Mano a mano con el Negro Gamboa a orillas del Atlántico

“A nivel dirigentes, Colón está preparado para ser campeón”

“Ahora llegó el turno de que lo hagamos realidad en la cancha”, dijo el entrenador sabalero. “La única diferencia que hay entre Colón, Vélez y Estudiantes, es que estos dos clubes ganan títulos; en todo lo demás, no hay nada que envidiarles”, señaló.

“A nivel dirigentes, Colón está preparado para ser campeón”

Fernando Gamboa en la intimidad del hotel donde concentra Colón. El técnico recibió a El Litoral y habló sobre los temas más importantes mientras se sigue trabajando para el próximo Torneo Clausura. Foto: Enrique Cruz (h)

 

Enrique Cruz (h)

(Especial desde Mar del Plata)

“¿Querés que hagamos una nota tranquilos? Te espero a la noche, después de la cena. Es el único momento libre y de tranquilidad. Vos lo ves acá, viniendo todos los días. Del laburo a la cama y de la cama al laburo. Sólo tenemos tiempo para comer. Miro a los jugadores y me pregunto cómo hacía yo para bancarme las pretemporadas”. Y fue así nomás. Con el Negro Gamboa elegimos la noche como el mejor momento para un mano a mano distendido. Más de una hora y media de charla. Para sacarle el mayor jugo posible.

—¿Qué sería para vos triunfar en Colón, Negro?

—Salir campeón, no hay otra. Claro que uno puede trabajar, ser serio, contar con la predisposición de los jugadores, de la dirigencia, estar en un club que, para mí, está preparado para ir en busca de un título, pero cuando llega el momento de jugar uno tiene que ser precavido, realista y no venderle espejitos de colores a la gente o prometerle algo que no se puede prometer. Yo me mato, me desvivo por el trabajo, amo el fútbol y tengo un compromiso total por Colón. Cada día que me levanto, trabajo para recoger los frutos al final del torneo.

—¿Y la palabra fracaso, figura en tu diccionario?

—No, no. Puedo hacer una mala campaña, pero fracasar sería no laburar o no corregir lo que se está haciendo mal, sabiendo que lo estás haciendo mal. Fracasa el cuerpo técnico que viene a Mar del Plata de vacaciones con los jugadores, no les exige y no los mata en los entrenamientos, porque después esa actitud los lleva a sufrir en los partidos. Nosotros, el cuerpo técnico mío, estamos solos en Santa Fe y vivimos las 24 horas por y para Colón. Así, no se puede pensar en que se fracasará.

—¿Por qué el equipo pasó de jugar buenos partidos, como el primer tiempo ante Olimpo, a otros que fueron flojos?, ¿hiciste un balance?

—Sí, y es positivo. No es fácil entrar a reemplazar a un cuerpo técnico, los jugadores venían de una convivencia de dos años y medio con el técnico anterior, pero conseguimos una buena cantidad de puntos, creo que fueron más del cincuenta por ciento. Hicimos un gran primer tiempo en Bahía, el equipo venía de jugar bien contra San Lorenzo con Marito Sciacqua, nos comimos un cachetazo terrible contra Vélez y ahí hablamos duramente y supimos convencer a los jugadores de que debíamos cambiar porque si no, el cuerpo técnico duraba seis partidos y nos teníamos que ir.

—¿Fue clave el partido con Independiente para no pegar el salto?

—Es verdad. Nos reprochamos mucho ese partido porque era para ganar a pesar de que arrancamos perdiendo. Independiente se quedó con un hombre menos y no tuvimos inteligencia. Si ganábamos, quedábamos terceros con pocas fechas por jugarse. Luego fuimos a Argentinos y perdimos bien, después fue River a Santa Fe y apostamos a ganar el partido. Yo lo puse a Curuchet y River me metió un defensor, con lo cual te doy la pauta de que lo queríamos ganar y ellos se conformaban con no perder, y lo perdemos con un envío largo que nos tomó distraídos en defensa y eso no puede pasar. Fuimos a Arsenal, perdimos injustamente y la cosa se puso fea, por eso disfrutamos tanto el triunfo con Newell’s.

—¿Advertís un problema de mentalidad en Colón a la hora de buscar un objetivo de máxima como puede ser un campeonato?

