EN EL SALÓN DE LOS PASOS PERDIDOS DEL CONGRESO

Creaciones del artista de la América ancestral

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“El bálsamo” (1958).

Foto: ARCHIVO EL LITORAL

Desde hoy, y hasta el 15 de noviembre, se podrán apreciar 15 obras de Leónidas Gambartes. La entrada libre y gratuita.

 

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL

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La obra pictórica del artista rosarino Leónidas Gambartes está expuesta desde hoy, y por 15 días, en el histórico Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación (Av. Rivadavia 1864), en lo que se constituirá como la actividad cultural más importante de la Cámara Baja en el marco de los festejos del Bicentenario.

La muestra, que constará de una selección de 15 obras -organizada por el diputado nacional Miguel Ángel Barrios (Partido Socialista- Santa Fe) y la Dirección de Cultura de la Cámara Baja- formará parte de La Noche de los Museos, el sábado 13. Esa noche, el Congreso de la Nación tendrá sus puertas abiertas para que el público pueda apreciar la obra de Gambartes.

ENTRE MAESTROS

“La vida y la obra de Gambartes ejemplifican noblemente acerca del rol social que tiene el arte en todas las épocas y la función que, en los campos de la ética y de la estética, le corresponden al creador”, señala Jorge Taverna Irigoyen, Academia Nacional de Bellas Artes.

“En las décadas del ‘50 y ‘60, Gambartes concretó una obra plástica con la que quería expresar “un mundo”, que él lo reconocía como su “Mundo litoral”. Para realizarla creyó que tenía que arraigarse en lo profundo de la vida de los hombres y de su tierra, de sus sueños, su geografía, sus sufrimientos, las supersticiones y los mitos. Las obras de Gambartes son las hojas de un gran Árbol Universal, pero sus Raíces están aquí, en Rosario, en nuestro Litoral Latinoamericano”, dice el pintor Adolfo Nigro.

El artista plástico Guillermo Roux señala: “Es para mí el artista argentino más consustanciado con la América nuestra más profunda: no la de las realidades sociales, sino esa ancestral, la de los mitos y la de los sueños. Gambartes no miró a Europa, miró sus raíces, su tierra, inventando imágenes que nacen de ella o de la ensoñación que la transfigura, y como no podía ser de otra manera, para concretarla tenía que crear su propio lenguaje plástico, inventando la técnica que lo revelara. La pintura de Gambartes vive allí, en los estratos de color de donde surge un misterio primordial que nos remite al origen de las cosas, cuando el hombre conjura sus temores en signos que alguna vez arañó en las piedras de las cavernas prehistóricas.

“Día tras día, Gambartes transfiguró la realidad, y yo me pregunto si no era un hechicero, un mago que en estado de trance nos va dejando los signos que hay detrás de lo que existe”.

Hugo Padeletti, pintor y poeta escribe: “Tuve el privilegio de acompañar a Gambartes muchas horas en su taller mientras pintaba y de empaparme de la tan rigurosa como sensible alquimia de las diversas técnicas que magistralmente usó. En una oportunidad, le pedí a Leo que ilustrara mi poema “Palmera”. Hizo un hermoso dibujo de línea y, esto es lo más notable, quedó prendido para siempre, como de un lema personal, de la frase: “De la obscura memoria de la tierra” en la que yo había cifrado sin darme cuenta el centro mágico de su pintura”.

El pintor Alejandro Puente señala: “Conocer su obra dio lugar a un intenso vínculo con ella, su personal técnica como también su temática y sobre todo el resultado estético, producto de una fusión sabia. Todo esto, lo decía en un tono íntimo, en una superficie mate, sin apelar a simulacros de brillos artificiosos, pensando quizás que la comunicación con el otro o los otros, necesitaba de la candidez como resultado para una mejor transmisión”.

César Miranda, artista y director del Museo Superior de Bellas Artes de Córdoba, cuenta que “en una charla de café, en Córdoba, don Leo me dio una lección de vida propia y de su profunda sabiduría del conocimiento humano y nuestra profesión. Me habló de su pintura, su mundo tan exclusivo y original: “¡Amo todo lo que sea la tierra y su gente! En mi pintura empiezan a aparecer ya no identificaciones como los que hasta ese entonces eran modelos, mi amor a ese mundo me hizo penetrar tanto que me fui convirtiendo en uno de ello. Ni más, ni menos y eso me hace feliz. Me fui haciendo, sintiendo como ellos, sus tiempos, sus modos, sus valores, sus rechazos, sus silencios, sus alegrías, todo lo que contiene un ser humano. Ahora soy uno de ellos”.

Por último Rubén Betbeder, director del Museo Emilio Pettoruti, describe su obra: “Dueño de una fina sensibilidad, Gambartes sorprende con sus obras plenas de vida, en las que habitan personajes retratados en escenas cotidianas de la vida en provincias, como payés, jaguares, dioses, figuras fuertemente identificadas con las culturas americanas de las que el artista es un ferviente estudioso. Ese profundo amor por las culturas originarias es llevado a la pintura de una manera fuertemente emparentada con las tendencias abstractas del arte contemporáneo”.

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En su obra plástica expresa un mundo, su “Mundo litoral”.

Foto:ARCHIVO EL LITORAL

/// análisis

Hablo

Leónidas Gambartes

Hablo con el lenguaje de la pintura, que es universal; pero hablo como un hombre de América, como argentino, de sus recuerdos y de sus mitos, del hombre y de su geografía, de su vegetal y mineral; con la responsabilidad que significan para mi espíritu los Perdidos signos todavía indescifrables de las viejas culturas nativas y la presencia indudable de la sensibilidad contemporánea.