Se inauguró El Molino


Ambiciosa Fábrica Cultural, donde todo está por ser

Ambiciosa Fábrica Cultural, donde todo está por ser

Los santafesinos se apropiaron del nuevo espacio, inaugurado con todo el talento de los artistas. Foto: Pablo Aguirre

 

Ana Laura Fertonani

fertonani @ellitoral.com

“La metáfora susurra ‘molino’ como los de viento, como monjes del camino, relojes surrealistas de esa otra metáfora que nos mueve: la vida como viaje, la utopía”.

Luces, colores, formas extrañas, música en vivo y seres de cuentos o de algún planeta lejano y desconocido que intervinieron la masa de público anunciaron el principio de la gran performance prevista como punto de partida para la esperada Fábrica Cultural.

La lluvia que parecía que iba a posponer la fiesta, sólo corrió los tiempos un poco. Miles de personas según las cifras oficiales entre 8 y 10 mil- llenaron el nuevo territorio ubicado en Bv. Gálvez y Pedro Vittori.

Primero fue el turno de las formalidades que consistieron en la bendición de las nuevas instalaciones, por parte del arzobispo Mons. Arancedo; y las palabras del gobernador de la provincia, Hermes Binner, quien celebró la inauguración y recuperación del Molino Franchino. Adelantó que ahí los chicos sólo van a tener que llevar “voluntad”, que podrán conocer cómo fabricar las cosas que compran y la posibilidad de hacerlas.

Subrayó la necesidad de defender los valores, de ayudar a los niños a pensar, de la importancia de brindar formas y contenidos a los chicos y jóvenes para entrar en la complejidad y poder entender la realidad. Fue muy aplaudido, como la mayoría de las autoridades presentes que la locutora (Mariana Rabaini) fue mencionando, aunque la que se llevó todas las flores fue la ministra de Innovación y Cultura, Chiqui González.

PLANOS

Sobre un elevador hidráulico sonó el dúo rosarino integrado por Ricardo Vilaseca y Tato Garabato “Armados y sonados”. Mientras que las luces le dieron marco a las ventanas del edificio aún no terminado -que promete la segunda etapa de la Fábrica- y tres de los personajes de cuentos comenzaron a hablar de la vida, el trabajo, el molino, las luces, las sueños, la creación y la textura de la vida.Le siguió una animación colorida y simpática sobre el molino, realizada por el Equipo de la Cooperativa de la Escuela de Animadores con la coordinación de Pablo Rodríguez Jáuregui. Y sobre la misma pared llegaron un par de bailarines de tango. Se trataba de los integrantes de la Compañía de Danza Aérea de Brenda Angiel que, suspendidos de sogas y arneses, mostraron la posibilidad de desafiar la gravedad inventando otro plano para la escena, esa que tiene de protagonista al cuerpo.

Las puertas del edificio se abrieron hasta con papeles metálicos volando. La gente corrió y se sumó y desbordó los espacios de taller y juegos propuestos, algo parecido a los que ofrece la Isla de los Inventos de Rosario: un despliegue de imaginación, sonrisas y concentración. Quizá ahí, en la inauguración oficial, se trató de un retazo del objetivo esbozado: hacer un gran centro de formación, experimentación e investigación en las formas de la materia y en el arte de vivir.

LA INVITACIÓN ES A PARTICIPAR

Molino fue, un molino harinero, un lugar destinado al trabajo y a la acción humana, a la secuencia para recrear la materia, para alcanzar el pan, la complejidad de lo simple. Vuelve hoy convertido en fábrica para diseño, construcción y circulación de objetos culturales.

Al ingreso diversos espacios lúdicos convocaron la atención: recortar, pintar y tallar; inventar formas con naipes gigantes del país de las Maravillas de Alicia, y con cartones; redefinir la Gioconda de Leonardo da Vinci; construir los metalgiros de Miguel Benassi; tallar esculturas, construir aviones y descubrir animales de madera. Hasta la propuesta de aprendizaje en el área “digital”.

También hubo bastante para hacer en el segundo piso destinado a la fábrica de textil: para disfrazarse, coser, coser a máquina, recortar sobre la tela, hacer mecanos de tela y armar muñecos de trapo. Hasta conocer las realizaciones de los artesanos de la Unión de Familias Organizadas de Pequeños Productores de la Cuña Boscosa y Bajos Submeridionales.

Mientras los grandes volvían a ser niños y los pequeños, con sus manos a la obra, se sentían grandes, sobre el escenario -y bajo las bóvedas cáscaras de Amancio Williams- sonaba La Bomba de Tiempo, y hasta algunos se animaban a bailar.

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Todo el color y el buen gusto fueron las notas distintivas de una noche para el recuerdo de miles de espectadores.

Foto: Pablo Aguirre

Los trabajos y los días

En febrero comenzarán las visitas con las propuestas educativas y lúdicas que se desplegaron en la inauguración, como también algunos recitales y eventos; y en marzo comenzará a trabajar la fábrica en varios sentidos: de lunes a viernes funcionarán las cooperativas de trabajo, y de viernes a domingo estará abierta al público. Próximamente se dará a conocer la programación cultural para el año que viene.

/// EL DATO

Las dos etapas

La familia de Williams cedió a El Molino las bóvedas cáscaras ante el pedido de los autores del proyecto y la realización arquitectónica. Ésta estuvo a cargo de la Unidad de Proyectos Especiales del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda; y la planificación conceptual del espacio estuvo a cargo del Ministerio de Innovación y Cultura.

En una segunda etapa, y próxima a licitarse, se encuentra el edificio del Molino, cuyo proyecto está terminado y propone la fabricación de otro tipo de bienes culturales: reproducibles, espacios para grabaciones y ensayos, para filmaciones, estudios de televisión y fotografía, como así también espacios para el cuerpo en todas sus dimensiones.