Llegan Cartas

Día de la Soberanía

Dr. Carlos Estrada.

DNI 6.246.673

Señores directores: Fue en la mañana del 20 de noviembre de 1845. Esta fecha puede incorporarse por derecho propio a los grandes fastos nacionales.

Es el símbolo vivo de la soberanía argentina sobre sus ríos interiores, del orgullo y del vigor de la raza. Representa la decisión de hombres que se baten como leones cuando llega la hora de defender el solar nativo. ¡A la criolla! “No pregunto cuántos son, sino que vayan saliendo”. Y así la Patria, personificada en aquel puñado de valientes, cometió la locura de hacerle morder el polvo a las naciones más poderosas de la tierra y de los mares, y nos legó un día de gloria.

San Martín, siempre por encima de los partidismos, le atribuyó a la resistencia de Obligado tanta importancia como a la gesta que nos emancipó de España.

Pero los que vinieron después, si bien respetaron en cierto modo al Libertador, no se inspiraron en su conducta. La historia oficial está envenenada de partidismo. Por eso el 20 de noviembre transcurre inadvertido para el país. Las escuelas lo ignoran en todos sus niveles; la prensa no se hace eco de aquellos marciales clarines, ni de las baterías que atronaron el espacio desde las barrancas del Paraná.

Sin embargo, la verdad siempre triunfa. La historia es una ciencia y el esclarecimiento documentado, que hoy avanza en gran escala, determinará el inevitable vuelco. Todos los argentinos sabrán que allá por 1845, la firmeza de una política servida con heroísmo, nos hizo acreedores de la admiración y respeto de América y del mundo.

Para llegar a ese fin, es un buen comienzo que el día del aniversario de la batalla de la Vuelta de Obligado haya sido declarado feriado nacional.