Al margen de la crónica

Una iniciativa para valorar

Días atrás, quedó habilitado en la cárcel de Las Flores el lavadero de autos Don Pepe en el que cumplirán funciones diez internos, divididos en dos turnos. No se trata de un proyecto novedoso, ya que en otras provincias existen unidades penitenciarias donde funcionan emprendimientos de este tipo, pero sí muy valiosa. Es que permitirá a los presos, la posibilidad de aprender un oficio y de esa forma allanar el camino hacia una futura reinserción social.

Pero en este caso puntual, la iniciativa tiene una arista que la hace todavía más trascendente: en el desarrollo y puesta en marcha del nuevo espacio laboral, además de la decisión de la dirección del establecimiento, resultó determinante el aporte realizado por jóvenes que asisten a la parroquia de los Agustinos Recoletos. A través de beneficios y aportes de particulares, lograron obtener los fondos para adquirir el equipamiento necesario para el lavadero.

En una sociedad como la actual, donde acechan las actitudes mezquinas y egoístas en todos los ámbitos, es necesario rescatar las acciones de aquellos que aportan su granito de arena para mejorar en algo la vida de los demás. Acciones que son más frecuentes de lo que puede parecer a simple vista, aunque muchas veces no se conozcan lo suficiente.

El entusiasmo de los internos de las Flores seleccionados para trabajar en el nuevo espacio -cuyo nombre remite a uno de los presos más conocidos de la unidad, Don “Pepe” Fossati, fallecido meses atrás con más de 70 años- era palpable en los instantes previos a la inauguración. “Nunca se me pasó por la cabeza que iba a trabajar en un lavadero”, manifestó uno de ellos. Sin embargo, gracias al esfuerzo desinteresado de un grupo de personas sumado a la decisión de las autoridades, hoy es una realidad.