vale la pena salir a la ruta.

TEXTOS. SANDRA BONETTO.

 

Con el arribo de la estación cálida, todos los destinos de La Rioja abandonan el letargo invernal y despiertan al color de la primavera. Las vides renacen y engalanan la ruta del vino; Laguna Brava se sacude de las intensas nevadas y da la bienvenida a los intrépidos que se animan a este soberbio rincón en la Cordillera de los Andes, y Famatina y sus nogales regalan un festival de sensaciones.

Además, los atractivos de siempre, como el cablecarril La Mejicana, la Quebrada del Cóndor y el inalterable Talampaya aguardan a los viajeros que salen en busca de otras geografías argentinas.

EL PARAÍSO

En el límite con Chile, Laguna Brava es un paraíso escondido en la Cordillera de los Andes. Ubicada a 450 kilómetros al oeste de la capital, es una reserva natural creada para preservar a las comunidades de vicuñas y guanacos que estaban al borde de la desaparición. Con una extensión de 5.000 hectáreas, lleva este nombre por ser la mayor laguna de toda la región, con una superficie de 17 kilómetros de largo por 4 de ancho.

El paso internacional Pircas Negras, el pueblo de Vinchina y la Quebrada de La Troya forman parte de este itinerario de ensueño. La travesía se realiza con un baqueano que oficia de guía. Las lomadas policromáticas, la presencia de guanacos y vicuñas, y la laguna ovalada, custodiada por altos picos, como el Veladero y el Piscis, arman una postal inmóvil.

EL CLÁSICO RIOJANO

Otra de las inmensidades vírgenes que acuna la provincia es el cañón de Talampaya.

La acción del tiempo y del viento han tallado figuras de piedra que resplandecen bajo el sol que asoma casi los 365 días del año, o bajo la luna llena que ilumina el cielo de plata, cinco veces al mes. Esta novedosa manera de conocer el parque permite escapar del ardor del desierto y fotografiar La Catedral, una de las paradas del circuito, con sus agujas góticas teñida de los colores de la noche. La excursión dura casi tres horas, y comienza en el acceso principal.

Para completar este periplo activo, no hay que evadir la Cuesta de Miranda, un trazado serpenteante de 14 kilómetros y 800 vueltas que desafía al mareo. El paseo avanza en paralelo a las sierras del Velazco, y obsequia una vista grandiosa de Chilecito.

REFUGIO DE CÓNDORES

El atractivo del vértice sur riojano se condensa en la Quebrada del Cóndor, a sólo 150 kilómetros distante de la capital. Este sitio es uno de los pocos apostaderos de cóndores donde se puede sentir el vuelo casi sobre la cabeza, ya que el punto de avistaje está por encima de los dormideros.

Un día de suerte regala 15 a 20 aves volando en simultáneo, en una danza sincronizada para los visitantes.

SABORES AUTÓCTONOS

Una de las delicias que propone esta tierra es el vino, producto de uvas bendecidas por un clima perfecto, que combina en la dosis justa, sol, humedad y frío. La Ruta del Vino está integrada por 35 bodegas, siendo Chilecito el polo vitivinícola, con el 75% de los establecimientos. El resto están emplazadas en Anillaco, Villa Unión y Famatina. Lo particular de este circuito es que marida el arte de la elaboración casera con la tecnología moderna de los grandes productores de miles y miles de botellas.

Las nueces de Famatina son otro de los manjares riojanos. Entre las sierras de esta zona nogalera, la Finca Huayrapuca se dedica a la producción de nueces, y ha abierto sus puertas al turismo con una atractiva propuesta: conocer todo el proceso de elaboración de este fruto, que por las condiciones climáticas del valle hacen que sea de las mejores del país. La gastronomía típica y casera, con la nuez como ingrediente estrella se complementa con una visita guiada por todo el establecimiento.

UNA POSTAL DEL PASADO

Para darle punto final a este viaje riojano hay que pasar por Chilecito, a 33 km. al sur de Famatina, para visitar el famoso cable carril La Mejicana. Las nueve estaciones de esta obra, que data de 1905, se esparcen por un recorrido de 35 kilómetros que impresiona.

El magnífico paisaje que surca y la mina abandonada se han convertido en un particular destino turístico. Por estos días, el cable carril está en desuso y sus estaciones están en pie pero son de difícil acceso. De todos modos, se ofrecen excursiones que salen desde Chilecito o desde el vecino pueblo de Famatina para seguir el tendido del cable, a pie, a caballo, en moto y en vehículos 4x4.

+ información

EN LA WEB

www.turismolarioja.gov.ar

SEDE

En La Rioja, Secretaría de Turismo, Calle Pelagio B. Luna 345. Tel.: (02833) 426345

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