A 45 años de la conquista del primer ascenso de Colón...


“Sabaleros, sangre de campeones... garra y calidad”

Fue el 14 de diciembre en cancha de Atlanta, ante Deportivo Español. Cuatro días más tarde, ante Nueva Chicago y en el Centenario, pegaba el grito de campeón. Inolvidable.

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La formación sabalera que fue base en aquel campeonato. Jorge Omar Sanitá, el segundo de los parados empezando de la derecha, jugó todos los partidos de la temporada. Por su parte, Alejo Medina fue el goleador del equipo.

Foto: Archivo El Litoral

 

Tomás Rodríguez

(Especial para El Litoral)

El martes 14 de diciembre de 1965, en el corazón de Villa Crespo, un barrio popular de Buenos Aires, sector industrial, tanguero por excelencia, de hombres guapos y de comerciantes israelitas, después de 18 años de militar en los registros de la AFA, Colón hizo realidad el sueño de obtener el derecho de participar en la máxima categoría del fútbol argentino.

A los 38 minutos del primer tiempo, más de 10 mil gargantas estallaron en los tablones de la popular del estadio de Atlanta con el grito sagrado del gol cuando Alfredo Domingo Obberti, con su majestuosa zurda, clavó de volea en el ángulo superior derecho del arco defendido por el juvenil Eduardo Cassarino un centro preciso de Alejo Domingo Medina, tras un sutil toque de Néstor José Canevari.

Colón le ganaba a Deportivo Español por la mínima ventaja y se aseguraba el pasaporte a Primera División cuando restaba un partido de las 44 rondas del torneo de Primera “B”, el más extenso de toda su historia.

Brillante exhibición

Fue una de las mejores actuaciones del año de Colón, siendo Canevari la gran figura, hábil teniendo la pelota, desmarcándose hacia los costados, buscando conectarse con Obberti para su letal disparo de izquierda. Sin embargo, las paredes entre ambos (jugaron varios años en las inferiores de Huracán) producían el desequilibrio y la diferencia pudo haber sido más amplia.

Un disparo de Alejo Medina en el travesaño, las atajadas espectaculares de Cassarino y un golpe de Menzer contra Canevari en el área chica y que, insólitamente, el árbitro Miguel Comesañas cobró tiro indirecto, con todo Deportivo Español en la línea de sentencia, fueron los hechos más salientes.

La murga de Gisleno

En el segundo tiempo, Colón, en inferioridad numérica, manejó el partido a su manera, actuando en el complemento con 10 jugadores, por la lesión de su emblema: Gisleno Medina Leites, seguro y con una elevada dosis de calidad, quien fue el autor de la marcha y de los arreglos de “Sabaleros” y las dos decenas de integrantes de la murga “Omni” creada y dirigida por el propio futbolista, quienes vinieron del Uruguay para alentar a su conductor y amigo, le dieron un ritmo musical a la alegría y euforia de los hinchas rojinegros.

Italo Giménez

El principal gestor de esta proeza se llamaba Italo Pedro Giménez, que, cuando se hizo cargo de la presidencia de Colón militaba en Primera “C” y, en poco tiempo, lo llevó a Primera División, siendo respetado por su potencial. Y a su estadio, desde el año anterior, se lo conocía como el “Cementerio de Elefantes” porque allí habían caído el Santos, con Pelé, el seleccionado argentino, ganador de la Copa de las Naciones, derrotando a Brasil el bicampeón mundial (1958-62) en su propia casa; Cerro y Peñarol de Montevideo, entre otros.

Tuvo que superar Giménez muchos contratiempos, dificultades e inconvenientes para conformar el plantel. El primero de ellos fue la incorporación de Washington Etchamendi, pero debido a problemas familiares debió regresar a Montevideo, aconsejando éste la contratación de José Etchegoyen, a cargo de las inferiores de Peñarol.

