POR QUÉ PUEDE CONVERTIRSE EN UNA TRAMPA MORTAL

Salado: un río riesgoso con pozos, remolinos y una fuerte correntada

En los últimos 13 meses, nueve personas murieron ahogadas en el tramo que pasa por Santa Fe y Santo Tomé. Un especialista, que conoce a fondo el río, le confirmó a El Litoral que los principales riesgos son las constantes diferencias de profundidad y las zonas que fueron dragadas.

Salado: un río riesgoso con pozos, remolinos y una fuerte
correntada

A no confiarse. Es un curso de agua meandriforme, con curvas constantes en su recorrido y bruscas diferencias de profundidad. Foto: AMANCIO ALEM

 

 

Agustina Mai

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En 2010 siete personas murieron ahogadas en el río Salado, en la zona Santa Fe-Santo Tomé. En lo que va de 2011 ya hubo dos casos más. Los lugares más peligrosos fueron -y son- Varadero Sarsotti y La Tablada. Con la llegada del calor, los ríos, lagunas y riachos que rodean la ciudad se convierten en una tentación para hacer frente a las altas temperaturas. Ahora bien, ¿los ahogamientos se produjeron por imprudencia? o ¿el Salado tiene características que lo convierten en una trampa mortal?

“El Salado no es un río recto, sino que genera curvas en todo su recorrido. Es lo que se denomina, técnicamente, un río meandriforme. En algunas partes, estas curvas son más o menos regulares y en otras no: algunas son más agudas, otras más redondeadas, y de dispar tamaño entre sí”, comenzó explicando Carlos Ramonell, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

Un dato sumamente importante es que en las curvas, las profundidades no son iguales en ambas márgenes. En la orilla donde la curva tiene su mayor amplitud, el cauce es mucho más profundo. Por el contrario, en la orilla opuesta -donde la curva es más cerrada-, es más playo (Ver infografía).

“Si uno se mete al río del lado donde la curva es más amplia puede “caerse’ porque allí es más profundo. Pero, además, es arrastrado más rápido por la corriente porque la velocidad del agua es mayor”, señaló Ramonell.

Esto sucede porque una de las variables que determina la velocidad es la fricción. En las zonas playas, el agua suele circular más despacio porque tiene más fricción. En cambio, donde es más profundo el agua corre más rápido porque no tiene tanta resistencia.

El río va cambiando

En el imaginario popular hay una frase que dice que “el río es traicionero”. El investigador señaló que esto se debe a que “el río va cambiando; uno cree que lo conoce, pero no es así”.

En este sentido explicó: “Pegado a las márgenes donde la curva es más amplia -a veces un poco más aguas arriba o aguas abajo-, uno se encuentra con pozos. En el caso del Salado cerca de Santo Tomé, estos pozos pueden alcanzar entre 6 y 10 metros de profundidad”.

Pero además, hay que tener en cuenta que el lecho se va modificando. “Con el tiempo, el río y sus márgenes se van desplazando. Es por esto que los pozos no siempre se encuentran en el mismo lugar”, advirtió Ramonell y remarcó: “Los baquianos saben que los pozos se van moviendo, pero la gente común no. Creen que porque un lugar era playo en un momento, lo va a seguir siendo y no es así”.

En nuestra zona se producen importantes cambios después de las crecidas del río, que se dan entre enero y hasta mayo. De todas formas, el Salado es un río de muy baja tasa de corrimiento: en general, de sólo un metro por año o menos.

Salado: un río riesgoso con pozos, remolinos y una fuerte
correntada

¿Por qué la gente se ahoga?

Además de los casos en que las víctimas no sabían nadar, se pueden encontrar algunas respuestas en la propia morfología y dinámica del Salado.

En primer lugar, Ramonell volvió a referirse a la mayor profundidad y velocidad que hay en las márgenes de las curvas y especificó: “La pendiente y la cantidad de agua son las que le dan velocidad al río. El Salado tiene velocidades muy variables. Cuando está en aguas muy bajas, puede ser de 20 ó 30 cm. por segundo, pero en una crecida ordinaria puede aumentar hasta 1,5 ó 2 metros por segundo”.

