Al margen de la crónica

Diez días que no dieron tregua

Los hechos se suceden sin dejar paso a la resolución, agobian a la sociedad y producen un stress en el seguimiento de la tarea periodística, especialmente la de aquellos que optaron por la especialidad “política”. Los últimos diez días son una elocuente prueba de esto.

Esos diez días arrancarían desde el asesinato del militante del Partido Obrero en una calle de Barracas por parte de barras contratados por la Unión Ferroviaria para que cesen con sus reclamos de igualar derechos entre contratados y trabajadores efectivos. El seguimiento periodístico del tema llevó a la Justicia a actuar rápidamente siendo ya cinco los detenidos, aunque resta la hora de probar las responsabilidades penales -si las tienen- de cada uno de ellos. De pronto se instaló el Censo y las sospechas, los miedos y las incertidumbres generadas a partir de un Indec que desde la llegada de Guillermo Moreno perdió la reputación que tenía. Y mientras los censistas se encontraban recorriendo casa por casa, departamento por departamento, la noticia de la muerte de Néstor Kirchner sorprendió al país en un día de descanso.

Entonces, la tarea de buscar las causas de la muerte, la cobertura del velorio y el intentar anticipar el futuro lleva nuevamente a la vorágine periodística, saltando de Santa Cruz a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el terreno local al feriado del miércoles y el impacto de la muerte del ex presidente se sumó un paro de estatales de 48 horas que arrastró a médicos y casi sin querer queriendo a la docencia y abre interrogantes sobre lo que puede ocurrir la semana próxima con las prestaciones del Estado santafesino, aunque lo seguro es que los agentes estatales tendrán depositado sus haberes entre el 1º y 3 de cada mes como ocurre religiosamente, trabajen o no trabajen.

Mientras estas puertas todavía no se cerraron, este fin de semana empiezan a abrirse otras para que el periodismo ponga el ojo, sin tregua, cargando stress y adrenalina.