Llegan cartas
Pedidos de investigadoras
Teresa Suárez, DNI 5.490.232 María Laura Tornay, DNI 23.521.509
Señores directores: Las que suscriben, historiadoras y usuarias del Archivo General de la Provincia de Santa Fe, observan con preocupación el estado del mismo. En los últimos años, el personal especializado se redujo perdiendo cinco relevantes cargos de personal.
La atención al público es realizada por un pasante que en dos semanas finaliza su pasantía. Lo que se espera es el cierre de la sala de consulta durante en enero con el daño a la actividad que nosotras, como muchos, realizamos en la institución. Este archivo de un siglo de antigüedad contiene nada menos que la memoria institucional de la provincia, y su biblioteca, un repositorio incunable, carece de bibliotecaria desde hace ya un año.
Por las consideraciones expuestas solicitamos a las autoridades competentes que doten del personal y los recursos necesarios a este Archivo, reservorio de una parte importante de la historia y la memoria de los santafesinos.
Un avance contra los ruidos molestos
Joaquín Neri
Señores directores: Quisiera agradecer por este medio al concejal Luciano Leiva por ocuparse del problema de los ruidos molestos en la Estación Belgrano, e informar al ciudadano sobre las gestiones realizadas. Textual: “El Honorable Concejo Municipal sanciona la siguiente resolución:
“Art. 1º: Dispónese que el Departamento Ejecutivo Municipal adopte las medidas necesarias para que en los espectáculos y eventos que se realicen en el predio denominado Estación Belgrano se garantice el cumplimiento de todas las normas y disposiciones, ya sean nacionales, provinciales o municipales, que regulan la realización de espectáculos públicos y en especial lo dispuesto por el artículo 6º de la Ordenanza Nº 9.623 (Ruidos Molestos).
“Art. 2º: Comuníquese al Departamento Ejecutivo Municipal. Sala de Sesiones, 27 de diciembre de 2.010”.
Sin ilusiones en los Reyes Magos
Dolly Campana.
L.C. 1.049.195.
Señores directores: Cuando niña los Reyes Magos ansiosa esperaba, yuyitos y agua feliz les dejaba.
Los niños ahora no sienten la dicha de poder soñar que al despertar juguetes encontrarán. Todo está muy sabido: ellos los van a comprar.
Todo es distinto, ya no hay ilusiones y sería bueno que comiencen nuevamente a soñar.
Que sus almas sean de niños y no de seres maduros, maduros antes de tiempo. Quizás sea esto el motivo de los desmanes que cometen.
