La peor de las pesadillas

Cayó una pared desde un edificio torre: dos heridos

Parte del lateral de un edificio en construcción cayó sobre una casa en la esquina de 4 de Enero y Obispo Gelabert. Hay dos menores heridos.

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Cristian Benitenti (en la foto) dormía en este cuarto cuando ocurrió todo. “Fue una explosión muy fuerte. De repente, desperté debajo de chapas y escombros”, dijo. Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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Faltaban pocos minutos para las 5 cuando un terrible estruendo sacudió el alma de una casa ubicada en Obispo Gelabert 3022, a escasos metros de 4 de Enero.

A ese primer estallido le siguió otro.

Entonces, el lugar quedó envuelto en una nube de tierra y escombros. Afuera, un intenso temporal de lluvia y viento hacía de las suyas.

Tamaña pesadilla tuvo una causa: sobre el inmueble en cuestión habían caído restos de mampostería que se desplomaron desde un edificio en torre lindero, que se encuentra en construcción.

Los pedazos de pared se precipitaron desde un décimo piso, desde una altura aproximada a los 25 metros. Convertidos en proyectiles cuasi mortales, perforaron los techos de la vivienda vecina, y fueron a dar en los dormitorios.

Víctimas de esta circunstancia resultaron Jairo Benitenti, de 15 años, y Nereo Ivalo, de 17. Ambos adolescentes terminaron heridos como consecuencia de los golpes sufridos. Jairo, con traumatismos varios, y Nereo, con una fisura en el cráneo. Los jovencitos fueron trasladados hasta el hospital Cullen. Al cierre de esta edición, ambos permanecían internados y su pronóstico era de carácter reservado.

Lo que sigue es el relato directo los involucrados.

“Desperté bajo escombros”

Cristian Benitenti, también de 17 años, es el tercer joven que dormía en un cuarto junto a su hermano Jairo y su amigo Nereo.

En diálogo con este diario, Cristian relató que “durante toda la noche habíamos estado estudiando con Nereo para un examen. Cerca de las 4, ya estábamos cansados; entonces, nos fuimos a dormir.

“De pronto, desperté con un estruendo. No entendía nada. Escuchaba los gritos de mi viejo que me decía: “¡Despertate, despertate!’”.

“Abrí los ojos y tenía unas chapas encima mío. Prendí la luz y lo ayudé a mi hermano a salir de la cama. Después, le abrí la puerta a mi viejo, que sacó a mi amigo (Nereo) de abajo de los escombros.

“Con mi hermano ayudamos también a sacarlo. Lo subimos a “upa’ y lo sacamos del cuarto. Y un vecino lo llevó hasta el hospital. Estaba semidesvanecido”.

Es de hacer notar que los destrozos también se hicieron sentir en otra dependencia de la casa, donde descansaba Alexis Benitenti, de 26 años. Este último sufrió escoriaciones de menor carácter por la rotura de vidrios.

“Ahogados con tierra”

Pero el principio del desastre comenzó en el cuarto matrimonial, donde dormían Raúl Benitenti y Olga Coria. Allí fue donde se sintió el primer impacto.

Aún bajo una fuerte crisis y en medio de lágrimas, Olga narró su vivencia.

“Estaba durmiendo y desperté sobresaltada cuando sentí un fuerte golpe en la pieza. Nos despertamos ahogados con la tierra. Mi marido se levantó y no sabíamos qué había pasado. Entonces, vemos los escombros y el agujero en el techo. Camino entonces hasta el baño y siento el estruendo en la habitación de los chicos. Fueron dos impactos. El primero pegó en mi dormitorio y el segundo, en el de los chicos.

“Subimos la escalera y llegamos hasta el cuarto de los chicos, pero no se podía abrir la puerta porque estaba trabada por los escombros. Fue uno de mis hijos que no estaba tan golpeado el que pudo abrir desde adentro. A los otros los saqué de abajo de los ladrillos. A Nereo lo sacamos con fuerza. Sangraba por los oídos... estaba muy golpeado. Después, llamamos a los vecinos... fue todo un infierno”.

Oídos sordos

“Esta catástrofe -continuó expresando- comenzó desde mucho antes, con la construcción de esta torre. Nosotros comenzamos a ver rajaduras en la casa, fisuras, grietas. Entonces nos comunicamos con la empresa y reclamamos. Nos contestaron que nos quedáramos tranquilos. Que, si algo pasaba, la empresa constructora tenía seguro. Fuimos a la Municipalidad y tampoco nos dieron bolilla.

“Lo cierto es que nosotros día a día veíamos cómo nuestra casa se iba destruyendo”.


 

Evacuación

 

Autoridades de la Municipalidad ordenaron la evacuación de las familias que viven en propiedades que lindan con el edificio en cuestión. Así lo confirmó Eduardo Aguirre Madariaga, director de Gestión de Riesgo de la Municipalidad.

La familia Benitenti (habitante de la casa donde se produjeron los destrozos) será alojada temporariamente en un hotel. En tanto, otras dos familias serán cobijados en casas de parientes.

Los funcionarios expresaron que los desalojos se ordenaron por una cuestión de seguridad.

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La desesperación de los familiares. Foto: Flavio Raina