CARTAS A LA DIRECCIÓN

Pami y derechos humanos

 

Atilio F. Giordano.

DNI. 3.170.184.

Señores directores: Sé que no descubro nada nuevo, pero, algo hay que hacer para contribuir con tan noble “arenga”, tan en boga en estos últimos tiempos.

El día 10 de diciembre ppdo., acosado por un fuerte malestar, provocado por un ataque virósico no muy común, pero sí tan insoportable como pocos (se trataba de un herpes, culebrilla o qué sé yo qué, que ya me tenía noches enteras sin poder dormir). Lo cierto es que mi hija ese día me llevó a un sanatorio, en procura de mitigar mi evidente malestar. Llegamos cerca de las 9.30 horas. Fui atendido en mesa de entrada, donde me dieron turno para el médico clínico de guardia. Había una cola de como diez pacientes esperando. Además el mismo doctor se ocupaba —y como es lógico daba prioridad— a los casos de emergencia, que fueron varios, no sé cuántos. La cuestión es que fui atendido cuando ya eran las 14. Cabe mencionar la buena voluntad de ese profesional, que a pesar de su evidente estado de fastidio y cansancio, me atendió muy bien, y le estoy agradecido sinceramente.

Por favor, señores directores del Pami, ¿no les parece que a los 85 años de edad debemos, con todo derecho exigir mayor respeto? Y los derechos humanos de lo cual nuestra presidenta se llena la boca, ¿dónde están? Encima tiene la osadía de decir que el Pami es la mejor obra social del país. ¡Me pregunto cómo será la peor! ¿Peor?