Por otra parte, las zonas playas se convierten, por lo general, en balnearios naturales. Sin embargo, después de una crecida, es común que esa zona se cubra de fango. “Si uno se mete al agua caminando, puede hundirse hasta la rodilla o más en ese suelo barroso. Esto hace que la gente se desespere. Imaginate lo que pasa con un niño en esta situación”, detalló.

En este sentido, aclaró que las márgenes playas pueden ser balnearios naturales siempre y cuando el suelo sea arenoso. Esto no sucede en el río Salado, ya que transporta mucho limo y arcilla, que hace que su fondo sea más barroso.

Remolinos y remansos

Otro punto a tener en cuenta es que cuando el río crece tapa la vegetación que había crecido en la margen. “Esto también es un problema porque cuando uno ingresa al agua no ve lo que hay en el fondo y se puede enredar con alguna planta”, ejemplificó.

Remolinos y remansos constituyen otro factor importante. “En nuestra zona el río está muy intervenido, se ha hecho mucho movimiento del suelo y puede haber restos de estructuras sumergidas. Eso genera como escalones en el fondo, que provocan remolinos o remansos. El problema es que la gente no sabe cómo salir de un remanso y queda atrapada”, explicó el docente.

Asimismo, destacó que en torno a estructuras como puentes también existen remolinos y pozos de erosión, aún más profundos que los naturales del río. Por lo cual es totalmente desaconsejable meterse al río cerca de estas obras.

Finalmente, Ramonell señaló como posibles sitios de riesgo a los pozos de dragado. “Por ahí una persona confía que se está metiendo en una zona playa y de golpe cae en un pozo de dragado, que puede tener más de 7 metros de profundidad. Aún con menores profundidades, en estos pozos suele haber mucho fango acumulado, con lo cual aparece nuevamente el problema de quedar atrapado en el fondo”, concluyó.

En este sentido, señaló a Varadero Sarsotti como una zona de dragado, con profundidades muy grandes. Otros sitios de dragado se encuentran en inmediaciones del Puente Carretero, en torno al cruce de la autopista Santa Fe-Rosario, y aguas arriba, de donde se movieron suelos para la construcción de la defensa oeste de Santa Fe.

 

Aprender sobre el río

“Vivimos en un área rodeada de grandes ríos y otros cuerpos de agua también mayores. Esto implica la responsabilidad de conocerlos, algo que puede inculcarse ya en la escuela”, propone Carlos Ramonell (Fich).

El investigador plantea que hay también una responsabilidad familiar en educar a nuestros hijos en tal convivencia. Muchos santafesinos saben nadar en piletas, pero esto está muy lejos de lo que es nadar en el río, con corriente, remolinos, zonas muy profundas, sitios con vegetación. “En síntesis: es un ambiente que promueve a la desesperación si no se lo conoce bien”, advierte Ramonell.

También hay una responsabilidad gubernamental: la de advertir sobre los sitios de riesgo, con carteles y señalizaciones adecuadas. “Las zonas más inconvenientes del río deberían estar bien identificadas con marcas. Por ejemplo, los pozos de dragado, con boyas que los identifiquen como tales, en cualquier estado hidrométrico”, advierte el investigador de la Fich.

Origen

El río Salado nace en Salta, donde se llama río Juramento. Cuando ingresa a la región chaqueña, se convierte en río de llanura. Cruza Santiago del Estero e ingresa a Santa Fe por el noroeste, con muy poco caudal. En nuestra provincia recibe las aguas que desaguan de los Bajos Submeridionales, colectadas por el arroyo Golondrina y el río Calchaquí. Así, la mayor cantidad de agua que vemos en el río en el área de Santa Fe-Santo Tomé viene de la propia provincia de Santa Fe.

 
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Los baquianos saben que los pozos se van moviendo, pero la gente común, no. Cree que, porque un lugar era playo en un momento, lo va a seguir siendo, y no es así”.

Carlos Ramonell

Investigador de la Fich