Leer con Borges

2_FR.jpg

Daniel Balderston. Foto: Flavio Raina

Por Raúl Fedele

“Innumerables relaciones: cómo leer con Borges”, de Daniel Balderston. Ediciones UNL, Santa Fe, 2010.

En su visita, en 2008, a Santa Fe, Daniel Balderston sentenció que Borges todavía resultaba una tierra inexplorada para la crítica y la teoría literaria (“apenas ahora lo estamos comenzando a leer en serio”). La aseveración resulta, a decir poco, asombrosa, si se considera la avalancha de volúmenes y de tesis e investigaciones dedicadas al autor de “El Aleph”. Y sin embargo los devotos de Borges ya hace mucho tiempo que debimos resignarnos a que de esa mole haya casi nada para rescatar. Entre las contadas excepciones se destaca precisamente un libro de Balderston, publicado en español en 1985: El precursor velado: R.L. Stevenson en la obra de Borges. Ahora Ediciones UNL presenta una compilación de breves ensayos de este profesor estadounidense (y director del mítico Centro Borges, de Dinamarca, ahora con sede en Pittsburgh). Escritos entre 2000 y 2009, tienen como eje a Borges como lector: “Al estudiar sus prácticas de lectura vamos viendo sus procesos de asociación de ideas, que a su vez están íntimamente conectados a su práctica de la escritura”, señala Balderston.

El volumen se abre con un recorrido panorámico sobre el tema de las ruinas en Borges, “lugares privilegiados porque en ellas se siente lo precario y contradictorio. La creación artística (“el hecho estético’) viene de ese espacio liminar: una revelación que no se produce, un todo que sólo se puede imaginar”.

Sigue un enfoque sobre el marco político de la primera etapa de Borges escritor, ese tiempo de efervescencia artística y militancia política “revolucionaria”, que intercorre entre el período en Ginebra hasta el golpe de Uriburu. Balderston repasa cartas, poemas (de entusiasmo por la revolución rusa, por ejemplo, escritos en 1929 y 1921), la presencia en textos varios de su militancia yrigoyenista y de una poética de memoria criollista. Consecuente con este ensayo, el siguiente analiza las sucesivas rupturas estéticas de Borges, sobre todo en su primera etapa cuando “hay un efecto de torbellino en el que los cambios bruscos de intención y de estética se producen incluso dentro de los textos, o en la reelaboración de éstos de una versión a otra”.

El índice despliega después estudios sobre las significativas omisiones y diferencias que revelan los desperdigados (algunos vedados) manuscritos de Borges; sapientísimas reglas para enseñar a leer Pierre Menard, autor del Quijote; la compleja relación entre la historia y la literatura, tal como la explicita Borges en Tema del traidor y del héroe; los datos que permiten comprobar su conocimiento profundo de la literatura portuguesa; las enciclopedias y Tlön, Uqbar, Orbis Tertius; la visión borgeana de la poesía a través de la recopilación de las conferencias que dictó en Harvard en 1967 y 1968, reunidas en This Craft of Verse (publicada en español bajo el título de Arte poética. Seis conferencias, en traducción de Justo Navarro. Crítica, Barcelona, 2001), y algunas consideraciones especiales extractadas de ese libro extraordinario que Balderston valora en su justa medida, el Borges, de Adolfo Bioy Casares, remarcando entre otras cosas la magnitud de las conversaciones sobre poesía que entretenían a los dos amigos, el arte de la cita de la que hacían gala, la homofobia que los acomete a cada paso y la creciente susceptibilidad de Bioy con respecto a la desvalorización de quienes lo consideran un apéndice del gran vate ciego.

En suma, una serie de lúcidos acercamientos a Borges en un libro que tenemos el orgullo de ver lanzado en castellano desde nuestra ciudad.