Sanitá jugaba en el mediocampo, Orlando Medina, muy jovencito, actuaba en casi todos los puestos, existían diferencias con Huracán por la transferencia de “Beto” Poncio, debiendo apelarse a jugadores de la casa e inferiores hasta la puesta a punto de las figuras incorporadas en la temporada.

Giménez realizó intensos esfuerzos para conformar el plantel y recién en la última semana de abril pudo concretar el pase de Alberto “Beto” Poncio (por eso no lo incluía en el equipo) a Huracán, entidad que cedió en forma definitiva al “Pepe” Canevari y a préstamo —sin opción— al “Monito” Obberti, debutando en la novena y décima fechas, futbolistas fundamentales —como otras incorporaciones— en la consagración al finalizar la temporada.

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Los hinchas sabaleros ganan las calles de la ciudad, luego de la victoria y el ascenso.

Foto: Archivo El Litoral

Cuando al promediar la segunda rueda, Colón sufrió tres traspiés consecutivos ante Quilmes, Sarmiento de Junín y Tigre, teniendo en cuenta que se ubicaba sexto y debido a los reclamos de la parcialidad sabalera, Italo Giménez contrató los servicios de Rodolfo Ricardo Arauz como director técnico, pasando el uruguayo José “Pepe” Etchegoyen en calidad de preparador físico.

A partir de allí, el conjunto santafesino se mantuvo invicto hasta finalizar el torneo, con 10 victorias (Excursionistas, Almagro, Deportivo Italiano, Los Andes, San Telmo, Arsenal, Central Córdoba, Defensores de Belgrano, Deportivo Español y Nueva Chicago) y tres empates (Deportivo Morón, El Porvenir y Argentinos de Quilmes, descendido), anotando 21 tantos a su favor y solamente Tremonti fue vencido seis veces en ese lapso.

Cuando finalizó el partido, en esa gran barriada que es Villa Crespo, el bullicio comercial de un día hábil, el trajinar enloquecedor de los transportes, las sirenas estridentes de las fábricas, todo era muy poco ante el avasallamiento descomunal del fervor sabalero que llevó hinchas de toda la provincia y regiones del país.

Abrazos entre “desconocidos”, cánticos, gritos, llantos y banderas, carteles, pancartas y pañuelos saludando la conquista. Los hinchas que recorrieron las más remotas canchas daban rienda suelta al sueño transformado en realidad.

En el vestuario Italo Giménez y el dirigente José “Pepe” Benseñor (tesorero) lloraban abrazados y agradecían a Dios y a la Virgen de Guadalupe, por vivir este acontecimiento, el más importante hasta entonces, en la vida institucional y deportiva de Colón y de un club de Santa Fe...


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El gran abrazo de Jorge Sanitá y Julio Grondona, cuando el presidente de la AFA estuvo presente en la reasunción de Germán Lerche como presidente. Foto: Pablo Aguirre

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Orlando Medina, uno de los jugadores de mayor proyección que tuvo aquel equipo de Etchegoyen. Foto: Mercedes Pardo

Las cosas del Italo

Cuando restaban cuatro partidos para concluir el torneo, compartían el liderazgo Colón y Quilmes con 56 unidades, seguidos de Los Andes, Deportivo Morón y All Boys, a dos y tres puntos. Italo Giménez al regresar de la reunión con sus pares de la división, se reunió con funcionarios, empresarios y algunos comerciantes del Mercado Concentrador y Abastecimiento, solicitándole asistencia.

La preocupación de Giménez surgió debido a que en los pasillos de la AFA se hablaba de que podría ser perjudicado Colón en las últimas fechas. “A mí no me van a joder como en varios torneos de los años ‘50, tenemos el mejor equipo con un plantel excepcional y nadie nos va a quitar la alegría del campeonato que tanta ilusión generó en la mayoría del pueblo santafesino”.