—El convencimiento es clave. Yo fui jugador y te puedo asegurar que siempre competí para ganar y que el jugador siempre quiere ganar. Yo tengo claro cómo hay que hacer para ganar un partido, pero a veces, como pasó con Independiente, les digo a los jugadores, como se lo dije esa noche en el entretiempo: “Muchachos, no me digan cómo, pero a este partido hay que ganarlo”. Yo no quiero un equipo que gane y pierda con cualquiera. Quiero un equipo convencido y comprometido en un objetivo muy claro, que ya lo tenemos.

El plantel 2011

—¿Qué le van a dar al equipo los cuatro refuerzos?

—Prediger y Zaracho nos darán lo que nos faltó el año pasado, o sea la combatividad en el medio y ser el escudo de los de atrás. Mendoza es un jugador de Selección, lo quiso River dos veces, tiene 26 años y tiene jerarquía. Y con respecto a Cano, lo conozco de Chacarita, creo que le faltó la posibilidad de jugar y tiene las características de un jugador de Primera, es muy picante, agresivo, va al frente y no le interesa si tiene un marcador de 1,60 enfrente o de 1,90. Lamentablemente, Cano vino para reemplazar a un chico que venía en alza, como Facundo Curuchet.

—¿Moreno y Fabianesi será uno de los dos cinco y el otro lugar se peleará entre el resto?

—Hoy hay algunos jugadores que son la base fundamental del equipo, pero hago una evaluación diaria y siempre les digo que voy a preparar a los 34 jugadores que traje a la pretemporada para que estén en condiciones de jugar. A veces, se lo decís a los jugadores y ellos pueden pensar: “Este Negro es un versero, mirá lo que dice”. Pero no es así. Vamos al tema del 5. Arrancó Ledesma, luego jugó Maurito Bellone, también Alfredo Ramírez y terminó Ledesma. En el caso de Ricky Gómez, a veces no tenía lugar ni en el banco y cuando faltó Quiroga lo puse porque es el reemplazante natural.

—Lucas Acosta...

—Tenés razón... Yo tengo algo especial con Lucas. A veces cuesta encontrarle lugar, tenemos gente importante arriba. Está Higuaín, Damián Díaz y los delanteros. Físicamente no tiene problemas, es un chico feliz, nunca una mala cara, es un placer verlo entrenar y por eso lo metí con Newell’s; hizo el gol y jugó con alegría.

—¿Te gustaría tener más llegada por los laterales, con Quilez y con Quiroga?

—Cuando jugás con línea de tres, los carrileros son importantes. Ellos juegan un mano a mano con el volante de ese costado, pero tienen que marcar, jugar y llegar. Quiroga siempre fue “3” y el Enano fue “4”, no hay que olvidarse de eso. Yo tengo alternativas, lo tengo a Ricky Gómez y a Luque, un chico del que tengo grandes expectativas por el lado izquierdo, y por el otro costado lo estoy preparando a Soto y lo traje al pibe Graziani, otro que será importante desde mi punto de vista. Es todo cuestión de trabajo, de saber cómo hay que jugar cuando se defiende y qué se debe hacer cuando se ataca.

—¿Y arriba?, ¿no te gustaría tener un poco más de técnica o creés que Larrivey-Fuertes, a pura potencia, es lo necesario?

—Tengo variantes arriba. Cuando juega Pipa, el Bichi queda lejos en el mano a mano con los rivales, porque Pipa se tira atrás. Y eso no me gusta. Con Joaquín es diferente, la lucha de Bichi no se hace tan desigual con los defensores. Pipa es un muy buen jugador de fútbol, ahora tengo la alternativa de Cano y están los otros chicos también. Es cuestión de trabajar también en ese sector.


“A nivel dirigentes, Colón está preparado para ser campeón”

Los juveniles Ignacio Lovera y Lautaro Toresani lucen las habituales cabezas rapadas tras sumarse al plantel profesional. Junto a ellos, uno con un poco más de experiencia: Lucas Mugni. Foto: Enrique Cruz (h)


El ambiente y el presente de Colón

—¿Es una locura el fútbol argentino?

—El problema de la cancha es social. La locura que se ve en los estadios, las caras sacadas y los ojos desorbitados, son gestos que ves en las calles todos los días. Los cortes de calle, los robos, las muertes, son cosas que se trasladan a la cancha el fin de semana. Hay gente que va a disfrutar a la cancha pero hay mucha gente que va a descargar su bronca a la cancha y otros que van a delinquir. No me gusta esto, porque acá hay algo que no se puede hacer y es trabajar.

—La falta de tiempo es lo que destruye cualquier proceso o proyecto...

