Ser libres y actuar en consecuencia El día mundial

En la actualidad el común de la gente pretende hacer uso de una libertad absoluta, olvidando que todo lo que hace tiene una consecuencia. Ser responsables implica hacernos cargo de lo que nuestros actos provocan. Mañana se celebra el Día Mundial de la Libertad, una buena ocasión para reflexionar sobre el verdadero sentido de esa palabra.

TEXTOS. LAURA BURLANDO. FOTOs. EL LITORAL.

Ser libres y actuar en consecuencia

“La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio al otro...”

(Art. 4 de la Declaración Universal de los Derechos del hombre y del Ciudadano).

El hombre en su defecto no está capacitado para utilizar su libertad; es por ello que tiene que aprender a conocer sus debilidades frente al mundo que lo rodea para elegir adecuadamente su forma de vida, de acuerdo a lo que mejor le parezca.

Debido a la variedad de opiniones, opciones y capacidad de elección, para algunos puede ser malo o inconveniente un estilo de vida que para otros resulta el mejor; es por ello que podemos equivocarnos. Para hacer un buen uso de nuestra libertad necesitamos ser adultos y haber tenido una buena educación que nos de herramientas para saber elegir el camino más conveniente a seguir.

SOMOS LO QUE HACEMOS

Lo más radical del ser humano es que se construye a sí mismo con cada una de sus acciones, y a esa propiedad Karol Wojtyla la llamó autodeterminación.

“En la libertad, la persona nunca se dirige solamente hacia el objeto exterior de sus actos, sino que ella deviene en algún sentido el “objeto’ primario de su propia acción libre; porque sobre ningún otro ser posee el hombre tan profundamente una influencia libre como sobre sí mismo, a quien puede convertir en una persona buena o mala por medio de, y sólo por medio de- sus propios actos, y cuyo ser es en un sentido exclusivo, determinado por él mismo”.

No es indiferente escoger el bien o el mal. No da igual conseguir dinero mediante el trabajo o a base de robos. En ambos casos son decisiones libres, pero una es equivocada.

Una premisa simple ayudaría a construir una sociedad mejor y lograr una buena convivencia: ”No hagas a los otros lo que no te gusta que te hagan a vos”, no se trata de actuar por la vida sin pensar en las consecuencias de nuestros actos, que en muchas ocasiones no tienen retorno.

ARTESANOS DE NUESTRA VIDA

Si bien no podemos elegir lo que nos pasa, si podemos elegir qué hacer frente a ello. Debemos saber lo que nos conviene hacer o no, construyendo poco a poco nuestro destino; he ahí el arte de vivir.

Es decisivo saber vivir, podemos ser listos en muchos aspectos pero no aprender a vivir nuestra propia vida. La clave está en tratar de comprender qué es lo que puede hacerla buena para nosotros.

Empezamos a usar nuestra libertad en las decisiones importantes, cuando somos capaces de inventar nuestra vida propia, no la que otros esperan que vivamos.

VIVIR EN LIBERTAD

La libertad humana es limitada. No somos todopoderosos, pero dentro de nuestras limitaciones podemos dirigir nuestra vida en un sentido u otro. Las normas no coartan la libertad, la regulan para que todo el mundo pueda disponer de ella. Pero estas normas solo se aplican a la libertad de acción. Todo el mundo tiene derecho a ser libre en su pensamiento. Todos pueden pensar lo que quieran y nadie tiene derecho a decirles lo que deben pensar. Un individuo puede -incluso- pensar en arrebatarle la libertad a otra persona, y este hecho no debe tener consecuencias mientras no lo lleve a cabo.

Imaginarse una libertad pura, sin limitación, es una utopía; pues todos estamos determinados inicialmente en nuestras decisiones por la situación que vivimos y por el tiempo en que hemos nacido.

La esfera de la libertad no se da de una vez y para siempre, sino que ha de ser conquistada todos los días, a través de cada una de las acciones.

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El día mundial

Cada año se realizan en Taiwan las celebraciones del Día Mundial de la Libertad, que conmemora el histórico hecho ocurrido el 23 de enero de 1954, cuando más de 14 mil prisioneros de guerra chino-comunistas y norcoreanos capturados en la Guerra de Corea, se negaron a ser repatriados y manifestaron su deseo de escoger la libertad en otro país.

Finalmente, los mismos fueron llevados a Taiwan, donde fueron recibidos como verdaderos luchadores de la libertad. En esos momentos, tuvieron que hacer una difícil elección, entre abandonar a sus familiares y seres queridos, o retornar a vivir bajo un régimen de dictadura y opresión. Todos decidieron abandonar el régimen socialista y acogerse a una forma de vida libre y democrática.