Luego le anunció al plantel que ofrecía un millón de pesos por partido ganado en los encuentros que restaban. Una cifra insólita e increíble para la época, teniendo en cuenta que Alberto Jacinto Armando le pagó ese monto al equipo de Boca que venció 2 a 1 a River en la Bombonera, posibilitando ese éxito que los xeneizes se adjudicaran el campeonato de Primera.

El titular del Poder Ejecutivo de Santa Fe, doctor Aldo Emilio Tessio señaló que “un día vino Giménez y me pidió apoyo, en mi propio despacho me dijo: yo soy peronista de sentimiento, el gobernador es radical, pero usted sabe que Colón es de todos. No me deje solo porque quedará en la historia como uno de los que apoyó la gesta de Santa Fe, como la lucha federal de Estanislao López contra los unitarios porteños”, reconoció en rueda de correligionarios el último mandatario de la UCR del siglo pasado.

Con una sonrisa, el gobernador Tessio le aseguró a sus pares radicales, “son cosas del Italo, hasta me invitó al partido con Nueva Chicago. Ese día vamos a dar la vuelta olímpica y no se olvide que el año próximo hay que ayudarlo a Unión”, concluyó el mandatario santafesino.

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Italo Giménez le entrega una plaqueta a Pepe Etchegoyen bajo la atenta mirada, entre otros, de Jorge Sanitá y Pablo Gigliotti. Foto: Archivo El Litoral

Los mejores jugadores

Los periodistas de los medios porteños que observaron durante el certamen el desempeño del equipo santafesino, emitieron su opinión al ser consultados sobre los mejores futbolistas de Colón durante la temporada. Esta es su opinión:

Jesús Emilio Balcarce (Canal 9 de Televisión): Jorge Omar Sanitá. Julio César Caram (Agencia Télam): Alberto Ríos y Sanitá. Ernesto Cherquis Bialo (Revista “El Gráfico” y LS 6 Radio Mitre): Sanitá. Juan Carlos Darthés (Diario “La Nación”): Gisleno Medina. Oscar Adolfo Gauto (Diario “Crónica”): Alejo Medina. Diego Lucero (Clarín): Ríos. Horacio Antonio Monzo (La Razón): Sanitá. Daniel Luis Romeu (“Crónica”): Gisleno Medina. Antonio Sidero (Diario “La Prensa”): Gisleno Medina. Jorge Ventura (“El Gráfico”): Ríos.

El plantel

El plantel sabalero estuvo conformado por dos paraguayos Heriberto Pérez y Luis Cabañas y cuatro uruguayos Raúl Cardozo (Liverpool), Gisleno y Orlando Medina Leites y José Dumas Rodríguez (todos ellos de Cerro). El resto provenían de las divisiones inferiores y de distintos equipos de nuestro país, especialmente de Rosario.

El plantel del campeón de Primera “B” de 1965 se detalla a continuación: Agustín “Mencho” Balbuena (del Club), José Broggi (Def. de Cambaceres), José Luis Burtovoy (del club), Néstor José Canevari (Huracán), Luis Cabañas (Paraguay), Néstor Lucas Cardozo (Rosario Central), Raúl Cardozo (Liverpool de Montevideo), José A. Castro (N. O. Boys de Rosario), Sebastián Gar|cía (Rosario Central), Carlos Larpín (del club), Luis López (del club), Hugo Martínez (del club), Gisleno Medina Leites (Cerro de Montevideo), Orlando José Medina Leites (Cerro de Montevideo), Alejo Domingo Medina (Rosario Central), Alfredo Domingo Obberti (Huracán), Heriberto Pérez (Paraguay), Alberto Raúl Poncio (del club), Alberto Ríos (del club), José Dumas Rodríguez (Cerro de Montevideo), Pedro Rosso (del club), Jorge Omar Sanitá (Rosario Central), Luis Angel Tremonti (Independiente y All Boys). También estaban los “pibes” Nerbutti, Giombi, De Sanctis, Colman y Banegas, que hacían sus primeras armas en el club.