—Mirá, yo pierdo dos partidos, empato cuatro y me echan. Duré seis partidos y te pregunto: ¿se puede armar un equipo en un mes y medio? A la gente sólo la pone feliz que el equipo gane. A mí me encanta ganar, pero tengo un camino y si no gano, el dirigente me echa porque la gente se lo exige. Entonces, ¿cuál es la confianza que me tiene el dirigente si al sexto partido me echa?

—¿Colón se aparta de eso?

—Colón apostó dos años y medio al Turco Mohamed y cuando a mí las cosas no me iban bien y había perdido tres partidos seguidos, ni un solo dirigente me insinuó nada... Mirá, yo voy a ser claro en algo: Colón está haciendo a través de los dirigentes todo lo que se hace para salir campeón.

—¿Colón está lejos de Estudiantes y Vélez?

—Esos clubes y Lanús tienen una metodología y apuestan a un proyecto. Lo que pasa es que Vélez y Estudiantes ganan títulos, entonces es más fácil sostener a los técnicos. Quisiera saber qué pasaría con los dirigentes de Estudiantes y Vélez si dejasen de ganar títulos. Son grandes, pero a nivel club e infraestructura, Estudiantes y Vélez no superan a Colón. Te puedo asegurar que Colón no tiene nada que envidiarle. Y te repito lo que te dije recién: a nivel dirigentes, Colón está preparado para salir campeón. Ahora, la responsabilidad de llevarlo a cabo -y no es sencillo- corre por nuestra cuenta. Hay un predio maravilloso, una pensión de casi 100 chicos, un buen plantel, un hotel cuatro estrellas, una cancha espectacular que estará más linda todavía, paga al día... Ahora, la posta de los dirigentes la tenemos que tomar nosotros. Es la única diferencia, la del equipo adentro de la cancha a la hora de ganar partidos, que Vélez y Estudiantes le saca a Colón.

—¿Por qué nunca le contestate a Caruso Lombardi?

—Porque sus acusaciones fueron falsas... Mirá, yo estaba metido en el showbol y dirigía la quinta de Boca, donde estaba bárbaro y feliz. Fuimos a jugar un partido a Rosario y él alucina o cree que en esa ocasión aproveché y hablé con los dirigentes de Newell’s y qué se yo cuántas mentiras más... Cada uno vive a su manera, yo soy un tipo respetuoso, íntegro y sano en todo sentido. Lo mejor que me puede pasar es cuidar mi imagen y saber cuándo debo hablar y cuándo no. En una cuestión puntual como ésta, ya aclaré lo que tenía que aclarar y listo. Ahora, si la otra persona sigue hablando e imaginando cosas o contando mentiras, allá él. Yo hago la mía y me manejo con otros parámetros en la vida. En el día de mañana, a mis hijos no sé si les dirán si fui bueno o malo como jugador o bueno o malo como técnico, pero seguro que le van a decir: “El Negro, tu papá, es un tipo laburador, honrado y derecho”.

Voy a jugar el partido del 19 de showbol contra Colombia, acá en Mar del Plata. Le pedí permiso a Germán Lerche, me dijo que sí y hablé con Diego para decirle que estaré a disposición”.

Fernando Gamboa

Entrenador de Colón

“Ortega debía pelear el puesto con Damián”

La gestión que se hizo por Ariel Ortega, antes de que firmara para All Boys, fue otro tema de charla con el Negro Gamboa.

—¿Qué te falta para completar el plantel? ¿Otro marcador central?

—A mí me afectó mucho lo de Curuchet y por su lesión tuvimos que incorporar un quinto refuerzo. Los médicos me dijeron que casi con seguridad no vamos a contar con él y por eso salimos a buscar un jugador en su puesto. Hablé con el presidente y le dije que primero quiero ver cómo responden los jugadores. Si veo que lo que tengo me conforma, nos quedaremos como estamos. Tengo cinco marcadores centrales para que peleen por tres lugares y los cinco son buenos: Garcé, Candia, Raldes, Mendoza y Goux. Por ahí surge algo interesante, como fue lo del “Burrito” Ortega.

—¿Te interesaba realmente?

—Sí, claro. Fui compañero de él, sé del nivel que tuvo en Rosario cuando salió campeón con Newell’s, del compromiso que asume cuando va a una institución, de cómo se portó cuando estuvo en Rosario. Es un chico comprometido el “Burrito” a la hora de defender una camiseta. De todos modos, si hubiese venido, habría tenido que pelear el puesto con Damián Díaz.

—¿Se lo dijiste?

—No, no, porque yo no hablé con él. El que habló fue Germán Lerche, pero no hubo acuerdo económico y se diluyó.