Pese al incremento, en los bazares de la ciudad las ventas son buenas

Armar el arbolito de Navidad cuesta 15 % más que en 2009

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En los bazares, la oferta de arbolitos y adornos navideños es inmensa.

Foto: Flavio Raina

Alrededor de 200 años, según se estima, tiene en la Argentina la tradición de armar el árbol navideño ante la proximidad de las fiestas de fin de año. Aunque los precios aumentaron, hay para todos los bolsillos.

 

Mónica Ritacca

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El 8 de diciembre, como indica la tradición, muchos hogares estarán abocados a una tarea que se repite todos los años como antesala a la llegada de la Navidad y al Año Nuevo: el armado del arbolito.

Aunque este año los precios de los árboles navideños y de los elementos que se utilizan para decorarlos aumentaron un 15 % con respecto a 2009, según lo informado por el secretario del Centro Comercial de Santa Fe, Jorge Baremberg, lucir un arbolito de Navidad en algún rincón de la casa sigue siendo posible, ya que el mercado ofrece múltiples opciones de acuerdo con el bolsillo.

“El árbol es lo más representativo de la Navidad; no puede faltar en ninguna casa. No importa si es alto o bajo, si está lleno de esferas o tiene muy pocas. Lo fundamental es que esté, ya que significa vivir las fiestas de una manera especial”, señaló la empleada de un bazar ubicado sobre la peatonal San Martín, entre la cortada Falucho y Primera Junta.

En cuanto a los precios, advirtió que un árbol económico, de 1,50 metros de altura y adornado con los elementos básicos que no le pueden faltar, cuesta alrededor de 138 pesos y que ese precio puede ser aún menor si se opta por un árbol más pequeño que, por ende, lleva menos decoración.

Los más elegidos

Hasta no hace muchos años, las opciones a la hora de escoger el árbol de Navidad no eran muchas: sólo se podía elegir un pino de color verde, que variaba en cuanto a su altura o frondosidad de ramas. Luego llegaron los arbolitos blancos, como una forma de imitar la nieve que recubre a los árboles en los países que viven la Navidad en invierno.

Pero ahora el árbol navideño no sólo puede ser verde o blanco. En el mercado se encuentran rojos, violetas y hasta negros. También plateados y dorados. “Aunque suene raro, los arbolitos para adornar de la línea tradicional que más lleva la gente son los negros. Aducen quedar preciosos con las esferas plateadas y las luces blancas, por lo que no dudan en llevárselo apenas lo ven. Hay otros que buscan los rojos o los lilas porque dicen que les combina con algún cortinado o cuadro del espacio donde lo van a colocar”, señaló la empleada del bazar.

Resta decir que, aunque el armado del arbolito es una tradición que se mantiene desde hace 200 años, muchas personas no disponen de tiempo y buscan llevarse los que están en exposición o los que, aseguran los vendedores del rubro, son la vedette de estas fiestas: los árboles espiralados y plegables. “Vienen de distintos tamaños y en color dorado o plateado. La gente que no tiene tiempo para adornarlo es la que mayoritariamente lo lleva, ya que en menos de un minuto lo tiene listo y colocado en el lugar donde quiere”, finalizó la mujer.

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Elementos del árbol

A la hora de adornar el arbolito de Navidad no pueden faltar determinados objetos.

Estrella: representa la Fe que debe guiar la vida del cristiano y simboliza a la estrella de Belén. Se coloca en la punta del árbol.

Esferas: simbolizan los dones de Dios a los hombres.

Lazos: figuran la unión de las familias y de las personas.

Luces: representan la luz de Cristo.

Una tradición que nació en Alemania

El primer árbol de Navidad, como se lo conoce en la actualidad, nació en Alemania. Fue implantado por primera vez en 1605, para apaciguar las altas temperaturas que, en diciembre, se registran en ese país. Desde entonces, la presencia de un árbol de Navidad en todos los hogares se difundió y se convirtió en una tradición.

En la Argentina, la costumbre de armar el árbol de Navidad el 8 de diciembre es seguida por las familias hace alrededor de 200 años. Se dice que de Gran Bretaña cruzó a Estados Unidos y desde allí se extendió a América Latina. En el país se armó por primera vez en 1807, cuando en diciembre de ese año un irlandés quiso recordar sus costumbres y decoró un pino en una plaza pública.

Para los cristianos, el árbol navideño recuerda al árbol del Paraíso, de cuyos frutos comieron Adán y Eva y de donde vino el pecado original. También representa al árbol de la vida o la vida eterna.