Hubo legítima defensa
Médico se defendió del robo y abatió a uno de los ladrones
El médico nutricionista que ayer mató a uno de los dos ladrones que lo asaltaron en su casa de la localidad bonaerense de Villa Ballester, no será imputado por el homicidio ya que la fiscalía cree que actuó en legítima defensa.
Télam
El médico, que también es sindicalista en la delegación Conurbano Norte de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), se encontraba esta mañana internado en el Hospital Eva Perón de San Martín -donde además trabaja-, con un cuadro de estrés, hipertensión y bajo observación por los golpes recibidos en la cabeza durante el asalto.
El caso es investigado por el fiscal Rubén Moreno, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de San Martín, quien a partir de la prueba colectada en el expediente, encuadró el hecho en un caso de legítima defensa.
“Estamos investigando y reconstruyendo paso a paso el hecho, pero lo que queda claro hasta el momento es que el médico no salió a perseguir y matar a los ladrones, sino que hubo una pelea y un forcejeo en la que se defendió y terminó matando a un delincuente que también estaba armado”, dijo a Télam una fuente judicial que trabaja en la causa.
Incluso, según la misma fuente, el médico -cuya identidad se preserva a pedido de los investigadores-, en una declaración informal frente al fiscal y la policía comentó que “no tenía intenciones de matar a nadie y que se le escapó el tiro en el forcejeo”.
Revólver escondido
El nutricionista utilizó un arma de alto poder de impacto, un revólver Magnum 357 que tenía escondido en la cocina y no había sido encontrado por los ladrones, que sí se robaron otras armas del profesional: una pistola calibre 6,35 suya y algunos revólveres de colección que heredó de su padre y su abuelo.
El fiscal Moreno esperaba hoy el resultado de la autopsia del asaltante muerto pero en principio, por lo que pudo apreciarse en el lugar del hecho, la víctima tenía un tiro con orificio de entrada en el ojo izquierdo y salida detrás de la oreja derecha, una trayectoria compatible con un disparo de forcejeo.
Los voceros señalaron que además, el ladrón llevaba un arma en la cintura, y por su apariencia tenía entre 18 y 20 años, aunque no pudo ser identificado porque no tenía ningún tipo de documento encima.
El médico se encontraba internado esta mañana en el Hospital Eva Perón de San Martín en observación y a la espera de los resultados de una tomografía computada en la cabeza, por los fuertes culatazos que recibió mientras era asaltado en su casa. Las fuentes agregaron que el asalto también provocó un cuadro de estrés e hipertensión.
Los sucesos
El hecho ocurrió ayer alrededor de las 18 cuando el médico llegaba en su auto Chevrolet Astra a su casa de la calle San Luis de Villa Ballester, partido de San Martín, en el noroeste del conurbano. Dos delincuentes armados lo abordaron con fines de robo en la entrada y lo obligaron a ingresar a la vivienda, un dúplex donde la víctima vive solo porque está separado.
Los asaltantes pidieron dinero, joyas y elementos de valor, en tanto amenazaban y golpeaban al médico en todo momento, especialmente, cuando encontraron la pistola 6.35 y los revólveres de colección que allí guardaba.
Los ladrones cargaron dos grandes bolsos con ropas, lapiceras, artículos electrónicos y las armas, y además se apoderaron de los ahorros del profesional, una suma de dólares que no fue precisada por las fuentes.
Los ladrones se fueron de la casa caminando, pero el médico que había quedado tirado en el piso, se levantó, fue a la cocina, tomó el Magnum 357 y salió a la calle a exigirle a los delincuentes la devolución de sus pertenencias.
En la calle, se produjo un forcejeo entre uno de los asaltantes y el profesional en el que el ladrón terminó gravemente herido de un balazo en la cabeza.
El joven fue trasladado al Hospital Eva Perón, pero murió por la gravedad de la lesión. Los peritos recuperaron el bolso que cargaba el asaltante muerto con parte de las pertenencias robadas al médico y a unos metros se secuestró un arma que se cree fue descartada por el cómplice que huyó corriendo.