Claves para “sobrevivir” a las despedidas de año

Cuando llega diciembre, mucho del sacrificio hecho durante el año para llegar y conservar el peso deseado y estar en forma corre el riesgo de ser “tirado por la borda”. Las despedidas son, en general, una buena excusa para comer sin culpas, más aún las fiestas.

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Para no desperdiciar el esfuerzo de todo un año en unas pocas horas conviene encontrar formas adecuadas de disfrutar de las reuniones familiares o de amigos, sin cometer excesos.

Es aconsejable no dejar de comer durante el día del evento, ya que se llegará a la noche con mucho apetito y es preferible, al día siguiente, reducir la ingesta de alimentos y reemplazarlos por frutas, jugos naturales o ensaladas de verduras frescas.

Durante la cena, conviene evitar alimentos ricos en grasas, proteínas y carbohidratos: más carnes magras (mejor de pollo o pescado), ensaladas, poco pan dulce, turrones y budines. La regla de oro es comer de todo, pero con mesura.

Es común que en una cena sin límites las calorías ingeridas ronden las 10.000, lo que equivale a cuatro o cinco días de comer normalmente.

Los nutricionistas recomiendan para no cargar con kilos demás sin dejar de pasarlo bien:

* Empezar dos semanas antes a preparar el cuerpo con una dieta baja en calorías.

* Preparar las comidas con mesura, pensando que cada invitado se sirve una porción de cada plato e imaginar qué cantidad de combinaciones puede comer para evitar desperdiciar alimentos o tener que seguir consumiéndolos varios días después.

* Elegir las comidas de calorías más bajas. Recordar que las carnes blancas tienen menos grasas que las rojas, que las mayonesas compradas tienen menos grasas, que la crema puede reemplazarse por queso crema light, que los helados de agua vienen muy ricos y son más livianos, moderar la cantidad de pan en la mesa, alivianar los aderezos con agua o caldo, todo ayuda para disminuir calorías y descompensaciones.

* Servirse porciones chicas y comer lentamente, tratando de no repetir platos. Evitar picantes y condimentos o especies que provocan acidez y reducir el consumo de sal.

* Presentar entradas con verduras y quesos descremados, ensaladas, cereales y verduras de estación.

* Usar frutas en ensaladas y postres. Las recomendadas para agilizar la digestión son: ananá, sandía, frutos rojos, melón y los cítricos.

* Para las cocciones preferir el horno o el microondas a los fritos.

* Tener a mano té verde, de anís, de manzanilla o boldo y ofrecerlos en lugar de café.

OTROS CONSEJOS

* No es cierto que si no se mezclan bebidas todo va mejor. Suma la cantidad de alcohol consumido y no importa dónde esté ese alcohol. Las bebidas alcohólicas o azucaradas deben tomarse de forma limitada eligiendo en el primer caso aquellas de menor graduación y evitando los tragos o dejarlos para el brindis. Se recomienda abundar el consumo de agua.

* Descreer de las recetas populares que aconsejan ingerir aceite antes de probar bocado o tomar bebidas cola o aspirinas luego de beber mucho alcohol.

* Poner sumo cuidado en la preparación de alimentos en lo que a la conservación de la cadena de frío se refiere. Comprar la materia prima en lugares de confianza y llevar a la heladera todo lo que pueda entrar en descomposición; una recomendación especial para mayonesas y pescados.

* Recordar que es una cena más y no “la última cena”. Comer con moderación, situarse lejos de las paneras y recordar que al otro día hay que transitarlo, son consejos que vale la pena guardar en la memoria.

* Para evitar el aumento de peso y eliminar toxinas, es recomendable sumar actividad física antes y después de las fiestas, caminar, bailar, o realizar ejercicios aeróbicos sirven para compensar posibles excesos. Y lo más importante: volver cuanto antes a la rutina alimentaria.