Al margen de la crónica

La Fiesta de la Trashumancia

Un rebaño de 600 ovejas merinas, inscriptas en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Queso de la Serena, protagonizó hoy la XVII Fiesta de la Trashumancia, que recorrió algunas de las principales calles de Madrid. La jornada recrea las tradiciones y las costumbres pastoriles, y que su decimosexta convocatoria quiere homenajear a la mujer rural.

La XVII Fiesta de la Trashumancia está promovida por la Asociación Concejo de la Mesta, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, la Denominación de Origen Queso de La Serena y la Asociación Trashumancia y Naturaleza.

Las ovejas merinas llegan desde la comarca pacense. De hecho, las rutas trashumantes más frecuentes partían de Extremadura para adentrarse por los verdes pastos de Soria (de ahí el refrán de “Soria pura, cabeza de Extremadura”) y Burgos o al norte de León.

En el desfile también participan quince pastores de la comarca de La Serena y de la zona de Medina del Campo. Además, participarán un centenar de vacas de la raza tudancas, procedentes de los Picos de Europa, así como un centenar de caballos.

Se denomina trashumancia al desplazamiento anual de los rebaños desde las zonas altas destinadas a pastos de verano a las zonas bajas, en las que el ganado pasa el invierno.

La dificultad de la zonas de montaña para ser utilizadas con fines agrícolas explica el uso ganadero de las mismas y su utilización para alimentar rebaños, principalmente de ovejas. El sistema trashumante se basa en la adaptación de los desplazamientos de los rebaños a los ciclos climáticos, de manera que durante el invierno, los ganados permanecen en los cálidos valles, dehesas y tierras bajas del sur y oeste de la península (invernaderos o “extremos”) y a finales de la primavera se desplazan hacia las montañas del norte y el este (“agostaderos”).

Por supuesto, no es exclusivo de España: en cualquier lugar del mundo, especialmente donde los rebaños se manejan con sistemas pastoriles tradicionales, se produce este traslado en busca de agua y pastos y de condiciones menos extremas.

En el caso de nuestra Patagonia, se llama “Veranada” a este traslado, mediante el cual se saca a los rebaños de su montaña “tradicional” para conducirlos a zonas de clima más benévolo, con pasturas, y concentradas relativamente cerca del pastor.

Lo cierto es que hoy las ovejitas ganaron las calles de la señorial Madrid y se dieron el gusto de pasar por La Cibeles. No encontraron pasto, pero dejaron seguro trabajo para los recolectores de basura...