La vigencia de Sor Juana

a.jpg

La Universidad Claustro de Sor Juana, en Ciudad de México, donde residió la escritora llamada la “décima musa” Foto: Archivo El Litoral

Julián Rodríguez Marín

(EFE)

La actitud de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695) en defensa de la libertad humana, en particular del libre pensamiento y el derecho al conocimiento, influye más ahora que en su tiempo, sostiene la rectora de la Universidad mexicana del Claustro de Sor Juana (UCSJ), Carmen Beatriz López-Portillo Romano.

“Sor Juana es una figura inquietante y apasionante que cobra cada vez más importancia en nuestro tiempo. Su presencia y la defensa absoluta de la libertad, en particular del libre pensamiento, es una de las ideas que está incidiendo más en este siglo que en el período virreinal”, indicó López-Portillo en el marco del 359 aniversario del nacimiento de la recordada mujer.

Sor Juana Inés de la Cruz, escritora y poeta mexicana, nació en San Miguel de Nepantla, Estado de México, en 1651, aunque algunos autores ubican su nacimiento en 1648.

Considerada la “décima musa”, fue niña prodigio que aprendió a leer a los tres años y en la adolescencia perteneció a la corte de la virreina Leonor Carreto. Más tarde ingresó al Convento de las Jerónimas, en el que permaneció enclaustrada los últimos 26 años de su vida y donde murió víctima de una epidemia.

En el marco del mencionado aniversario, que se festeja hoy, la rectora indicó que esta universidad recordó el cumpleaños de Sor Juana con numerosas actividades, entre ellas la proyección de “Yo, la peor”, filme de María Luisa Bemberg sobre una adaptación del libro de Octavio Paz “Las trampas de la fe”.

Una línea de investigación actual sobre la poetisa es el análisis de su pensamiento filosófico, con su defensa de la libertad, del derecho a pensar, a expresarse y al conocimiento, “idea que fue el hilo conductor de toda su actividad intelectual”, en particular sus escritos como la Carta Atenagórica, la respuesta a Sor Filotea y la carta a su confesor Antonio Nuñez, indicó la rectora.

López Portillo afirma que en la carta a su confesor, Sor Juana se rebela contra los intentos de que se dedique sólo a actividades religiosas, hace una exaltada defensa de la capacidad femenina al conocimiento y recuerda a las más destacadas mujeres que marcaron su tiempo. En 1694 Sor Juana firmó un documento para retractarse de sus actividades, que suscribió como “yo como la peor del mundo”. Tras esta abjuración, Sor Juana pasó de la rebeldía y el desafío a la penitencia delirante y la aceptación de la censura impuesta por los prelados de la Iglesia.

La rectora de la UCSJ dijo que Sor Juana aceptó firmar esa confesión para evitar “ruidos con el Santo Oficio”, luego de que la Iglesia había aumentado su poder. Añadió que todos los intentos posteriores para sacralizar a Sor Juana “son muy tramposos y fueron una tentativa para borrar lo que ella era, para ocultar el verdadero sentido de su vida y su obra. La falta principal de Sor Juana fue su defensa de la libertad y el derecho al conocimiento y a la palabra, atrevimiento inaceptable en una mujer, más en una monja”, dijo López-Portillo. Recordó también que en 1995 se dio a conocer un acta del convento de las Jerónimas que mostraba que tras la famosa abjuración, Sor Juana continuaba como administradora, manejaba el dinero del claustro, tenía sus instrumentos musicales y conservaba libros y legajos. Ello “echa por tierra la versión de que había dejado sus actividades intelectuales. Ella era una guerrera que no claudicó, hizo la defensa de la libertad del conocimiento y defendió el derecho de las mujeres a conocer, es una mujer que sigue siendo actual”.

Y como es algo muy actual, “la festejamos y le hacemos un homenaje y le cantamos las mañanitas”, señaló la rectora de la Universidad, cuya sede es el claustro donde vivió Sor Juana.